La apuesta de futuro de una Nobel de Medicina

La situaci¨®n del mundo, de la humanidad, no es buena, pero no es tan desesperada si se le pone remedio desde ahora mismo. ?sta es, al menos, la conclusi¨®n que ofrece Rita Levi-Montalcini en su ¨²ltimo libro. Tras pasar revista a algunos de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad hoy concluye, esperanzada, que hay soluciones, que a¨²n tenemos futuro. Gracias, entre otras razones, a que no todo est¨¢ en los genes, a que estamos "desvinculados de ese determinismo r¨ªgido".

Las miradas al futuro han estado determinadas con mucha frecuencia por causas externas a nosotros, pero incontrolables. El futuro parec¨ªa escrito en las estrellas, el destino era uno e inmutable. Hoy asistimos con frecuencia a otro tipo de determinismo, que aunque no es ex¨®geno, reside en el coraz¨®n de cada c¨¦lula, tampoco puede ser dominado por nosotros, por nuestra voluntad. Hoy, para muchos, el futuro ya no est¨¢ escrito en las estrellas sino en los genes, aunque pasar del tan all¨¢ al tan ac¨¢ no modifica el hecho sustantivo: no tenemos control sobre ¨¦l. Levi-Montalcini, premio Nobel de Medicina en 1986, afirma, sin embargo, que "la vida de todo ser humano es el resultado no s¨®lo del programa gen¨¦tico escrito en sus genes, sino tambi¨¦n de las condiciones ambientales en las que puede llevarse a cabo este programa. Dichas condiciones influyen m¨¢s a¨²n que las gen¨¦ticas sobre el desarrollo de su vida. Por eso no se pueden prever las penas y las alegr¨ªas que reserva la vida a cada reci¨¦n nacido".

Con este punto de partida, Levi-Montalcini reflexiona sobre los problemas en los campos de la educaci¨®n, la econom¨ªa, el medioambiente, las ideolog¨ªas fan¨¢ticas que conducen al terrorismo y la situaci¨®n general del mundo. Se detiene en aquellos puntos que considera fundamentales para que la humanidad sea capaz "de ganar la partida que est¨¢ en juego: la supervivencia de la especie humana".

El desarrollo de ?frica y, en general de los pa¨ªses m¨¢s pobres, es b¨¢sico para todos nosotros, no s¨®lo para los habitantes que all¨ª sufren hambre y analfabetismo. "La crisis a la que nos enfrentamos es, sencillamente, ¨¦sta: nueve d¨¦cimas partes de la poblaci¨®n mundial, es decir, el componente del g¨¦nero humano de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, est¨¢ en bancarrota". La cita, que Levi-Montalcini recoge en su libro, se debe a Abdus Salam (1926-1996), premio Nobel de F¨ªsica en 1979 y uno de los cient¨ªficos m¨¢s comprometidos en la lucha por la justicia en el mundo y el reparto de conocimiento y de riqueza. Poner remedio a esta barbaridad es, a juicio de la Nobel italiana, una premisa b¨¢sica para ganarnos el futuro.

La discriminaci¨®n de las muje-

res a lo largo de los siglos es otro de los puntos que Levi-Montalcini aborda. Divide este apartado en tres estadios, ayer, hoy y ma?ana, y termina asegurando que "la incorporaci¨®n del componente femenino a las altas esferas pol¨ªticosociales y su plena implicaci¨®n son imperativas para un nuevo orden mundial". Tambi¨¦n la educaci¨®n, otro caballo de batalla de esta casi centenaria investigadora, nacida en Tur¨ªn en 1909, es objeto de sus reflexiones. Y llama la atenci¨®n la fe que tiene en el ordenador y su potencial educativo, y la importancia que concede a estas m¨¢quinas para conseguir que la evoluci¨®n cultural, que es aprendida, a diferencia de la evoluci¨®n debida a la transmisi¨®n gen¨¦tica, permita a las nuevas generaciones una visi¨®n m¨¢s generosa e inteligente del mundo.

Se trata, en definitiva, de un conjunto de reflexiones encaminadas a alumbrar este Tiempo de cambios, a llamar la atenci¨®n sobre los peligros a los que nuestra especie se est¨¢ enfrentando. Seremos capaces de salir de esta si aplicamos algunas reglas nuevas, si somos capaces de llevar a cabo algunos cambios. Y pide cierto liderazgo para los de su gremio, puesto que "al alba del tercer milenio los cient¨ªficos reclaman su derecho a intervenir en un sector hasta ahora considerado competencia y jurisdicci¨®n exclusiva de los fil¨®sofos y los religiosos: el sector de los valores". En este sentido, Levi-Montalcini ya apadrin¨® en 1992 la Carta Magna de los Deberes Humanos, que no se contrapone a la de Derechos sino que "se propone afrontar con la m¨¢xima urgencia los peligros que amenazan al globo, a la biosfera y a todas las especies vivientes". Los doce puntos de esta carta se pueden resumir en una sola idea, quiz¨¢ la misma que anima a la investigadora a escribir este libro, a tocar de nuevo las conciencias y, sobre todo, las inteligencias de los lectores: "Reconocer y respetar los derechos humanos equivale a asumir deberes espec¨ªficos, como el de garantizar unos niveles adecuados de vida a todos los pueblos y, por tanto, condiciones ambientales aceptables para las generaciones venideras".