La polic¨ªa concluye que el incendio del Windsor empez¨® en el despacho de una jefa de Deloitte
La responsable de riesgos laborales sali¨® del edificio minutos antes de empezar el fuego
La Brigada Provincial de la Polic¨ªa Judicial de Madrid tiene terminadas sus pesquisas sobre el incendio que el pasado 12 de febrero destruy¨® el rascacielos Windsor. La conclusi¨®n a la que ha llegado es que el voraz incendio se inici¨® en el despacho 2.109, en la planta 21?, ocupado por una empleada, supervisora de riesgos laborales de la empresa Deloitte, que es fumadora, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. La polic¨ªa no ha logrado determinar cu¨¢l fue la causa del fuego, pero no ha hallado ning¨²n agente acelerante, lo que le lleva a concluir que el incendio fue fortuito.
El coloso de hormig¨®n y hierro, situado en la confluencia del paseo de la Castellana y la calle de Raimundo Fern¨¢ndez Villaverde, empez¨® a arder sobre las 23.15 del pasado 12 de febrero. Los vigilantes, pertenecientes a la empresa Prosegur, oyeron la alarma antiincendios e intentaron atacar el foco del fuego por sus propios medios. A la vez, avisaron a los bomberos, que llegaron unos minutos m¨¢s tarde. Pero las llamas se extendieron inexorablemente y se apoderaron de toda la estructura del rascacielos, que qued¨® destruido.
Desde el primer momento, el origen del fuego ha suscitado todo tipo de hip¨®tesis, alimentadas a¨²n m¨¢s por el hecho de que un matrimonio de turistas grabase con una c¨¢mara de v¨ªdeo, desde un edificio pr¨®ximo, las siluetas de dos personas movi¨¦ndose por el interior del edificio en llamas (en concreto en el piso 12?). Ambas figuras, aparentemente correspondientes a dos personas con casco similar al de los bomberos, son visibles al pasar ante una ventana de la fachada que da a la calle de Orense.
La Jefatura Superior de Polic¨ªa se hizo cargo de las pesquisas, apoyada por los servicios centrales de Polic¨ªa Cient¨ªfica y de Polic¨ªa Judicial. El 23 de febrero, los encargados del caso realizaron una inspecci¨®n con los perros DAF (detectores de acelerantes del fuego), pertenecientes a la Comisar¨ªa General de Seguridad Ciudadana. Recorrieron desde la planta 15? a la 22?, no detectando ning¨²n lugar donde hubiese podido haber sido vertido alg¨²n producto acelerante de la combusti¨®n. Y si lo hubo, deber¨ªan haberlo detectado, puesto que la zona inspeccionada constitu¨ªa el "n¨²cleo central" del incendio, seg¨²n las fuentes informantes.
An¨¢lisis negativos
Las muestras recogidas y analizadas en los laboratorios de la Comisar¨ªa General de Polic¨ªa Cient¨ªfica tambi¨¦n han dado resultado negativo.
La Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid estim¨® que tardar¨ªa dos meses en estudiar las muestras y en desentra?ar la caja negra del rascacielos, constituida por las grabaciones de seguridad y los ordenadores que registran las entradas y salidas de personal. "Seg¨²n la investigaci¨®n realizada, no se ha hallado ning¨²n indicio de criminalidad que indique que el incendio del edificio Windsor haya sido provocado intencionalmente", seg¨²n las conclusiones policiales.
Las investigaciones han determinado que la fecha del siniestro estuvieron en el Windsor 150 personas entre las cero horas de ese d¨ªa y las 11 de la noche. Una de esos trabajadores fue Eva R., supervisora de riesgos laborales de la empresa Deloitte, quien estuvo en su despacho de la planta 21? entre las cuatro de la tarde y las 11 de la noche, seg¨²n la declaraci¨®n que prest¨® ante la polic¨ªa el 24 de febrero, adem¨¢s de describir sus h¨¢bitos y elaborar un plano del interior de su oficina. Veinticuatro horas despu¨¦s, esta mujer fue llamada de nuevo a declarar y, tras ser preguntada por la polic¨ªa, dijo que es fumadora y que hab¨ªa estado fumando hasta una media hora antes de marcharse. Agreg¨® que ella estaba segura de que hab¨ªa apagado la colilla en un cenicero.
En el edificio Windsor, adem¨¢s de los cuatro vigilantes de Prosegur, hab¨ªa una traductora en la planta 9? (Rosemary Caroline, que sali¨® del edificio al o¨ªr por la megafon¨ªa la orden de evacuaci¨®n).
Eva R. asegur¨® en su declaraci¨®n que abandon¨® de su despacho a las 23.00 y lo cerr¨® con llave. Baj¨® hasta la salida del rascacielos en uno de los ascensores de la torre y sali¨® por la zona de seguridad, utilizando una tarjeta personal, individualizada con su foto. Al hacer esta operaci¨®n, su salida qued¨® registrada en el cerebro inform¨¢tico. Eran las 23.10.
Los vigilantes del edificio han declarado que cuando subieron a comprobar si la alerta de incendios en la planta 21? era real, vieron a trav¨¦s de un cristal que en un despacho que estaba cerrado con llave hab¨ªa fuego y humo en su interior.
La polic¨ªa cree que el voraz incendio se inici¨® en el despacho de esta mujer, aunque desconoce cu¨¢l fue lo que origin¨® el foco de llamas que despu¨¦s se extendieron y arrasaron el rascacielos. Los encargados del caso han entregado el resultado de sus pesquisas al juez de instrucci¨®n n¨²mero 28 de Madrid, Mariano Ascandoni Lobato.
Mientras tanto, la empresa encargada del desmontaje del esqueleto en llamas ya ha retirado cuatro plantas y el torre¨®n que coronaba el edificio, seg¨²n fuentes del Ayuntamiento de Madrid. Eso ha ocasionado 3.800 toneladas de residuos. La familia Reyzabal (inmobiliaria As¨®n), propietaria del coloso quemado, presentar¨¢ un aval que cubrir¨¢ los 17,5 millones de euros que costar¨¢ la demolici¨®n iniciada por el Ayuntamiento, as¨ª como tres millones m¨¢s para posibles imprevistos.
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