Nefertiti, viaje berlin¨¦s
Mito de la cosm¨¦tica por la naturalidad de sus colores minerales, su piel bronceada y sus labios rojos. Y mito del cine por su nariz de Audrey Hepburn y sus ojos de Greta Garbo (la actriz Halle Berry es candidata a interpretarla en una pr¨®xima pel¨ªcula de Marc Foster). El Museo Egipcio cerr¨® sus puertas el 1 de marzo en su sede de Charlottenburg y se vio obligado a trasladar su tesoro m¨¢s valioso. El busto en piedra caliza de la esposa de Amenofis IV, pintado hace 3.300 a?os y hallado en 1912 en el que se supone fue el taller del escultor Tutmosis, en Tell el Amarna, fue transportado por las calles de Berl¨ªn en un coche especial dentro de un embalaje de extrema seguridad ideado por los expertos durante meses. Su destino provisional ser¨¢, a partir del 3 de agosto y en la Isla de los Museos, el ¨²ltimo piso del Altes Museum (una obra maestra de 1830 de Karl Friedrich Schinkel, con su bell¨ªsima columnata j¨®nica de la fachada principal). En 2009 volver¨¢ a ser trasladada, definitivamente, al vecino edificio del Neues Museum.
Pero los turistas que visiten la ciudad hasta el 2 de agosto tienen cita con Nefertiti en otro lugar: las salas de exposiciones especiales del Kulturforum, en Potsdamer Platz. All¨ª, reinando en una sala delicadamente iluminada, su cabeza es la excusa de una exposici¨®n especial titulada Jerogl¨ªficos en torno a Nefertiti. La acompa?an obras de Durero, Paul Klee, Keith Haring, Cy Twombly, Andy Warhol o Max Ernst. Trazos o laberintos de artistas pictogr¨¢ficos que sirven como enlace con el Antiguo Egipto. Y tambi¨¦n se exponen dos de los dibujos preparatorios que Karl Friedrich Schinkel realiz¨® para el montaje de La flauta m¨¢gica, de Mozart; en especial, uno muy celebrado en el que el personaje de la Reina de la Noche aparece rodeado de c¨ªrculos conc¨¦ntricos de estrellas que desbordan el escenario. Una simb¨®lica referencia a Nefertiti, cuyo nombre significa "la belleza ha llegado". En una inscripci¨®n hallada en una tumba, un miembro de la corte habla de su voz dulce, sus piernas de gacela y sus manos maravillosas. Y un himno de su tiempo la califica como "se?ora de la dulzura".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.