Portugal 6. 2' 09"
Me da por poner el disco de Family y suena la canci¨®n n¨²mero seis. Durante dos minutos y nueve segundos es como si me sentara junto al joven extranjero que bordea Portugal para recordar que entre tanto l¨ªo nacional, casi nadie ha comentado el cambio de situaci¨®n que vivi¨® recientemente nuestra familia del pa¨ªs vecino. As¨ª que hoy, gracias a esta canci¨®n y sus esperanzadores sonidos, creo que me voy a animar a escribir sobre la nueva situaci¨®n pol¨ªtica de Portugal.
El caso es que con las elecciones del pasado 20 de febrero, el Partido Socialista de Jos¨¦ S¨®crates conform¨® un nuevo Gobierno con mayor¨ªa absoluta en el Parlamento Nacional. El cambio vino propiciado por la inestabilidad del anterior ejecutivo del PSD de Pedro Santana, que estaba claramente tocado, tanto internamente como por los elevados indicadores de desempleo, situados en el 7,1%, y por su incapacidad de cuadrar las cuentas p¨²blicas para cumplir con los objetivos del Plan de Estabilidad y Crecimiento de la UE. A esto hab¨ªa que sumar un 40% de fracaso escolar, que generaba un exceso de mano de obra no cualificada en el mercado laboral, y, en conjunto, un modelo econ¨®mico no competitivo sin expectativas posibles de crecimiento.
Entre tanto l¨ªo nacional, casi nadie ha comentado el cambio de situaci¨®n que vivi¨® recientemente nuestro vecino Portugal
Portugal estaba en crisis y el Gobierno no generaba confianza. Hubo un cambio.
Dicen que el nuevo presidente portugu¨¦s tiene fama de pragm¨¢tico y calculador y que representa m¨¢s al socialismo de los pa¨ªses n¨®rdicos que al de los latinos. Dicen que ley¨® muy joven al gran cl¨¢sico del socialismo reformista, Eduard Bernstein, y que supuso para ¨¦l toda una revelaci¨®n de por donde orientar su ideolog¨ªa socialista. En la actualidad, parece que sus pol¨ªticos de referencia son la curiosa mezcla que conforman Antonio Guterres, Tony Blair y Goram Persson.
Parece que la competitividad de la econom¨ªa portuguesa y la solidaridad entre regiones y ciudadanos son los instrumentos con los que pretende hacer frente a los desaf¨ªos de la globalizaci¨®n.En esta materia, S¨®crates ha recordado su identificaci¨®n con las tesis de Guterres y la Estrategia de Lisboa, en una clara apuesta por ligar creaci¨®n de empleo y competitividad econ¨®mica, entendiendo que ¨¦sta no solo se deriva de los indicadores de desempleo o de los beneficios de las empresas sino que, en la actualidad, tambi¨¦n hunde sus ra¨ªces en el desarrollo de las nuevas tecnolog¨ªas. De este an¨¢lisis surge la apuesta del nuevo Gobierno por un plan tecnol¨®gico para Portugal que, con el horizonte en 2020, pretende un destacado incremento de los presupuestos generales del Estado en materia de I+D+I como elemento modernizador del pa¨ªs y dinamizador de su crecimiento econ¨®mico.
El siguiente elemento al que quiere hacer frente tiene la forma de un Estado gordo; el cuerpo de funcionarios, fruto de la tradici¨®n estatalista de Portugal, est¨¢ desproporcionado hasta el punto de que representan el 15% del PIB nacional. El plan de adelgazamiento que el Gobierno prepara, pretende reducir en 75.000 la cifra de funcionarios para reducir el gasto p¨²blico. A la vez, se proyecta la creaci¨®n de un puesto de trabajo por cada dos jubilaciones como mecanismo de contenci¨®n en la ca¨ªda de las cotizaciones a la Seguridad Social y evitar as¨ª un nuevo desequilibrio en las cuentas p¨²blicas.
En cuanto a su pol¨ªtica exterior, todo indica que Portugal seguir¨¢ cultivando su v¨ªnculo trasatl¨¢ntico desde su posici¨®n de pa¨ªs perif¨¦rico de la Uni¨®n Europea. El primer elemento con el que el nuevo Gobierno subraya su dimensi¨®n atlantista y se?ala su gui¨®n en la escena internacional es el anuncio del presidente S¨®crates de mantener en Irak los contingentes de tropas de la Guardia Nacional Republicana que Portugal tiene destinados, para no deteriorar sus buenas relaciones con Estados Unidos.
As¨ª mismo, el nuevo Gobierno equilibra su acci¨®n exterior se?alando su inclinaci¨®n por participar en las cooperaciones reforzadas que, en las materias que le interesen, se vayan dibujando en Europa. Por ejemplo, el nuevo presidente ya ha anunciado que sigue dispuesto a participar en Bruselas en la potenciaci¨®n y desarrollo de la pol¨ªtica exterior, de seguridad y defensa (PESD) para seguir dando forma al europe¨ªsmo atlantista ya cl¨¢sico en Portugal y en el que encontrar¨¢ multitud de aliados entre los pa¨ªses de la quinta ampliaci¨®n.
El reforzamiento de los lazos econ¨®micos y comerciales con Espa?a puede tener su oportunidad, ahora que coinciden dos gobiernos con similitudes ideol¨®gicas, para seguir definiendo as¨ª un mercado ib¨¦rico en el que terminen de caer las ¨²ltimas barreras proteccionistas y aumente la presencia econ¨®mica de Portugal en nuestro pa¨ªs. A partir de ah¨ª, quiz¨¢ no sea mal momento para que, en lo pol¨ªtico, ambos gobiernos traten de acercar posturas en todos los temas que les van a afectar conjuntamente en el tablero comunitario; revisi¨®n de las orientaciones de la pol¨ªtica regional de la Uni¨®n, fondos estructurales y perspectivas financieras.
Con todo, se abre una nueva etapa para Portugal marcada por este cambio de gobierno y por los desaf¨ªos tecnol¨®gicos, econ¨®micos e internacionales que han llenado, siquiera de un principio de esperanza, las calles lusas.
As¨ª que, por inter¨¦s propio y por el ajeno, quiz¨¢ sea bueno andar atentos al nuevo y esperanzador ciclo, bordear Portugal de vez en cuando y, como dice la canci¨®n de Family, empaparse de su poes¨ªa y seguir el camino de Kerouac.
Eduardo Madina es secretario general de las Juventudes Socialistas de Euskadi u diputado en el Congreso.
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