La Academia concede a Basilio Mart¨ªn Patino la medalla de oro
La junta directiva subraya el "cine inteligente, complejo e inmerso en la realidad y la evoluci¨®n de un pa¨ªs" del realizador salmantino
Para el director Basilio Mart¨ªn Patino (Lumbrales, Salamanca, 1930), el cine "es como Jerem¨ªas, siempre est¨¢ llorando". Por eso dice que se distanci¨® de la industria cinematogr¨¢fica y ha seguido una carrera independiente que le ha dado muchas alegr¨ªas. La ¨²ltima ha sido la concesi¨®n de la medalla de oro de la Academia de las Artes y la Ciencias Cinematogr¨¢ficas de Espa?a, "en reconocimiento a una obra que representa los valores imperecederos de la apuesta por un cine inteligente, complejo e inmerso en la realidad y la evoluci¨®n de un pa¨ªs". La noticia fue conocida ayer, pero hace unos d¨ªas la presidenta, Mercedes Sampietro, le llam¨® para comunic¨¢rselo. "Quiz¨¢ porque estoy marginado, esquinado, no me esperaba esto de la Academia. No estoy muy integrado con la profesi¨®n. Siempre he ido por libre, para no arruinar a ning¨²n se?or", aseguraba ayer el cineasta.
En 2002, el realizador de Canciones para despu¨¦s de una guerra, Querid¨ªsimos verdugos o Caudillo anunci¨® su retirada del cine, pero sigue experimentando: "Ahora hay unas c¨¢maras nuevas con las que puedo jugar. Las antiguas no las sab¨ªa usar". Se encuentra "mejor que nunca" y disfruta tambi¨¦n del reconocimiento internacional. El Centro Pompidou pas¨® hace poco algunos de sus documentales y lo recuerda emocionado: "Muchas de mis pel¨ªculas in¨¦ditas aqu¨ª se ven en el extranjero. En Par¨ªs ha habido debates calurosos e intensos como no hab¨ªa visto antes. Me he sentido muy reconocido. Tambi¨¦n con los premios europeos y con tesis doctorales sobre mi obra que se est¨¢n haciendo en Alemania, Holanda o Estados Unidos".
Mart¨ªn Patino, al que el festival Documenta Madrid rinde tributo estos d¨ªas, teme m¨¢s la censura entre comillas de las multinacionales del cine que a la franquista. "Con Franco, sobre todo al principio, toreabas a la censura que era de militares y de curas. Les sacabas la lengua, te divert¨ªas y al final estrenabas las pel¨ªculas. Ahora, en cambio, los intereses econ¨®micos mandan y yo no tengo fuerzas para superarlos". Y como ¨¦l, se?ala, hay "media docena de directores" que est¨¢n sin hacer nada. "Un derroche de talento".
Se separa del cine comercial, aunque reconoce que nunca se sabe d¨®nde hay un taquillazo. "?Qu¨¦ es lo comercial?", se pregunta. "Porque con mi primera pel¨ªcula, Nueve cartas a Berta (1965), me profetizaron un gran fracaso y el d¨ªa que se estren¨® en un cine de la Gran V¨ªa de Madrid hab¨ªa colas. Empezaron las reventas y de ese cine pas¨® a otros", recuerda. "Era una pel¨ªcula sencillita, ingenua, pero funcion¨® muy bien. Estaba cambiando la sensibilidad de la sociedad y los que empez¨¢bamos conect¨¢bamos mejor con mucha gente que los directores franquistas", argumenta. Participa de jurado en concursos de cortos y piensa que la renovaci¨®n se repite: "Los j¨®venes tienen una virginidad maravillosa y van a seguir rodando con libertad, a pesar de lo que ocurra con la industria".
Babelia
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