El tir¨®n de un icono

Miquel Barcel¨® dej¨® ayer muy peque?o el sal¨®n de grados de la Facultad de Bellas Artes de la UPV. No pocos estudiantes, y tambi¨¦n varios profesores, se tuvieron que conformar con seguir su intervenci¨®n a trav¨¦s de un circuito cerrado de televisi¨®n. Unos y otros aplaudieron la entrada del pintor mallorqu¨ªn que, con un rostro cansado por un d¨ªa y una noche ajetreados, buen humor y veinte minutos de retraso, explic¨® en primera persona la trayectoria vital y personal que le ha llevado a convertirse en un icono de la pintura espa?ola de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.

Aunque en un principio estaba previsto que los estudiantes preguntasen a Barcel¨®, el acto se centr¨® en un di¨¢logo entre el profesor Xabier Saenz de Gorbea y el artista. ?ste record¨® sus inicios, entre art¨ªsticos y reivindicativos, a mediados de los 70 en su Mallorca natal, con la "invasi¨®n", junto con un grupo anarquista, de la isla La Dragonera o el ata¨²d que present¨® con otros compa?eros en un festival art¨ªstico en Palma.

Pese a ello, rechaz¨® la visi¨®n de "pintor salvaje", aunque no ocult¨® que en aquellos a?os del final del franquismo y comienzos de la democracia la pintura "era una especie de liberaci¨®n de la cuaresma que se hab¨ªa vivido". Barcel¨® tambi¨¦n explic¨® la evoluci¨®n de una prol¨ªfica obra, en la que no considera que haya registrado transformaciones sustanciales. "El estilo no cambia, se va haciendo. Es una fatalidad que ah¨ª est¨¢", asegur¨®. No obstante, reivindic¨® el valor de la incoherencia y la asunci¨®n de las contradicciones que permiten pasar del lleno al vac¨ªo o del exceso a la sobriedad.

No ocult¨® su afici¨®n por los c¨®mics y, sobre todo, por la literatura, que ha mantenido en sus estancias en Barcelona, Par¨ªs, Portugal o Mal¨ª. "Con una pincelada, puedes representar un libro. Eso te permite recrear a Shakespeare de un brochazo", brome¨®. En todos estos lugares, su proceso creativo se ha basado, "en la paciencia", virtud necesaria para una obra amplia. Tan extensa que ¨¦l mismo admiti¨® desconocer que el Museo de Bellas Artes de Bilbao hab¨ªa adquirido uno de sus cuadros.