"La avaricia ha roto el c¨®digo moral"
Irvine Welsh corrige un gui¨®n en la cafeter¨ªa de la Filmoteca Irlandesa, en Dubl¨ªn, donde el autor escoc¨¦s ha fijado su residencia. Arropado por el ¨¦xito de su primera novela, Trainspotting -que Danny Boyle llev¨® al cine con Ewan McGregor y Robert Carlyle como protagonistas-, el polifac¨¦tico escritor, de 44 a?os, alterna el trabajo literario con el cine y la m¨²sica. Prepara un pr¨®ximo libro y abriga la esperanza de dirigir un largometraje.
De momento, recoge los folios y vuelve su atenci¨®n a Porno (Anagrama), la novela que marca su triunfal regreso a Leith, en su Edimburgo natal, con los mismos personajes de su popular obra primeriza.
Han pasado 10 a?os, la coca¨ªna barre a la hero¨ªna como droga de moda, y la violencia, la venganza y los negocios turbios alcanzan nuevas cumbres. Welsh habla con un cerrado acento escoc¨¦s, pero sin abusar de las expresiones callejeras, de esa especie de dialecto suburbano incomprensible para los extranjeros que domina en su literatura y que se capta bien en la traducci¨®n al castellano de Porno. "En cuanto me tome unas cervezas, el argot se accionar¨¢ autom¨¢ticamente", amenaza entre carcajadas.
"Tengo reservas a la hora de identificarme con mis personajes, y odiar¨ªa que se me tomara como modelo de referencia"
"No quise hacer en 'Porno' una secuela de 'Trainspotting', pero los personajes se colaron en el libro que escrib¨ªa"
Pregunta. ?Disfrut¨® reencontr¨¢ndose con la cuadrilla de Trainspotting?
Respuesta. Fue extra?o, porque no era mi intenci¨®n escribir una secuela. Comenc¨¦ con un nuevo personaje femenino, Nikki, y la relaci¨®n con su novio. Pronto me di cuenta de que este tipo era Sick Boy [interpretado en la pel¨ªcula de Boyle por Jonny Lee Miller] con 10 a?os m¨¢s que en Trainspotting. Se hab¨ªa colado en el libro y no hab¨ªa forma de escaparme de ¨¦l. Fue una faena, porque implicaba retornar a la historia de su pandilla y hacer un libro distinto al que ten¨ªa en mente. Los personajes que te gustan tienden a reaparecer en otras obras. Lo intentaron en mi novela anterior, Cola, y volv¨ªa a suceder. Pens¨¦ que me dejar¨ªan en paz d¨¢ndoles espacio en Porno.
P. ?Influy¨® la pel¨ªcula en el desarrollo de Porno?
R. S¨ª. Tuve que leer de nuevo Trainspotting para asegurarme de mantener la continuidad con los personajes de la novela, no con los del filme o las adaptaciones teatrales que me han impactado. Fue duro. Adem¨¢s, con tanto revuelo a nivel mundial, me hab¨ªa convertido en el tipo trainspotting, lo cual est¨¢ bien, pero tiene sus pegas. Pas¨¦ fases en las que no quer¨ªa ni mencionar el tema.
P. Le llaman poeta de la generaci¨®n qu¨ªmica. ?Se identifica con ese papel?
R. Para nada. S¨®lo me identifico con el proyecto que tengo entre manos. No me paro a pensar en lo que dice la gente de mi trabajo. Me centro en el futuro m¨¢s que en el pasado. Tengo reservas a la hora de identificarme con mis personajes y odiar¨ªa que se me tomara como modelo de referencia. Con mis libros s¨®lo me ayudo a m¨ª mismo, a hacerme rico. No digo que sea mala idea seguir mi ejemplo, pero cada cual debe descubrir su camino. Se aprende m¨¢s del fracaso que del ¨¦xito.
P. Resalta la falta de principios de sus personajes. ?Qu¨¦ intenta demostrar con ello?
R. Me interesa la forma en que la avaricia y la motivaci¨®n econ¨®mica han retorcido el c¨®digo moral. Gente que antes nunca cruzar¨ªa una l¨ªnea de piquetes se vuelve esquirol; los que nunca delatar¨ªan a sus amigos se chivan a la polic¨ªa... Prima el ego¨ªsmo individualista frente a la idea comunitaria. Me atraen este tipo de personajes y el castigo que reciben de la comunidad. Pasa lo mismo con quienes se humillan en los concursos de televisi¨®n. Ganar¨¢n un segundo de fama, pero realmente lo que desean es llamar masivamente la atenci¨®n. Es preocupante porque se aprecia en ellos caracter¨ªsticas propias de los asesinos en serie.
P. ?A qu¨¦ impulso cree que responde esta gente?
R. Quieren ser reconocidos y relacionarse con los dem¨¢s, aunque sea de una forma retorcida. Cuestiono el porqu¨¦ de esta necesidad. Y estoy llegando a la conclusi¨®n de que intentar comprender nuestra era, la cultura pop, es en realidad una distracci¨®n que no te ayuda a descifrar la condici¨®n humana. Antes reafirm¨¢bamos nuestra existencia uni¨¦ndonos a un partido revolucionario, a una religi¨®n... y ahora probablemente lo hacemos con la televisi¨®n. El cambio tecnol¨®gico avanza a tan alta velocidad que nos evadimos en el mundo televisivo. Este fen¨®meno no puede durar mucho. La gente mirar¨¢ de nuevo al exterior y se producir¨¢ entonces una grave convulsi¨®n. Presiento que, en unos diez a?os, las sociedades capitalistas occidentales, con su relativa estabilidad actual, vivir¨¢n una fase de agitaci¨®n colectiva que tornar¨¢ las tablas del presente.
P. En Porno, la era Thatcher ha dado paso al nuevo laborismo. ?Qu¨¦ cambios observa?
R. Con Thatcher, el Reino Unido se dirig¨ªa a un horrible punto de efervescencia, con una enorme polarizaci¨®n entre los ricos y los despose¨ªdos. Era un hervidero de malestar. Los laboristas han conseguido frenar el proceso e intentan crear una sociedad m¨¢s humana, m¨¢s integrada. Se han reducido los niveles de desigualdad e insatisfacci¨®n, pero a¨²n no se ha invertido el proceso.
P. ?Qu¨¦ le atrae de la marginalidad social y, en especial, del mundo varonil?
R. Me fascina la cultura masculina y, en concreto, la cultura tradicional escocesa proletaria que se ve sitiada por los nuevos factores sociales. Me gusta ver c¨®mo adopta a unos y rechaza a otros. Ahora comienza a interesarme el mundo femenino y quiero dar protagonismo a la mujer en mis novelas. Es alucinante lo mucho que ha cambiado la mujer en los ¨²ltimos a?os. Muchas tienen ahora m¨¢s dinero y oportunidades que los hombres. Ha surgido una cultura ladette (algo as¨ª como marimacho) de chicas decididas a emborracharse m¨¢s, pelear m¨¢s, follar m¨¢s... Dista mucho del papel tradicional que se esperaba de la mujer.
P. Trainspotting dio prestigio al g¨¦nero popular, al ser considerada para el premio Booker. ?Se ha vencido el elitismo en la literatura?
R. Trainspotting se seleccion¨® en una primera fase, pero no se admiti¨® entre las obras finalistas debido a la oposici¨®n de dos mujeres jurados. Amenazaron con boicotear el premio. Algo hemos avanzado, ya que hoy nadie puede imaginar una reacci¨®n similar. Supongo que les molest¨® el lenguaje, el consumo de drogas, la violencia. Pero tambi¨¦n hay un elemento clasista. A muchos comentaristas burgueses les intimidan las expresiones de ira genuina de tipos de clase inferior. Tienen miedo a convertirse en receptores de dicha rabia. Hacen resurgir el mito del miedo a los desfavorecidos y temen ser las pr¨®ximas v¨ªctimas del crimen violento al que tanto se refieren los medios de comunicaci¨®n.
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