El centenario del poeta e impresor Manuel Altolaguirre saca a la luz su obra in¨¦dita
'Epistolario (1929-1959)' re¨²ne su correspondencia con los poetas de la generaci¨®n del 27
Letra a letra compuso Manuel Altolaguirre (M¨¢laga, 1905-Burgos, 1959) los versos de sus amigos Garc¨ªa Lorca, Aleixandre, Cernuda, Neruda o Salinas. Aunque la guerra y el exilio se interpusieron en su camino, en sus sucesivas imprentas desde M¨¢laga, Madrid, Par¨ªs, Londres o Cuba, Altolaguirre aliment¨® su pasi¨®n editorial que simultane¨® con su trabajo como director de revistas, dramaturgo, guionista o productor. El centenario del inquieto poeta ha impulsado la preparaci¨®n de las ediciones de su correspondencia y de su obra de teatro in¨¦dita Entre dos p¨²blicos.
En una imprenta "con muy pocas m¨¢quinas, con muchos sillones, con m¨¢s conversaci¨®n que trabajo, con trabajo casi siempre art¨ªstico", recordaba Manuel Altolaguirre c¨®mo se editaron algunos de los libros m¨¢s m¨ªticos y definitivos de la poes¨ªa espa?ola contempor¨¢nea como Perfil del aire, de Luis Cernuda, o Canciones, de Federico Garc¨ªa Lorca.
Autor de seis libros de poes¨ªa, Altolaguirre obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1933 por Lenta libertad. Articulista, cr¨ªtico, guionista junto a Luis Bu?uel de Subida al cielo, el malague?o nunca renunci¨® a publicar obras ajenas. "?Y sus versos! ?Cu¨¢nto le debemos a Manolo, cu¨¢ntos habr¨¢ dejado de escribir ¨¦l por imprimir los nuestros!", explicaba Pedro Salinas, que lo defin¨ªa como un "Don Juan de las imprentas".
"Nuestra imprenta ten¨ªa forma de barco, con sus barandas, salvavidas, faroles, vigas de luz y blanco, cartas marinas, cajas de galletas y vino para los naufragios. Era una imprenta llena de aprendices, uno manco, aprendices como grumetes, que llenaban de alegr¨ªa el peque?o taller, que ten¨ªa flores, cuadros de Picasso, m¨²sica de Falla, libros de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez en los estantes". Describ¨ªa as¨ª Altolaguirre, en uno de sus textos, la imprenta Sur, fundada en su M¨¢laga natal. Desde all¨ª lanz¨® junto a Emilio Prados y Jos¨¦ Mar¨ªa Souviron la revista Litoral. Ser¨ªa Litoral la segunda de una larga lista de publicaciones (como Caballo verde para la poes¨ªa, La ver¨®nica o 1616) que el m¨¢s joven de la generaci¨®n del 27 editar¨ªa a lo largo de su vida, gran parte de ellas junto a su primera esposa, la tambi¨¦n poeta Concha M¨¦ndez.
Ni la guerra, ni el exilio frenaron la fiebre que desde los 18 a?os padeci¨® Manuel Altolaguirre por la imprenta y la poes¨ªa. Durante la guerra logr¨® montar en el mismo frente una nueva imprenta, como relata en sus memorias Caballo griego: "Ante mi insistencia por trabajar, mis jefes trajeron hasta un lugar pr¨®ximo al puesto de mando un peque?o taller de imprenta y nadie puede imaginar mi alegr¨ªa cuando vi llegar sobre un cami¨®n los chivaletes, las cajas, la prensa, el papel, las tintas".
Imbuido en su tarea cuando falt¨® papel en el frente de Catalu?a, con las tropas nacionales acechando, no dud¨® Altolaguirre en usar cuanto estuvo a su alcance para poder componer antolog¨ªas, boletines y una reedici¨®n de los versos que Pablo Neruda dedic¨® a los combatientes republicanos en Espa?a en el coraz¨®n. Record¨® el poeta aquella legendaria impresi¨®n en una carta dirigida al escritor y diplom¨¢tico cubano Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez de Castro: "El d¨ªa que se fabric¨® el papel del libro de Pablo fueron soldados los que trabajaron en el molino. No s¨®lo se utilizaron las materias primas (algod¨®n y trapos) que facilit¨® el Comisariado, sino que los soldados echaron en la pasta ropas, vendajes, trofeos de guerra, una bandera enemiga y la camisa de una prisionero moro".
Una nueva edici¨®n de aquel poemario, elaborada por la editorial Renacimiento, marc¨® a principios de este a?o el final del centenario de Neruda y el comienzo del de Altolaguirre. La publicaci¨®n de varios in¨¦ditos del poeta malague?o ser¨¢ uno de los homenajes que reciba en su aniversario.
El profesor especialista en la obra de Altolaguirre, James Valender, dirige la edici¨®n de Epistolario (1923-1959) editado por la Residencia de Estudiantes. El volumen re¨²ne una amplia muestra de la correspondencia que el poeta mantuvo a lo largo de su vida. Desde las cartas que escribi¨® desde M¨¢laga cuando era un joven poeta hasta las que escribi¨® desde el exilio, que primero lo condujo a Francia, luego a Cuba y finalmente a M¨¦xico. La correspondencia reconstruye su agitada trayectoria vital y art¨ªstica. Jorge Guill¨¦n, Lezama Lima, Manuel de Falla, Alfonso Reyes o Paul Eluard son algunos de sus numerosos corresponsales. "?sta es la primera vez que se pretende reunir una muestra completa de sus cartas. Tambi¨¦n se han reunido cartas enviadas a Altolaguirre por sus amigos. Ofrecen much¨ªsima informaci¨®n acerca de su trabajo como impresor y editor, pero tambi¨¦n echan luz sobre la vida personal del poeta", explica Valender.
El Centro Cultural Generaci¨®n del 27 tambi¨¦n ha impulsado la publicaci¨®n facs¨ªmil del ejemplar mecanografiado de la obra de teatro in¨¦dita Entre dos p¨²blicos, hallada en la biblioteca de un hispanista ruso.
Valender es tambi¨¦n el comisario de la exposici¨®n El espacio interior. Manuel Altolaguirre 1905-1959 -que se inaugurar¨¢ en junio en M¨¢laga, organizada por el ministerio de Cultura, la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Estatales, la Junta de Andaluc¨ªa, la Residencia de Estudiantes y el Centro Cultura Generaci¨®n del 27-.
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