Contra las aduanas

Las aduanas son "injustas para un poeta que viaja con una peque?a m¨¢quina", explica Manuel Altolaguirre a su buen amigo y consejero, el librero Le¨®n S¨¢nchez Cuesta, en una de las cartas in¨¦ditas recogidas en Epistolario (1923-1959). "Tampoco quiero pagar impuestos. No me hace ninguna gracia y adem¨¢s no tengo dinero. No tengo m¨¢s que mi imprenta y mi trabajo. Si los libros se venden podr¨¦ pagarlos, pero no estoy muy seguro ni de sacar para pagar los gastos de papel", contin¨²a el escrito que remiti¨® desde Par¨ªs el d¨ªa de Nochebuena de 1930.

El poeta viaj¨® a aquella ciudad durante unos meses y all¨ª prosigui¨® con su revista Poes¨ªa, que fund¨® en solitario tras la desaparici¨®n de Litoral. "No es posible pagar contribuciones industriales en todos los pa¨ªses. ?Y cuando imprima en el mar, en el barco que me llevar¨¢ a Am¨¦rica? ?Qu¨¦ debo hacer entonces? Le pregunto esto ¨²ltimo, pues preparo y me preparan un viaje transatl¨¢ntico con mi taller. Durante la traves¨ªa imprimir¨¦ una antolog¨ªa de poetas americanos y espa?oles que tiene hecha un amigo m¨ªo. ?Qu¨¦ debo hacer entonces? ?Debo tirar al mar algunas monedas? Estoy muy preocupado con estos asuntos. Escr¨ªbame. D¨¦me consejos. Usted puede orientarme mejor que nadie en el desorden mercantil que llevo entre manos".

No viajar¨ªa a Am¨¦rica hasta el final de la guerra en 1939, cuando, acompa?ado por su esposa, Concha M¨¦ndez, y su hija Paloma, Altolaguirre emprender¨ªa un largo exilio. El barco que les conduc¨ªa a M¨¦xico hizo escala en Cuba y debido a la enfermedad de su hija all¨ª fue donde primero se establecieron.

Aquella escala dur¨® cuatro a?os y permiti¨® que el matrimonio retomara su trabajo en la imprenta La Ver¨®nica e hiciera de su casa un lugar de acogida para cuantos exiliados pasaran por all¨ª. Centenares de libros, la revista Espuela de Plata de Lezama Lima y otras dos revistas propias, vieron la luz en aquella imprenta antes de que decidieran proseguir su camino hasta M¨¦xico en 1943.

Altolaguirre regresar¨ªa por primera vez a Espa?a siete a?os despu¨¦s para ver a su familia. En un nuevo viaje, en 1959, tras presentar su pel¨ªcula El cantar de los cantares en el Festival de San Sebasti¨¢n, el poeta muri¨® en un accidente de coche en Burgos, junto a su segunda esposa, Mar¨ªa Luisa G¨®mez Mena.