El F¨®rum, un a?o despu¨¦s
Barcelona abre su F¨®rum al mundo. Era la noticia del 9 de mayo de 2004. Un a?o despu¨¦s, ?qu¨¦ queda de aquel acontecimiento, que reuni¨® a 3.000 ponentes, y del territorio que ocup¨®? A la zona le falta a¨²n mucho para mostrar una animaci¨®n permanente.
Los guerreros de Xi'an, la placa fotovoltaica, la bola del mundo. La imagen que puede evocar el F¨®rum de Barcelona un a?o despu¨¦s de su apertura es diversa. Y dispersa. Como lo fue el propio acontecimiento, que dur¨® 141 d¨ªas, del 9 de mayo al 26 de septiembre de 2004. Los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992 dejaron im¨¢genes claramente identificadas con la ciudad: el saltador de trampol¨ªn con las torres de la Sagrada Familia al fondo, el arquero tirando la flecha que prendi¨® el pebetero, los atletas bailando en el escenario mientras Cobi ascend¨ªa a los cielos? En el caso del F¨®rum, esas im¨¢genes tan precisamente evocadoras no existen. Un a?o despu¨¦s, la tan repetida pregunta de ?qu¨¦ es el F¨®rum?, que se formul¨® mal¨¦volamente hasta el ¨²ltimo d¨ªa del acontecimiento -tras m¨¢s de 50 di¨¢logos con 3.000 ponentes, una quincena de grandes exposiciones y una densa oferta de espect¨¢culos-, suscita respuestas encontradas.
Fue, eso est¨¢ claro, un invento de Barcelona, una ciudad con cierto h¨¢bito de postularse como organizadora de grandes saraos que le sirven de excusa, est¨ªmulo y gu¨ªa a su propio crecimiento: ¨¦sta es su manera cl¨¢sica de contrarrestar la falta de capitalidad pol¨ªtica. Lo hizo con las exposiciones de 1888 y 1929, y en la etapa democr¨¢tica, con los Juegos y el F¨®rum. En todos los casos, Barcelona ha sacado partido para, precisamente, hacerse ciudad y reivindicarse en el mapa internacional. As¨ª, en la exposici¨®n de 1888 gan¨® el parque de la Ciutadella y urbaniz¨® el Paralelo; en la de 1929 conquist¨® la monta?a de Montju?c, y con ocasi¨®n de los Juegos se dot¨® de infraestructuras clave, como las rondas de circunvalaci¨®n, y, sobre todo, se abri¨® al mar, construyendo al tiempo un nuevo barrio, la Vila Ol¨ªmpica.
?Y el F¨®rum? Su herencia urbana es la culminaci¨®n de la regeneraci¨®n del frente mar¨ªtimo iniciada con los Juegos Ol¨ªmpicos. Una regeneraci¨®n mucho mayor que la de 1992, pues la superficie que ahora iba a transformarse era de 214 hect¨¢reas, cinco veces superior a la ligada a la operaci¨®n deportiva. Y tambi¨¦n una regeneraci¨®n m¨¢s complicada porque, entre otras cosas, la gran explanada p¨²blica ganada se apoya sobre infraestructuras tan vitales como un cintur¨®n viario y una gran depuradora de aguas. Si se pudiera mirar a trav¨¦s del suelo, se ver¨ªan seis carriles de circulaci¨®n r¨¢pida, y, m¨¢s all¨¢, los grandes dep¨®sitos decantadores que filtran los desechos de tres millones de habitantes. Todo ello al lado de un barrio, el de La Mina, en Sant Adri¨¤ del Bes¨°s, que lucha por sacarse de encima el hist¨®rico estigma de gueto nacido del m¨¢s abyecto desarrollismo de los a?os cincuenta y sesenta.
La otra parte de la herencia del acontecimiento es m¨¢s dif¨ªcil de medir, porque depende del futuro: es la propia supervivencia del F¨®rum -m¨¢s all¨¢ de su segunda convocatoria, que tendr¨¢ lugar en Monterrey en 2007- como un encuentro promovido por las ciudades, y, en consecuencia, no sujeto a estrategias gubernamentales. "Yo dir¨ªa que la mejor herencia del F¨®rum ser¨¢ que Barcelona consiga posicionarse en el circuito internacional de encuentros en torno al conocimiento. Que la ciudad no sea s¨®lo un polo de atracci¨®n para la econom¨ªa del sector de los congresos, las ferias y el turismo", apunta Mireia Belil, directora de la Fundaci¨®n F¨®rum.
Despu¨¦s de que el acontecimiento cerrara sus puertas el 26 de septiembre, han desaparecido del territorio las estructuras ef¨ªmeras ligadas al F¨®rum, como la haima. Ha sido un invierno de soledad de esa zona, mientras se iniciaba el acondicionamiento para sus nuevos usos. De hecho, esta primavera ser¨¢ la apertura real. La de verdad ante la ciudadan¨ªa, ya que durante el F¨®rum s¨®lo se pudo acceder previo pago. Algo que molest¨® a buena parte de los barceloneses y se convirti¨® en una losa para una criatura que acababa de nacer. Durante estos meses, la ¨²nica pieza del puzzle que s¨ª ha funcionado desde noviembre ha sido el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB). Y lo ha hecho con buen rendimiento, con algo m¨¢s de 60.000 asistentes a las diversas reuniones y congresos celebrados. "Cerraremos los primeros 12 meses de funcionamiento con 115.000 asistentes, lo que deja peque?a la previsi¨®n que hab¨ªamos calculado hasta 2007 de unos 250.000", explica Jes¨²s ?lvarez, director del CCIB. Ese movimiento en el CCIB ha tenido reflejo en algunos hoteles de la zona, que abrieron sus puertas con motivo del F¨®rum.
Uno de los mayores, el Princess, registra una ocupaci¨®n del 70% desde febrero, y, como indican las reservas, se mantendr¨¢ en ese nivel en lo que queda de primavera y tambi¨¦n en oto?o. Esa es la radiograf¨ªa que presenta Santiago Hern¨¢ndez, director del establecimiento, dise?ado por el arquitecto ?scar Tusquets. "La mitad de los clientes est¨¢n asociados a los congresos y reuniones del CCIB; el resto son turistas, ingleses y alemanes principalmente, y asistentes a otras convenciones", precisa. ?Pero no est¨¢ lejos del centro de la ciudad? "En absoluto. Eso le puede parecer a un ciudadano de Barcelona, pero no a los visitantes, que en 15 minutos est¨¢n en la plaza de Catalu?a con el metro, o en el Port Ol¨ªmpic con el tranv¨ªa", zanja.
Salvo el movimiento que generan esos establecimientos hoteleros y el propio centro de convenciones, la zona s¨®lo se anima los fines de semana con paseantes y ciclistas. Se ven gr¨²as en solares donde se levantar¨¢n las primeras viviendas. Un edificio de oficinas, as¨ª como un nuevo hotel -de la cadena Hilton- abrir¨¢n esta primavera en las inmediaciones. Tambi¨¦n se franquear¨¢ el paso a la zona de ba?os a partir de mayo, sum¨¢ndose la playa dura proyectada por Beth Gal¨ª a la amplia oferta del resto de playas de Barcelona. La explanada central, una enorme plaza de 16 hect¨¢reas, ya ha empezado a utilizarse para organizar actos o montar espect¨¢culos de cierta envergadura, como circos o la reciente Feria de Abril catalana. El puerto deportivo de Sant Adri¨¤, surgido al calor del F¨®rum, tiene listos los pantalanes para que amarren unas 400 embarcaciones a partir de esta primavera. Mientras, se esta instalando la estructura que soportar¨¢ la segunda placa fotovoltaica, mayor que la plancha inclinada que tanto impact¨® a los visitantes. Justo debajo de ella se ha instalado de forma provisional la Escuela de Vela de la federaci¨®n catalana, en plena negociaci¨®n para que el espacio se pueda aprovechar en el futuro para ubicar el centro de alto rendimiento de vela. "Los cursos de la escuela empezar¨¢n entre junio y julio", puntualiza Segismond Obrador, presidente de la federaci¨®n catalana de vela.
Pero lo que dar¨¢ masa cr¨ªtica al nuevo espacio urbano del F¨®rum tardar¨¢ todav¨ªa dos o tres a?os en coger forma. Se trata de un nuevo barrio, que nacer¨¢ en los solares liberados de la zona, y de la reforma de dos hist¨®ricos arrabales barceloneses, La Mina y La Catalana, donde se construir¨¢n entre 3.000 y 4.000 viviendas que combinar¨¢n la promoci¨®n privada con la p¨²blica. "Unas 10.000 personas se instalar¨¢n en un plazo de tres o cuatro a?os. Y es el tiempo calculado para la consolidaci¨®n de la nueva ¨¢rea urbana, desde que la reforma ech¨® a andar, hace cinco a?os", explica Xavier Casas, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento barcelon¨¦s. Si el nuevo barrio es esencial para insuflar vida a la zona, no lo es menos la decisi¨®n de construir un campus universitario en una lengua de terreno de ocho hect¨¢reas en la que se ubicar¨¢n parte de los estudios de arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Barcelona y la Escuela Industrial. Claro que todav¨ªa falta rubricar el acuerdo de financiaci¨®n que lo posibilite. La presencia del mundo universitario est¨¢ asegurada, adem¨¢s, por el traslado del Departamento de Universidades e Investigaci¨®n (Dursi) a uno de los nuevos edificios comprado por la Generalitat.
La Vila Ol¨ªmpica fue un barrio fantasma durante el a?o que sigui¨® a los Juegos, porque se cerr¨® al p¨²blico para acondicionar las viviendas antes de entregarlas a sus propietarios. Ha tardado a?os en arrancar. "No se puede hacer ciudad donde no la hab¨ªa de un d¨ªa para otro. Todo requiere su tiempo, y lo mismo pasar¨¢ con el territorio ganado por el F¨®rum", concluye el primer teniente de alcalde. Crear la zona del F¨®rum para uso ciudadano supondr¨¢ una inversi¨®n ulterior de 2.860 millones de euros, el 41,55% de iniciativa p¨²blica y el resto del sector privado, que construye y construir¨¢ hoteles, oficinas, viviendas y actividades ligadas a la universidad, adem¨¢s de actuaciones de mejora de infraestructuras, como el soterramiento de las l¨ªneas de alta tensi¨®n o la sustituci¨®n de las centrales t¨¦rmicas instaladas actualmente. La inversi¨®n p¨²blica se ha destinado principalmente a los espacios p¨²blicos, las infraestructuras -dep¨®sitos de agua, colectores, cobertura de la Ronda litoral-, el futuro campus universitario, la mejora del transporte y la ampliaci¨®n de la depuradora.
M¨¢s all¨¢ de la piedra que aspira a hacerse ciudad, ?qu¨¦ herencia ha dejado el F¨®rum al a?o de su arranque? El acontecimiento aspiraba a contar con una proyecci¨®n internacional amplia, pero no la tuvo, salvo en el mercado latinoamericano. Se plante¨® como un espacio de debate e intercambio din¨¢mico de ideas que en su gran mayor¨ªa no superaron el list¨®n de lo pol¨ªticamente correcto, tal vez por el cors¨¦ impuesto por una organizaci¨®n integrada por tres administraciones que, hasta un mes antes del inicio, eran de signo pol¨ªtico dispar: el Partido Popular, en el Gobierno central; Converg¨¨ncia i Uni¨®, en la Generalitat, y el tripartito de socialistas, republicanos y ecosocialistas, en el Ayuntamiento de la capital catalana.
Por si eso fuera poco, algunas im¨¢genes que se vieron en el recinto, como la llegada al puerto de j¨®venes anti-F¨®rum embarcados en balsas o el mont¨®n de botellas de agua en las papeleras de fuera del recinto por la prohibici¨®n inicial de entrar con bebida y alimentos, constituyeron aut¨¦nticos torpedos en la l¨ªnea de flotaci¨®n del F¨®rum. Desde la Fundaci¨®n F¨®rum, constituida por las tres administraciones, se est¨¢ intentando montar y defender lo que podr¨ªa entenderse como el legado moral del acontecimiento. "No es tarea f¨¢cil", diagnostica la directora de la fundaci¨®n, Mireia Belil, que tambi¨¦n fue la responsable de la organizaci¨®n de los di¨¢logos del acontecimiento. Algunas de las iniciativas tomadas durante el F¨®rum se est¨¢n concretando ahora, como la creaci¨®n de la Casa de las Lenguas. En septiembre se celebrar¨¢ en Barcelona la primera reuni¨®n de Centro Barcelona Global Compact de Naciones Unidas, que aspira sobre el papel a convertirse en referencia del debate sobre las responsabilidades de las empresas en el siglo XXI y su implicaci¨®n en el desarrollo. La Fundaci¨®n F¨®rum tambi¨¦n participar¨¢ en octubre en un encuentro de Casa Asia sobre el di¨¢logo de las civilizaciones entre Oriente y Occidente. "La fundaci¨®n quiere estar presente en los debates y encuentros sobre las ideas y objetivos que se trataron durante el F¨®rum", afirma su directora, una mujer optimista que descubre cierto poso del F¨®rum en el enfoque que se da, por ejemplo, a algunas iniciativas, como la de impulsar un turismo sostenible.
Con todo, el principal objetivo de la fundaci¨®n actual es velar por que el propio acontecimiento perviva en el tiempo y no se aleje de los tres ejes b¨¢sicos marcados por la cita barcelonesa: la diversidad, las condiciones para la paz y la sostenibilidad. "Pero estos ejes deben adaptarse a las ciudades, pa¨ªses y continentes donde se organice", apunta Belil. La fundaci¨®n ser¨¢, en cierto modo, el organismo an¨¢logo al COI (Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional) respecto a la organizaci¨®n de los Juegos; decidir¨¢ d¨®nde se celebran los sucesivos F¨®rum y controlar¨¢ en la distancia su organizaci¨®n. Una tarea ya en marcha con Monterrey, la ciudad mexicana que tomar¨¢ el testigo de Barcelona en 2007.
Monterrey, de salida, cuenta con la ventaja de poder aprender de los errores cometidos en Barcelona. El principal, sin duda, haber cerrado el recinto, y tambi¨¦n la excesiva duraci¨®n y amplitud de la oferta. La que es la tercera ciudad mexicana y uno de los s¨ªmbolos de la industrializaci¨®n y modernidad del pa¨ªs cuenta con otra gran ventaja. No tiene que inventarse un espacio porque ya lo tiene: el parque de la Fundidora. Un complejo que naci¨® en 1986, cuando cerr¨® la industria del acero que llevaba ese nombre, una de las principales del pa¨ªs. Son 100 hect¨¢reas de manto verde salpicadas por 127 edificios de la antigua f¨¢brica de fundici¨®n, algunos de ellos ya transformados en equipamientos que acogen cines y salas de arte.
Si Barcelona tuvo que correr para crear el espacio urbano y construir los edificios que cobijaron el F¨®rum, Monterrey podr¨ªa celebrarlo ya. Adem¨¢s del vasto parque, la Fundidora cuenta con dos hoteles; un albergue juvenil; Cintermex -el centro de negocios de Monterrey con capacidad para 2.500 personas-; un gran centro de exposiciones; el auditorio Coca-Cola, con 7.000 butacas, y el pabell¨®n Arena, con capacidad para 17.000 personas. Se trata del principal equipamiento de la ciudad para convenciones y reuniones de negocios, pero tambi¨¦n sirve de espacio de ocio para miles de ciudadanos, que lo visitan los fines de semana. La zona est¨¢ conectada con el centro de la ciudad por autob¨²s y metro. Es decir, no es un espacio nuevo que la ciudad debe asimilar, sino uno completamente conocido al que hace poco acudieron unas 150.000 personas para presenciar la grabaci¨®n del ¨²ltimo cap¨ªtulo de un popular culebr¨®n televisivo.
Monterrey 2007 durar¨¢ tres meses, a partir de septiembre, y su recinto, el parque de la Fundidora, no estar¨¢ cerrado. "Todav¨ªa no han determinado el sistema de entradas para acceder a exposiciones y espect¨¢culos", apunta la directora de la fundaci¨®n, que visit¨® la ciudad mexicana en febrero.
El lanzamiento de la cita de 2007 se har¨¢ en el parque con un concierto de los tres tenores -Pavarotti, Careras y Domingo- el pr¨®ximo 4 de junio. La organizaci¨®n en Monterrey tambi¨¦n ser¨¢ a tres bandas, pero con un peso mayor del Gobierno federal y del Estado de Nuevo Le¨®n, del que Monterrey es capital. El Ayuntamiento de la ciudad tiene menor participaci¨®n, incluso en la reforma urban¨ªstica que se realizar¨¢ aprovechando la cita y que b¨¢sicamente pasa por conectar el centro hist¨®rico con el parque mediante un nuevo paseo, cuyas obras se iniciar¨¢n este verano. Como en Barcelona, Monterrey tambi¨¦n persigue el patrocinio de empresas. Una tarea que no se aventura muy dif¨ªcil, ya que la propia ciudad es sede de importantes compa?¨ªas y, adem¨¢s, Estados Unidos queda a 200 kil¨®metros. Contar¨¢ probablemente con la estrecha colaboraci¨®n del mundo universitario.
El presupuesto de partida de Monterrey es de 200 millones de euros, muy por debajo de los 324 de la cita espa?ola. Pero parece que el sino del F¨®rum es que vaya acompa?ado de pol¨¦mica. Porque la ciudad mexicana tampoco se libra de cierta oposici¨®n al evento. No una oposici¨®n social, como fue la de Barcelona, sino de signo pol¨ªtico, al ser Monterrey feudo del PRI, frente a un Gobierno federal en manos del Partido de Acci¨®n Nacional (PAN). La virtud del consenso del F¨®rum de Barcelona se pondr¨¢ a prueba tambi¨¦n en M¨¦xico. No hay duda, en cualquier caso, de que ser¨¢ otro F¨®rum. Y si funciona, tampoco hay duda de que reportar¨¢ un beneficio indirecto a Barcelona, aunque no acabe de despejar la nebulosa de su significado.
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