Final de proceso
La imprevisi¨®n de los empadronamientos por omisi¨®n o retroactivos, que empa?¨® en su recta final el proceso de regularizaci¨®n extraordinaria de inmigrantes, concluido ayer, no ha impedido que ¨¦ste alcance su objetivo fundamental: sacar a la superficie la m¨¢xima porci¨®n de econom¨ªa sumergida que se sustenta en la contrataci¨®n fraudulenta de inmigrantes sin papeles. Si las solicitudes de regularizaci¨®n presentadas por los empresarios se acercan a las 700.000, como parece, ser¨¢ dif¨ªcil mantener la tesis del fracaso, salvo que se quiera cerrar los ojos ante la evidencia de las cifras.
Se trata de la regularizaci¨®n extraodinaria m¨¢s numerosa de las siete llevadas a cabo en Espa?a desde 1990, cinco de ellas por los Gobiernos de Aznar. Ha sido la que ha contado con un mayor apoyo pol¨ªtico, social e institucional, en especial de empresarios y sindicatos, y la primera vinculada directamente a la situaci¨®n laboral del inmigrante irregular, y no s¨®lo a su estancia en Espa?a hasta una determinada fecha. Lo cual no ha impedido que haya sufrido como ninguna otra las mayores acometidas por parte de la oposici¨®n, en este caso el PP, as¨ª como de sectores medi¨¢ticos y sociales que han atribuido el proceso a un intento de ganar votos; como si los inmigrantes, incluso regularizados, pudieran votar.
Para hacer el balance definitivo habr¨¢ que conocer cu¨¢ntas de las solicitudes admitidas -hasta ahora s¨®lo un 2% han sido rechazadas- se transforman en altas en la Seguridad Social, para lo que los empresarios disponen de un mes. Tendr¨ªa poca l¨®gica que quienes han dado el paso de contratar a un inmigrante, y han compartido con ¨¦l las molestias del papeleo en las oficinas p¨²blicas, lo dejaran abandonado en el ¨²ltimo momento, situ¨¢ndose ellos mismos en una situaci¨®n de ilegalidad f¨¢cilmente detectable.
El ¨¦xito de la regularizaci¨®n iniciada el 7 de febrero conviene a todos. No s¨®lo porque har¨¢ m¨¢s improbable tener que recurrir en el futuro -qui¨¦n sabe si a un Gobierno del PP- a este tipo de medidas extraordinarias, s¨®lo justificadas por la imposibilidad de hacer frente de otra manera a situaciones humana y socialmente insostenibles y da?inas para la econom¨ªa, sino porque ser¨ªa un buen punto de partida para perfilar de una vez una pol¨ªtica de inmigraci¨®n estable y al margen de la lucha partidaria, como corresponde a uno de los fen¨®menos sociales m¨¢s complejos de nuestra ¨¦poca.
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