Otra batalla para Greenpeace
Cinco pacifistas pueden ir a prisi¨®n por protestar contra la guerra de Irak
El 14 de marzo de 2003, dos d¨ªas antes de la foto de las Azores, mientras miles de personas se manifestaban contra la inminente guerra de Irak, cinco activistas de Greenpeace fueron detenidos por protestar contra la contienda a bordo del Rainbow Warrior entorpeciendo la salida de buques de la base militar de Rota (C¨¢diz) hacia Bagdad. El juicio comenzar¨¢ ma?ana, en el Juzgado n¨²mero 1 de C¨¢diz. El fiscal solicita penas que suman casi 12 a?os de c¨¢rcel.
El asunto tiene movilizada a la ONG, ya que es la primera vez que se enfrenta en Espa?a a penas de prisi¨®n. En otros pa¨ªses, acciones similares en las que Greenpeace intentaba impedir la salida de barcos rumbo a Irak se han saldado con sanciones econ¨®micas. La organizaci¨®n ha recibido el apoyo de 75.000 personas, muchas del mundo de la cultura, y de 40 organizaciones; 24.000 personas se han autoinculpado y han firmado debajo de la frase "yo tambi¨¦n protest¨¦ contra la guerra, yo tambi¨¦n quiero ir a la c¨¢rcel".
"Sab¨ªa que lo que hac¨ªa estaba prohibido, pero no pensaba en penas de c¨¢rcel", dice una de las acusadas
Los acusados, que est¨¢n en libertad, son los espa?oles Carlos Bravo, de 44 a?os, bi¨®logo y responsable de energ¨ªa y desarme de Greenpeace desde 1991, y Maite Ambr¨®s, de 29 a?os, ingeniera agr¨®noma y voluntaria de la ONG. Tambi¨¦n est¨¢n encausados el capit¨¢n del barco, Daniel Rizzotti, italo-argentino; el t¨¦cnico de comunicaciones Lawrence Martin, estadounidense, y Philip Walter, neozeland¨¦s.
El Rainbow Warrior lleg¨® a C¨¢diz el 11 de marzo de 2003. El 14, seg¨²n el escrito del fiscal, Juli¨¢n S¨¢nchez, "fonde¨® en la zona de seguridad [de la base militar], lugar en el que se encuentra prohibido realizar tal maniobra". Sin embargo, Carlos Bravo afirma que s¨®lo atracaron "en la zona de fondeo restringido, donde pueden navegar embarcaciones, pero no anclar". "De hecho, pudieron entrar varias fragatas de la OTAN porque el Warrior es un barco peque?o. Fue un bloqueo simb¨®lico", asegura.
Una vez all¨ª, Maite Ambr¨®s y Lawrence Martin decidieron ir en una lancha hinchable hacia una barrera flotante para colocar una pancarta. All¨ª fueron detenidos. El fiscal pide para ellos, por desobediencia, nueve meses de prisi¨®n. "Sab¨ªa que lo que estaba haciendo estaba prohibido, pero jam¨¢s pensaba en penas de c¨¢rcel", asegura Ambr¨®s.
Hacia las siete de la tarde, la Guardia Civil abord¨® el barco, seg¨²n el fiscal, "para conseguir que el capit¨¢n levantase anclas, vi¨¦ndose contestada con una negativa tajante del capit¨¢n". Los ecologistas afirman que s¨®lo pidieron tiempo para hablar con sus asesores legales. "El problema", afirma Bravo, "es que la orden no dec¨ªa que si no obedec¨ªamos ser¨ªamos abordados", como sucedi¨® hacia las 23.30, cuando los agentes remolcaron el barco alpuerto de C¨¢diz. La tripulaci¨®n, formada por unas 30 personas, baj¨® a los camarotes por una trampilla. Entonces se produjo uno de los momentos m¨¢s confusos. Mientras el fiscal afirma que Bravo y Walter hicieron "fuerza para cerrar" la escotilla, "presionando con ella" a dos agentes, Bravo asegura que ¨¦l no baj¨® a los camarotes y que vio c¨®mo los guardias se hac¨ªan da?o cuando, al intentar abrirla, como es muy pesada, se les cay¨® en los pies. "Se lesionaron en el ejercicio de su trabajo. Nosotros somos pacifistas. No agredimos a nadie".
El fiscal pide cuatro a?os de prisi¨®n para Daniel Rizzotti y tres para Carlos Bravo y Philip Walter por desobediencia, resistencia grave y lesiones. La defensa pide la libre absoluci¨®n.
Bravo afronta el juicio con preocupaci¨®n. Su compa?era espa?ola en el banquillo est¨¢ m¨¢s tranquila. "No me importa ir a la c¨¢rcel porque la lucha contra la guerra mereci¨® la pena", dice convencida.
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