Matones globales
La aldea global, digan lo que digan los globalizadores, amanece cada d¨ªa m¨¢s aldeana y menos universal, cuanto m¨¢s se compacta y se organiza por arriba, desde las alturas y las superestructuras, m¨¢s se fragmenta y se atomiza por abajo, sobre el terreno; el mapa no es el territorio y sus pobladores humanos no son tan previsibles como las aves migratorias, que, por cierto, ya no lo son tanto, ni tan previsibles, ni tan migratorias, pues algunas especies han cambiado de costumbres para adaptarse al factor humano...
La aldea global es un icono virtual de gran utilidad para empresas transnacionales partidarias de la deslocalizaci¨®n, que algunos pioneros presentan como alternativa a la inmigraci¨®n: "No hace falta que veng¨¢is a buscar trabajo aqu¨ª, ya os lo llevaremos nosotros a domicilio, que sale m¨¢s barato y crea menos problemas". La aldea global funciona divinamente para los comerciantes y los tratantes, los fabricantes, y los traficantes de armas y de cuerpos, de objetos, de sue?os y de pesadillas, pues hoy se comercia y se trafica, por abominable ejemplo, hasta con los cupos y los derechos de los pa¨ªses y sus empresas para contaminar y envenenar la atm¨®sfera, que ¨¦se s¨ª que es un bien global y en peligro. Sobre el terreno, la aldea global se percibe, m¨¢s bien, como la aldea tribal, en la que bullen innumerables tribus, clanes y patrias, etnias, sectas, mafias, bandas y pandillas, un mundo sumergido que aflora muchas veces en las p¨¢ginas de sucesos, en la cr¨®nica negra de un mundo de todos los colores menos el rosa.
En la aldea global de Villaverde le dieron un pinchazo m¨¢s al globo, un suceso aislado y terrible, que asusta sobre todo por la trivialidad de sus motivos y la edad de la v¨ªctima y de su verdugo. Se pinch¨® la fr¨¢gil burbuja y dej¨® escapar los pestilentes gases de la xenofobia y el racismo. Entonces, para inflamar los caldeados ¨¢nimos, aparecieron en la escena, atra¨ªdos por la pestilencia y la sangre que es su medio de cultivo, hordas de j¨®venes y no tan j¨®venes "neonazis", que no son precisamente nuevos ni propiamente "nazis". Si alguna vez acuden a visitar sus presuntos colegas y correligionarios alemanes, en busca de homologaci¨®n y cruces gamadas de repuesto, es muy probable que sus te¨®ricos correligionarios les apaleen, por ser extranjeros y morenos mediterr¨¢neos. Aunque gusten de la parafernalia militar, coreen infames consignas y celebren los cumplea?os de Hitler, la mayor parte de los "neonazis" nacionales no son sino matones de barrio a los que sus siniestros adiestradores han proporcionado una coartada excelente para sus acciones violentas. En la nota de la polic¨ªa sobre los lamentables incidentes de Villaverde se hablaba de grupos de extrema derecha y de extrema izquierda (??). Los primeros aparec¨ªan referenciados en el texto con su denominaci¨®n de origen, de los supuestos radicales de izquierda no aparec¨ªa una l¨ªnea, ni en la nota policial, ni en las declaraciones de los vecinos, ni en las detalladas cr¨®nicas publicadas por los diarios madrile?os.
Los vecinos del distrito de Villaverde se estar¨¢n manifestando quiz¨¢s mientras escribo estas l¨ªneas, y lo hacen o har¨¢n por la convivencia, contra el racismo y la xenofobia y tambi¨¦n contra la marginaci¨®n que sufren en este pueblo anexionado a la capital tanto nativos como inmigrantes; nativos que en su mayor parte son hijos o nietos de otros inmigrantes, andaluces, manchegos, extreme?os, llegados tambi¨¦n a la urbe, ubre, en busca, si no de la prosperidad, al menos de una supervivencia digna. Villaverde tiene una de las mayores tasas de fracaso escolar y paro, y su poblaci¨®n, una de las rentas m¨¢s bajas de la ciudad de Madrid. Para solucionarlo, el Ayuntamiento y el Ministerio del Interior van a poner una nueva comisar¨ªa. Hace falta. Durante los disturbios que aterrorizaron el otro d¨ªa a los habitantes de Villaverde durante tres horas, en los que se escucharon disparos y se apale¨® a inmigrantes, la polic¨ªa no consigui¨® detener, ni siquiera identificar, a ninguno de los agresores y provocadores.
Para el concejal de Seguridad, Pedro Calvo, lo que ocurre en Villaverde tiene m¨¢s que ver con el "pandilleo" que con la proliferaci¨®n de grupos neonazis o xen¨®fobos, un tema alarmante, pero no preocupante, pues, como dijo un vocal del PP ante sus perplejos vecinos, Villaverde no es un distrito conflictivo ni marginal, sino "el distrito con m¨¢s infraestructuras y mejores equipamientos de la capital...". Villaverde va bien.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.