Estafadores en la Red
El desarrollo de las actividades econ¨®micas y financieras a trav¨¦s de Internet supone un avance considerable para los consumidores y los comerciantes. Operaciones de diverso grado de sofisticaci¨®n, desde compra de art¨ªculos a domicilio hasta transacciones bancarias, pueden realizarse ahora con relativa comodidad sin abandonar el teclado del ordenador. La contrapartida a estas ventajas es la aparici¨®n de un nuevo tipo de fraude que se est¨¢ extendiendo peligrosamente por la Red. Los correos falsos que en nombre de bancos y cajas piden datos bancarios a los consumidores a trav¨¦s del correo electr¨®nico con el fin de desvalijar electr¨®nicamente las cuentas corrientes superan el mill¨®n, seg¨²n el Banco de Espa?a, y los intentos de estafa a trav¨¦s de la Red han crecido en todo el mundo m¨¢s del 330% en los ¨²ltimos doce meses. La amenaza es tan real e inminente que el propio Banco de Espa?a ha advertido a los bancos y cajas espa?oles, mediante una nota en el portal del Cliente Bancario, sobre los "riesgos espec¨ªficos" del creciente uso de las nuevas tecnolog¨ªas como canales financieros o bancarios hacia los consumidores.
La m¨¢xima autoridad monetaria se refiere al llamado phishing, seg¨²n el t¨¦rmino ingl¨¦s acu?ado para definir el tipo de enga?os a trav¨¦s de Internet como el mencionado, u otros, como la de suplantar la personalidad de los estafados para solicitar cr¨¦ditos que pasan a engrosar la deuda del timado y la cuenta corriente del timador. Para acabar o reducir este tipo de fraudes, es necesario que unan sus fuerzas todos los sectores afectados (usuarios, entidades financieras, proveedores tecnol¨®gicos y administraciones p¨²blicas). La tarea de los bancos y las entidades financieras consiste principalmente en aplicar y redoblar las medidas de seguridad electr¨®nica que protegen al cliente, como la doble identificaci¨®n u otros m¨¦todos sofisticados que dificulten la pr¨¢ctica de las estafas.
Gran parte del ¨¦xito del fraude -los ladrones electr¨®nicos consiguen fraudulentamente los datos de un cliente por cada 300.000 correos que lanzan a la Red- se debe a la falta de informaci¨®n precisa de los usuarios. Resulta una conclusi¨®n l¨®gica pedir a las entidades financieras que multipliquen la informaci¨®n que trasladan a sus clientes sobre qui¨¦n y cu¨¢ndo puede solicitarles informaci¨®n y cu¨¢les son los protocolos mediante los cuales se les puede pedir y los usuarios contestar. ?sta es la hora en la que ante los correos fraudulentos todav¨ªa se dan casos de clientes bancarios que dudan y, finalmente, pican. Los ISP o proveedores de acceso a Internet deber¨ªan establecer, por iniciativa propia o a trav¨¦s de acuerdos con el sector bancario y las administraciones p¨²blicas, mecanismos para detectar el env¨ªo de estos correos fraudulentos. Las Administraciones p¨²blicas tambi¨¦n deben colaborar en la erradicaci¨®n de estas pr¨¢cticas, desde la informaci¨®n al usuario (el centro de alerta antivirus de Red.es presenta recomendaciones en este sentido) hasta la posibilidad de establecer una regulaci¨®n penal espec¨ªfica. Pero tambi¨¦n las propias entidades est¨¢n impulsando a sus clientes a hacer un creciente uso de Internet, y deben cargar con una parte de la responsabilidad de estos fraudes.
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