Carta abierta a la hija de Enric Marco
Estimada se?orita: usted tiene 21 a?os. Yo tengo 57. Usted es hija de Enric Marco Batlle, inventor de una deportaci¨®n a Flossenburg. Yo soy el hijo de Joan Tarrag¨® Balcells, deportado a Mauthausen. La he visto defender a su padre en el programa Els matins a TV-3, presentado por Josep Cun¨ª y Pilar Rahola, del 12 de mayo. Su situaci¨®n no debe de ser c¨®moda y, llevada por los lazos que la unen a ¨¦l, intenta protegerle en la prueba que est¨¢ atravesando debido a su propia impostura.
Para serle sincero, esta actitud, que me impresionar¨ªa en otra circunstancia, no me conmueve esta vez.
Que su padre haya montado un espect¨¢culo personal y p¨²blico en torno a la deportaci¨®n es una cosa, y que su padre tenga la desfachatez de presentarse hoy como v¨ªctima es otra muy distinta. Pero lo que est¨¢ en juego es la impostura de su padre contra la memoria de mi padre y la de sus compa?eras y compa?eros.
La impostura de su padre me afecta profundamente, incluso me duele. Me remite al sufrimiento de nuestras familias, que sigue oculto en lo m¨¢s profundo de m¨ª mismo, muy lejos de la sociedad del espect¨¢culo.
Le deseo que conserve a su padre durante mucho tiempo. Yo no tuve esa suerte. El m¨ªo muri¨® en Francia en 1979, a los 65 a?os, debido a las secuelas de su deportaci¨®n. Su carnet de inv¨¢lido, que conservo, contiene una lista muy larga de enfermedades. ?l escribi¨® en sus memorias que durante 24 a?os, ni un a?o m¨¢s ni uno menos, tuvo pesadillas absolutamente todas las noches. Viv¨ª a su lado hasta que tuve la edad que tiene usted ahora. ?l se consideraba un resucitado gracias a la solidaridad entre los republicanos espa?oles, los Tri¨¢ngulo azul de Mauthausen, gracias a la lucha que llevaba a cabo en la organizaci¨®n de la Resistencia, de la que fue uno de los responsables. Nosotros sab¨ªamos que era imposible que fuera libremente feliz. Al despertar, su rostro era siempre el de un hombre ligeramente embrutecido. Ese rostro ha marcado a sus hijos para siempre. ?l hablaba de esa mujer dando a luz delante de un SS, del SS que desenfunda, el SS que mata al ni?o, el SS que mata a la madre. ?l hablaba, pero su voz no era para el p¨²blico.
Si su padre, con su falsa cara de deportado m¨¢s real que la aut¨¦ntica, hubiera le¨ªdo las notas que tengo a la vista, probablemente habr¨ªa obtenido muy buen provecho en sus atronadoras tertulias. Mi padre no se prodigaba como un desesperado como hace el suyo. Nunca pudo. El perro de un SS imprimi¨® sus colmillos en el muslo de su pierna derecha.
Por haberme criado entre deportados, mujeres e hijos de deportados, puedo asegurarle que la moral de este grupo nunca ha sido la mentira. No creo que su padre merezca la impunidad que usted y ¨¦l mismo reclaman.
Con mis m¨¢s respetuosos saludos.
Llibert Tarrag¨®. Hijo de Joan Tarrag¨® Balcells (n¨²mero 4.355, deportado en Mauthausen de febrero de 1941 a mayo de 1945).
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