Suma de ausencias
Dos espadas atravesaron mi cerebro en la tarde del martes: un ¨¢ngel exterminador me impidi¨® asistir a la entrega de los Premios Ortega y Gasset en el C¨ªrculo de Bellas Artes y un seraf¨ªn de Alcorc¨®n, enviado por Las Supremas de M¨®stoles, no me dej¨® tampoco que asistiera a la presentaci¨®n del libro 'El Caso' cerrado, de mi admirado Eugenio Su¨¢rez. Y cuando el acero de las dos tizonas me atiz¨® sin piedad me acord¨¦ del libro Espadas como labios, del gran Vicente Aleixandre, un libro dedicado al madrile?o D¨¢maso Alonso, quien, como demuestra su correspondencia, trabaj¨® a fondo, y con ¨¦xito, para que Aleixandre obtuviera el Premio Nobel. Pretend¨ª disfrutar en mi adolescencia con la lectura de Espadas como labios pero, ay, Javh¨¦ nunca me dio la llave que me abriera aquellos arcanos. Por si a¨²n estoy a tiempo de descubrir el placer de estos versos, abro Espadas como labios y me topo, en el sexto poema del libro, con este t¨ªtulo disuasorio: "Ya es tarde". Le hago caso al maestro y vuelvo a leer EL PA?S con la esperanza de que alg¨²n redactor se haya consentido alguna rima m¨¢s o menos disimulada.
En la nublada ma?ana del pasado mi¨¦rcoles leo en este peri¨®dico la informaci¨®n sobre la entrega de los Premios Ortega y Gasset y para, al menos, en la informaci¨®n del d¨ªa siguiente no perderme nada, comienzo por el principio, o sea, como hizo Dios cuando se lanz¨® a crear el mundo y empez¨® por separar la luz de las tinieblas. Aunque tampoco puedo olvidarme de que Salman Rushdie acaba de decir tambi¨¦n en EL PA?S que la creaci¨®n, tal como la cuenta el G¨¦nesis, es puro cuento.
En la entradilla de la noticia de la entrega de los Premios se mencionan los magn¨ªficos trabajos del fot¨®grafo Pablo Torres -una fotograf¨ªa suya resume el horror del 11-M-, de las periodistas Leticia ?lvarez y Rosana Lanero de El Comercio de Gij¨®n -su investigaci¨®n en Asturias desvela la trama que se escond¨ªa detr¨¢s de los atentados de Madrid- y de Mauricio Herrera, Giannina Segnini y Ernesto Rivero, miembros del equipo de investigaci¨®n del diario costarricense La Naci¨®n. Hicieron un trabajo admirable denunciando un caso de corrupci¨®n. Abri¨® el acto Jes¨²s de Polanco, presidente del Grupo PRISA, y lo clausur¨® el historiador Santos Juli¨¢, que disert¨® "sobre la presencia de los intelectuales en la prensa".
Y cito, literalmente, el texto de EL PA?S, y leo en ¨¦xtasis la rima al mezzo de "presencia" con "prensa". El redactor que escribi¨® esta rima asonante de presencia con prensa -ahora los manuales de m¨¦trica la llaman rima parcial, en lugar de asonante, porque s¨®lo coinciden en la rima las vocales, y a la rima consonante la llaman rima total- me ha salvado, en mi mono de versos, mientras un querub¨ªn de la calle de Serrano me insufla en el cerebelo estos versos del poema S¨²plica de Espadas como labios: "Dicha, dicha, nav¨ªo por el brazo, / por la m¨¢s dif¨ªcil coyuntura, / por donde si aplicamos el o¨ªdo / se oye el rumor de la caricia extrema". El verso "dicha, dicha, nav¨ªo por el brazo" me gusta. Pero ese "por la m¨¢s dif¨ªcil coyuntura" no deja de sonarme c¨®mico aunque no parece que aqu¨ª Aleixandre quisiera hacer ning¨²n chiste. Y ?qu¨¦ decir de ese "se oye el rumor de la caricia extrema"? ?Nos est¨¢ diciendo el poeta que la caricia viene de C¨¢ceres? ?O quiz¨¢ nos est¨¢ insinuando que la caricia viene de Badajoz, que es la tierra de Manuel Soriano, el director general de Telemadrid que tantas alegr¨ªas le est¨¢ dando a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre? Esto es lo bueno de la poes¨ªa incluso aunque no sea muy buena: quien lee se pone a so?ar y termina oyendo Lucy in the sky with diamonds, aquella psicod¨¦lica canci¨®n de los Beatles, que ahora ha dado pie, con el solo cambio de la primera palabra, a la novela Violeta en el cielo con diamantes (Alfaguara) que present¨®, el mi¨¦rcoles pasado, Fernando Royuela. Y tercera ausencia a un acto deseado en las v¨ªsperas de san Isidro.
Leo el extracto del discurso del historiador Santos Juli¨¢, admiro su excelente prosa pero no logro concentrarme en sus s¨®lidas ideas. Y la memoria me trae otra inexcusable ausencia m¨ªa: Ignacio Amestoy present¨® en el C¨ªrculo de Bellas Artes, el lunes pasado, su libro Ederra y Cierra bien la puerta, que re¨²ne estas dos obras teatrales publicadas por C¨¢tedra. Manuel Quiroga Cl¨¦rigo presenta su libro Las batallas de octubre en el Hogar de ?vila, de la calle de Caballero de Gracia. "En ?vila mis ojos...", oigo trinar a las calandrias del Retiro. Mayo, el mes de la Virgen, me arrastra a los versos.
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