La graduaci¨®n de la Princesa
El 22 de mayo de 2004, cuando los invitados de la boda real abandonaban los salones principales del Palacio de Oriente, se iniciaba en otras dependencias una celebraci¨®n m¨¢s sencilla. Era la que los reci¨¦n casados ofrec¨ªan a sus amigos m¨¢s ¨ªntimos. Don Felipe entr¨® en la sala y mientras recib¨ªa la enhorabuena de todos proclam¨®: "?Por fin me he casado!". Esta afirmaci¨®n iba llena no s¨®lo de la alegr¨ªa propia de todo novio el d¨ªa de su enlace, sino que reflejaba la nueva etapa que comenzaba para ¨¦l como heredero de la Corona. Ya nadie iba a especular sobre su vida privada atribuy¨¦ndole novias o hablando sobre la conveniencia de las candidatas. En la catedral de la Almudena, aquel d¨ªa lluvioso, el Pr¨ªncipe hab¨ªa acabado con muchas cosas y se dispon¨ªa a emprender una nueva etapa como hombre y como heredero de la Corona espa?ola. Letizia Ortiz se enfrentaba tambi¨¦n a otro tiempo de cambios. Ya no era la chica del telediario de las nueve. Ahora deb¨ªa aprender a ser princesa.
La preparaci¨®n para ser princesa ha consistido, fundamentalmente, en acompa?ar al pr¨ªncipe Felipe en viajes, actos y recepciones
Si a don Felipe su nuevo estado le ha ayudado a dulcificar su trato en la calle, a do?a Letizia su condici¨®n de futura madre la ayudar¨¢ a relajarse
En su primer a?o de casados, do?a Letizia y don Felipe se han presentado en su vida oficial como un binomio complementario
El Pr¨ªncipe sonr¨ªe m¨¢s, estrecha manos con m¨¢s diligencia, rompe en m¨¢s ocasiones el protocolo y ha cambiado su trato con la prensa
Desde entonces, a do?a Letizia se le ha o¨ªdo hablar poco. Una de sus escasas declaraciones se produjo a primeros de noviembre de 2003, cuando se anunciaba oficialmente su compromiso. La periodista se desped¨ªa de su vida anterior y hac¨ªa una declaraci¨®n p¨²blica de intenciones: "Desde muy joven soy periodista y hasta los 31 a?os, que tengo ahora, he ejercido mi profesi¨®n con ganas, con ilusi¨®n, con fuerza. De esta misma manera afronto lo que ahora iniciamos, con responsabilidad y con vocaci¨®n de servicio a los espa?oles".
Como hombre enamorado
Ese d¨ªa, el Pr¨ªncipe habl¨® primero como hombre enamorado, pero su siguiente declaraci¨®n fue m¨¢s institucional: "Como heredero de la Corona, tengo la seguridad de que Letizia re¨²ne todas las cualidades y capacidades necesarias para asumir las responsabilidades y las funciones como Princesa de Asturias y como futura Reina de Espa?a. Nuestro enlace permite dar continuidad a la monarqu¨ªa parlamentaria como consagra nuestra Constituci¨®n. Y nada m¨¢s: aqu¨ª nos presentamos enamorados, comprometidos, convencidos e ilusionados, y por supuesto entregados al servicio de Espa?a".
Ambos reiteraron ese papel el d¨ªa de su boda. "El compromiso que Letizia y yo hemos asumido hoy", dijo don Felipe, "trasciende de lo meramente personal. Desde muy peque?o he sido consciente de mis responsabilidades, y la lealtad al Rey junto al sentido del deber han guiado mi vida. Pues bien, me siento orgulloso de que Letizia se incorpore desde hoy a este proyecto con convicci¨®n y responsabilidad. Y quiero que todos sepan lo agradecido que estoy a Letizia por su entrega y determinaci¨®n que dicho proyecto conlleva".
Desde ese d¨ªa hasta hoy, cuando ya se ha anunciado oficialmente su embarazo, la Princesa de Asturias ha acompa?ado a don Felipe en viajes, actos y recepciones. ?sa ha sido b¨¢sicamente su preparaci¨®n para ser princesa. Ella, de momento, no tiene agenda propia. Con su esposo ha efectuado seis viajes al extranjero -Brasil, Hungr¨ªa, M¨¦xico, EE UU, Serbia y Montenegro y Suecia-. Ha asistido a tres tomas de posesi¨®n de presidentes iberoamericanos -Uruguay, Panam¨¢ y Rep¨²blica Dominicana-. Ha visitado todas las comunidades aut¨®nomas, excepto Cantabria, aunque de manera oficial s¨®lo ha estado en Baleares. Ha inaugurado cuatro centros del Instituto Cervantes -en S?o Paulo, Budapest, Belgrado y Estocolmo-. Se ha reunido con colectivos de empresarios de Brasil, Hungr¨ªa, M¨¦xico, Madrid, Manresa y Reus. Visit¨® junto a don Felipe centros y f¨¢bricas de los sectores energ¨¦tico, del autom¨®vil, pesquero, qu¨ªmico, cient¨ªfico y de investigaci¨®n. El retrato espa?ol y Durero en el Prado, los Reyes Cat¨®licos y Granada, Artium de Vitoria y Atapuerca en Gij¨®n fueron muestras que abrieron sus puertas con la presencia de los Pr¨ªncipes. La pareja comparti¨® adem¨¢s jornadas de trabajo en las redacciones de tres peri¨®dicos. Entreg¨® premios y becas en 16 ceremonias. Visit¨® siete unidades militares y entreg¨® despachos en las tres academias militares. En este su primer a?o de casada, do?a Letizia ha asistido a unos 200 actos, en los que don Felipe pronunci¨® m¨¢s de medio centenar de discursos.
En este tiempo, el Pr¨ªncipe ha proclamado las ventajas de la vida en pareja. "Todos estos viajes, los actos, son momentos a veces dif¨ªciles, pero cuando los haces acompa?ado, como ahora yo, por la Princesa, todo es m¨¢s f¨¢cil".
Don Felipe y do?a Letizia se han presentado en su vida oficialcomo un binomio complementario. Al Pr¨ªncipe, en ocasiones, se le ha reprochado su extrema correcci¨®n en los actos y su imagen algo fr¨ªa y distante en la calle. Pero esta supuesta frialdad, si fue cierta, se ha atenuado en este a?o de casado. Don Felipe sonr¨ªe m¨¢s, estrecha con m¨¢s diligencia las manos de la gente y rompe en m¨¢s ocasiones el protocolo. Hasta su trato con la prensa ha cambiado. Un d¨ªa, a los pocos meses de su matrimonio, se acerc¨® a un grupo de periodistas que le acompa?aban en un viaje para decirles: "Gracias a Letizia, ahora entiendo m¨¢s vuestro trabajo". Poco tiempo despu¨¦s dio una muestra m¨¢s de ese cambio de talante. Los Pr¨ªncipes llegaban a Canarias para iniciar una visita y all¨ª, en la pista del aeropuerto, se encontraban dispuestas en perfecta formaci¨®n todas las autoridades. Don Felipe y do?a Letizia descubrieron entonces a pie de la escalerilla a un fot¨®grafo que se incorporaba a su trabajo despu¨¦s de tres meses de baja por una operaci¨®n. El hombre, con sus c¨¢maras a cuestas, fue abrazado por los Pr¨ªncipes, que se interesaron por su recuperaci¨®n antes de comenzar a estrechar las manos a las autoridades.
Dicen que su nuevo estado civil ha obrado estos cambios en don Felipe y que la gente tambi¨¦n empieza a percibirlos en la calle. Nunca una visita oficial del heredero hab¨ªa tenido tanto calor como la que estos d¨ªas ha realizado a Baleares. En varias ocasiones ha dado orden a los servicios de seguridad de que permitieran a la gente acercarse, de que iba a caminar por una calle, aunque no estaba previsto, para poder saludar a todo el mundo. La imagen de hombre casado beneficia a don Felipe, y m¨¢s a¨²n parece que lo har¨¢ la de padre.
Para do?a Letizia, este a?o ha sido probablemente el m¨¢s dif¨ªcil de su vida, el a?o de los cambios. Si ella ha influido en la dulcificaci¨®n de la imagen de don Felipe, ¨¦l ha sido su gran aliado en la tarea de ense?arle a ser princesa.
Do?a Letizia ya no es aquella que en los actos de la Constituci¨®n ten¨ªa fallos de protocolo o se equivocaba con las dimensiones de sus tacones o de sus bolsos. Ahora todo lo hace correctamente.
Se sabe el protocolo al dedillo y, si duda, interroga con la mirada a su esposo. Su vestuario oficial es sobrio, pero adecuado. En las reuniones de trabajo se nota que se ha aprendido los temas que se van a tratar, pero habla menos. Al principio de su vida como miembro de la Familia Real opinaba abiertamente de todos los asuntos, incluso los que manten¨ªan en conflicto al PP y al PSOE, quiz¨¢ llevada por su ¨ªmpetu de informadora.
Ante las c¨¢maras
Su profesi¨®n le ha ayudado mucho a integrarse en las reuniones de trabajo, en los almuerzos con pol¨ªticos o intelectuales, en las visitas oficiales. Pero, sobre todo, le ha servido para enfrentarse a los centenares de periodistas que la observan en cada acto. Cuando se para ante un batall¨®n de teleobjetivos no baja la mirada. Todo lo contrario, busca las c¨¢maras y reparte su atenci¨®n para que todos tengan su mejor plano. Cuando tiene que hablar en p¨²blico entona como lo hac¨ªa en el telediario de Televisi¨®n Espa?ola, con seguridad.
A la imagen de do?a Letizia en este primer a?o se le puede poner un reparo: su excesivo control de s¨ª misma. Los compa?eros de la Princesa en su ¨¦poca de periodista hablan de ella como una mujer tan perfeccionista que raya en la obsesi¨®n. No admit¨ªa ning¨²n fallo de nadie y era muy dura consigo misma. Algunos de sus colegas han explicado las discusiones que ten¨ªan antes de comenzar un informativo sobre la manera correcta de pronunciar un nombre o la dureza con la que analizaba c¨®mo hab¨ªa ido el programa una vez que ¨¦ste hab¨ªa finalizado.
Durante este ¨²ltimo a?o de su vida, do?a Letizia ha sido implacable con todos, y con ella misma la primera. Esa obsesi¨®n porque todo salga a la perfecci¨®n le ha llevado a estar demasiado tensa y, por tanto, a ser poco espont¨¢nea. Sus amigos de siempre, con los que mantiene contacto permanente, son su term¨®metro. "?Qu¨¦ tal, qu¨¦ te ha parecido? ?El traje estaba bien?", son algunas de las preguntas que formula tras un acto. Siempre tiene a mano un papel y un bol¨ªgrafo para tomar notas.
Esta tensi¨®n se ha acrecentado ¨²ltimamente con los rumores de que ten¨ªa problemas para quedarse embarazada. Ella siempre ha estado informada sobre aquellos que dec¨ªan que ten¨ªa una ligadura de trompas, que estaba haci¨¦ndose un tratamiento de fertilidad y que si el d¨ªa de los Premios Pr¨ªncipe de Asturias se emocion¨® fue porque acababa de sufrir un aborto. Por eso cuando el d¨ªa 8 la Casa del Rey anunci¨® que los Pr¨ªncipes iban a ser padres en noviembre se transmiti¨® adem¨¢s que el embarazo se hab¨ªa producido por medios naturales.
En este intento de dar su versi¨®n sobre los hechos, el Pr¨ªncipe abord¨® en Palma, el pasado lunes, la posibilidad de reformar la Constituci¨®n. "Nos da lo mismo que sea ni?o o ni?a, lo vamos a querer igual. La reforma no corre prisa. Hay una generaci¨®n por medio", se?al¨®. Esa declaraci¨®n no era casual. Horas despu¨¦s, el Rey daba su opini¨®n en Barcelona: "El heredero es ¨¦l. No hay prisa".
Do?a Letizia quiere mantener su agenda de aqu¨ª a noviembre, pero ella, que es tan previsora, no puede controlar la marcha de su embarazo. Durante la visita a las islas Baleares ha tenido que quedarse reposando en algunos momentos. Pero tambi¨¦n ha querido que se supieran los motivos y ha pedido a los miembros de la Casa del Rey que los aclararan: "La Princesa no se ha quedado descansando, es que tiene n¨¢useas".
Si a don Felipe su nuevo estado civil le ha ayudado a dulcificar su trato en la calle, a do?a Letizia, su condici¨®n de futura madre le permitir¨¢ relajarse. "Estoy embarazada de tres meses", cont¨® sonriente a los periodistas en Palma. A muchos, esta declaraci¨®n son¨® a objetivo cumplido.
![El Pr¨ªncipe de Asturias y do?a Letizia, el d¨ªa de su enlace, el 22 de mayo de 2004.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/K3GTBWFVWXJBDZTL7XPN2DHCNY.jpg?auth=781ccb4fc53a695ed3fede3d0a791b7a14de37b7df3f0864381733e36ba3d1b7&width=414)
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