Miles de refugiados cruzan la frontera de Uzbekist¨¢n para escapar de la represi¨®n
El Ej¨¦rcito sella los accesos a la ciudad de Andiy¨¢n, donde estall¨® la revuelta islamista
Andiy¨¢n vivi¨® ayer un d¨ªa relativamente tranquilo y de luto. Los accesos a esta ciudad uzbeka del valle de Fergan¨¢ continuaban bloqueados por el Ej¨¦rcito, y los soldados manten¨ªan el control de la ciudad y patrullaban las calles c¨¦ntricas. Muchos vecinos dedicaron el domingo a buscar a sus familiares desaparecidos y a sepultar los cuerpos identificados. En la Escuela N¨²mero 15 de Andiy¨¢n hab¨ªa unos 500 cad¨¢veres, seg¨²n declaraciones de una doctora recogidas por diversas agencias. Miles de personas cruzaron ayer a Kirguizist¨¢n despu¨¦s de que este pa¨ªs abriese sus fronteras.
La escuela permanec¨ªa bloqueada por polic¨ªas y soldados, mientras la gente desesperada, buscaba a sus seres queridos entre los cad¨¢veres alineados en el patio. La operaci¨®n militar realizada el viernes por orden del presidente Islam Kar¨ªmov habr¨ªa dejado, adem¨¢s, unos 2.000 heridos, seg¨²n c¨¢lculos de la doctora que, atemorizada, habl¨® en condiciones de anonimato.
La plaza principal, donde en los d¨ªas anteriores se hab¨ªan manifestado miles de personas, ayer permanec¨ªa vac¨ªa y, seg¨²n algunos habitantes locales, estaba rodeada por blindados y polic¨ªas. Poca gente se ve¨ªa en las calles, excepci¨®n hecha del lugar donde se encuentra la morgue: tambi¨¦n all¨ª los vecinos llegaban en busca de sus familiares. La comprobaci¨®n independiente de las cifras de muertos es pr¨¢cticamente imposible: a la entrada de los hospitales y la morgue hay gran n¨²mero de polic¨ªas y soldados, que piden documentos a todos y no dejan pasar a nadie que no est¨¦ empadronado en la ciudad. Las autoridades han expulsado a los periodistas de Andiy¨¢n y a lo largo del pa¨ªs mantienen un f¨¦rreo control de la informaci¨®n; los uzbekos ahora ni siquiera pueden ver la televisi¨®n rusa.
En las regiones fronterizas la situaci¨®n se va normalizando. En la zona de Kar¨¢-su (Agua negra), donde ayer hubo des¨®rdenes que terminaron con incendios de algunos edificios administrativos, las autoridades han cedido a las exigencias de la poblaci¨®n de abrir la frontera. La ciudad que antes de la desintegraci¨®n de la URSS formaba una sola unidad, fue dividida entre una parte uzbeka (Ilichovsk) y una kirguiza (Kar¨¢-su), dividida por el r¨ªo Shajrijans¨¢i. El puente que los un¨ªa, fue destruido y ahora los habitantes del sector uzbeko lo reconstruyeron con sus propios medios para poder huir a territorio kirguizo en busca de refugio. Kirguizist¨¢n ha decidido permitir el cruce de la frontera, pero los uzbekos son registrados minuciosamente al otro lado del r¨ªo para evitar que se infiltren extremistas armados. El r¨¦gimen de libre paso continuar¨¢ durar¨¢ m¨ªnimo cinco d¨ªas, seg¨²n las autoridades kirguizas, lo que se espera sea suficiente para que puedan cruzar las miles de personas que esperan en el lado uzbeko.
Mientras tanto, a la localidad de Barash, adonde lograron cruzar el s¨¢bado m¨¢s de 500 uzbekos, han llegado ya representantes de la Cruz Roja. Al menos 15 refugiados uzbekos han sido hospitalizados con heridas de bala.
Los des¨®rdenes que comenzaron en la madrugada del viernes fueron provocados por el juicio contra 23 empresarios locales, que estaban acusados de pertenecer a la secta extremista Akromia, de terrorismo e intento de golpe de Estado. En los d¨ªas anteriores hab¨ªa habido multitudinarias manifestaciones exigiendo su libertad. En la noche del jueves al viernes, una treintena de extremistas atac¨® primero un puesto de polic¨ªa y luego una unidad militar, y con las armas all¨ª recogidas se dirigieron a la c¨¢rcel, donde dejaron salir a todos los presos.
Ya a las siete de la ma?ana del viernes el presidente Kar¨ªmov estaba en Andiy¨¢n. Las negociaciones con los rebeldes que se hab¨ªan atrincherado en la sede de la Administraci¨®n provincial estuvieron a cargo del ministro del Interior, Zakir Alm¨¢tov. Kar¨ªmov afirma que a los extremistas se les ofrecieron autobuses para que pudieran abandonar la ciudad llevando sus armas. Pero seg¨²n Kalbudzh¨®n Parp¨ªyev, uno de los l¨ªderes de las protestas, el ministro no ten¨ªa intenci¨®n de negociar; por el contrario, en su conversaci¨®n telef¨®nica se habr¨ªa mostrado prepotente y les habr¨ªa dicho que no le importaba si perec¨ªan "200, 300 o 400 personas". Ante la negativa de los rebeldes a rendirse, Kar¨ªmov dio la orden de aplastarlos, despu¨¦s de lo cual regres¨® a la capital, Tashkent. Los principales organizadores lograron huir.
Curiosamente, muchos de los delincuentes que fueron liberados por los extremistas el viernes, se han dirigido a la polic¨ªa con intenci¨®n de entregarse y volver a la c¨¢rcel. Pero les han dicho que se registren y que regresen a sus casas. "Esperen hasta que los llamemos; igual no tenemos que alimentarlos en la prisi¨®n", explic¨® un polic¨ªa que dio a un delincuente un documento certificando que ¨¦ste hab¨ªa ido voluntariamente a entregarse a la justicia.
Llamadas a la moderaci¨®n
EE UU y Reino Unido, dos pa¨ªses que han sido acusados de apoyar al r¨¦gimen impuesto por el presidente Kar¨ªmov en Uzbekist¨¢n dentro de la guerra contra el terrorismo, han realizado llamamientos a la moderaci¨®n.
EE UU mostr¨® su preocupaci¨®n a trav¨¦s del portavoz del Departamento de Estado Richard Boucher, "principalmente por la fuga de presos, en particular de posibles miembros del Movimiento Isl¨¢mico de Uzbekist¨¢n, una organizaci¨®n que consideramos terrorista". Boucher pidi¨® "moderaci¨®n", para "evitar innecesarias p¨¦rdidas de vidas". Kar¨ªmov ignor¨® esa recomendaci¨®n, porque sabe que aunque EE UU critica las violaciones de derechos humanos, no dejar¨¢ de apoyar a Uzbekist¨¢n. En la nota del Departamento de Estado sobre las relaciones con Uzbekist¨¢n, se dice que Washington lo "valora como una fuerza estable y moderada en una turbulenta regi¨®n", y pide "m¨¢s reformas para lograr una estabilidad duradera y prosperidad".
Por su parte, el ministro brit¨¢nico de Exteriores, Jack Straw, hizo un llamamiento para un cambio democr¨¢tico en Uzbekist¨¢n. En declaraciones a la BBC, recogidas por la agencia Efe, Straw denunci¨® que ha habido "un claro abuso de los derechos humanos" en la represi¨®n de la revuelta. "La situaci¨®n es muy grave", dijo Straw.
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