Gran ovaci¨®n a Lars von Trier por su segundo filme sobre Estados Unidos
Divisi¨®n de opiniones ante un duro y violento filme del canadiense David Cronenberg
Manderley, la pel¨ªcula con la que Lars von Trier contin¨²a las andanzas del personaje que Nicole Kidman bord¨® en Dogville hace dos a?os, fue recibida ayer con fuertes aplausos, prolongados a todo lo largo de los t¨ªtulos finales, que muestran documentos fotogr¨¢ficos de las penalidades de los negros en la Am¨¦rica de nuestro tiempo: im¨¢genes del Ku Klux Klan, de palizas policiales, del asesinato de Martin Luther King, de la pobreza en que muchos de ellos viven... La ¨²ltima pel¨ªcula de David Cronenberg, Una historia de violencia, se recibi¨® de forma dispar.
Huida de Dogville junto a su padre, Grace (en esta ocasi¨®n interpretada por la excelente Bryce Dallas Howard tras haber rechazado la Kidman el papel), recala en Manderley, lugar donde la esclavitud sigue vigente. Grace consigue que la poblaci¨®n negra de esa plantaci¨®n de algod¨®n logre su libertad, y organice democr¨¢ticamente su propia convivencia. Sin embargo, el resultado de la experiencia no es el que Grace so?aba. Su idealismo se enfrenta a una realidad que los ex esclavos perciben mejor que ella. "Am¨¦rica no est¨¢ preparada para aceptarnos como iguales, y seguir¨¢ sin estarlo en los pr¨®ximos 100 a?os. Las humillaciones que nos esperan superan lo imaginable. Hemos votado y decidido dar un paso atr¨¢s, e imponer la antigua ley".
Von Trier nos vuelve a dar una visi¨®n pesimista de Estados Unidos (Dogville se entendi¨® como un alegato anti Bush), en el estilo teatral de su pel¨ªcula anterior. No hay casas, ni puertas, ni paredes, salvo algunos muebles dispersos; la acci¨®n es narrada por una voz en off que cuenta y comenta con iron¨ªa la acci¨®n, tal como hac¨ªa en Dogville. Y de nuevo Von Trier seduce con atrevido lenguaje cinematogr¨¢fico, desafiando el gusto de conservadores. Pero ya no hay sorpresa. Quienes despotricaron contra Dogville segu¨ªan ayer la proyecci¨®n con devoci¨®n de convencidos.
Se quiera o no, un festival de cine es a veces el peor lugar para apreciar pel¨ªculas. Se cambia de una a otra sin apenas un respiro. Por ejemplo, 10 minutos despu¨¦s de acabar La guerra de las galaxias sigui¨® la proyecci¨®n de Batalla en el cielo, la radical y dif¨ªcil pel¨ªcula mexicana, que comienza con una felaci¨®n. No hay neurona que resista cambios tan vertiginosos. (La prensa francesa, por cierto, ha puesto Batalla en el cielo por las nubes).
Y una vez m¨¢s hubo que cambiar de registro para la ¨²ltima del canadiense David Cronenberg, Una historia de violencia, que se recibi¨® de forma dispar. Durante la proyecci¨®n, algunos asistentes soltaron risitas en momentos que consideraban rid¨ªculos, hasta que se oy¨® una atronadora voz que grit¨® en ingl¨¦s: "?De qu¨¦ se r¨ªen estos jodidos cr¨ªticos?". Quiz¨¢ de las referencias al lenguaje del c¨®mic en que la pel¨ªcula se inspira, lo que les parecer¨ªa fuera de lugar, como, por ejemplo, los detalles sangrientos de rostros y cuerpos destrozados por balas o palizas.
Como su t¨ªtulo indica, se trata de una historia de violencia, que en este caso irrumpe en un ambiente social tan aparentemente dulce y tranquilo como el del hogar de una familia tradicional. All¨ª se presenta un grupo de g¨¢nsteres con la intenci¨®n de llevarse consigo al padre de familia, Tom Stall (Viggo Mortensen), al que llaman por otro nombre. Como en la pel¨ªcula Cach¨¦, de Haneke, presentada hace dos d¨ªas, se trata del pasado que regresa pidiendo cuentas. El personaje de Mortensen se ve obligado a enfrentarse a los g¨¢nsteres con sus mismas armas si quiere defender su vida en familia. "La violencia no es deseable, pero en ocasiones es inevitable", explica Cronenberg. De ah¨ª que este thriller, mod¨¦licamente realizado, est¨¦ provocando un debate parecido al que en su d¨ªa despert¨® Perros de paja, de Peckinpah, con quien Cronenberg no tiene m¨¢s en com¨²n. ?Puede justificarse la violencia, es necesario mostrarla descarnadamente? Rifirrafes morales que dan vidilla al festival, y que luego se incorporan a la publicidad del filme. Por lo visto hasta ahora, Una historia de violencia es una probable candidata al Palmar¨¦s, cuyo jurado seguramente discutir¨¢ sobre el espinoso tema de la violencia, o considerar¨¢ que de lo que la pel¨ªcula habla es del lado oculto de una sociedad sustentada sobre cad¨¢veres.
Por su parte, el prol¨ªfico director franc¨¦s Fran?ois Ozon ha estrenado su nueva pel¨ªcula, El tiempo que queda, en la secci¨®n Una Cierta Mirada. Un homosexual de 31 a?os padece un c¨¢ncer terminal que le permitir¨¢ vivir s¨®lo tres meses m¨¢s. El personaje repasar¨¢ su vida y acabar¨¢ entendiendo mejor sus relaciones con los dem¨¢s, conform¨¢ndose finalmente con su suerte. Nada que objetar, salvo que Ozon ha hecho esta vez una pel¨ªcula blanda y ligeramente antigua, que no aporta gran cosa a su variopinta filmograf¨ªa.
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