"Publicar relatos es siempre una reivindicaci¨®n del g¨¦nero"
Juan Bonilla (Jerez, 1966) se dio a conocer como un talento precoz con la colecci¨®n de relatos El que apaga la luz. Aunque ha cultivado la poes¨ªa -Partes de guerra, El Belvedere-, el art¨ªculo period¨ªstico -El arte del yo-yo, La holandesa errante, Teatro de variades- y la novela -Cansados de estar muertos, Los pr¨ªncipes nubios, Nadie conoce a nadie, llevada con ¨¦xito al cine-, Bonilla retorna una y otra vez al ¨¢mbito de la prosa breve. Sus dos ¨²ltimos t¨ªtulos pertenecen a dicho g¨¦nero: El estadio de m¨¢rmol, recientemente editado por Seix Barral, y Je me souviens, que acaba de ver la luz en la colecci¨®n Calemb¨¦. En ambos, el jerezano certifica su plena madurez y se reivindica como uno de los nombres imprescindibles en el panorama de la narrativa espa?ola actual.
Pregunta. A menudo, usted ha clamado contra el desprecio que las editoriales muestran hacia la narrativa corta. El hecho de que haya publicado dos libros de este g¨¦nero casi seguidos, ?es un indicador de que las cosas est¨¢n cambiando?
Respuestas. Quiz¨¢s s¨ª, quiz¨¢s est¨¦n cambiando las cosas. De hecho ¨²ltimamente no es milagroso encontrarse libros de cuentos en las mesas de novedades, y no s¨®lo de escritores conocidos, y no s¨®lo libros de relleno de grandes firmas, que algunas utilizan el relato breve para eso. Quiz¨¢s exageraba: eso s¨ª, quienes siguen en sus trece de no concederle demasiado espacio e importancia al g¨¦nero son los especialistas, los suplementos literarios, los cr¨ªticos que dicen "el libro est¨¢ bien, pero ya veremos qu¨¦ hace en una novela", como si dijeran de un futbolista: entrena muy bien, pero cuando juega un partido de verdad se deshincha.
P. ?Escribir relatos o cultivar las formas breves, es para usted vocaci¨®n o militancia?
R. Queda claro que el de la narrativa breve es una de esos g¨¦neros en los que cualquier ejemplo es ya ejemplo de militancia: publicar un libro de relatos breves es siempre una reivindicaci¨®n del g¨¦nero, cosa que no es el caso de la novela. Pero bueno, supongo que vocaci¨®n y militancia van siempre unidas, porque ?de qu¨¦ cosa puede ser uno m¨¢s militante que de aquella por la que siente aut¨¦ntica vocaci¨®n?
P. Si tuviera que elegir s¨®lo una, ?cu¨¢l ser¨ªa, a su entender, la cualidad b¨¢sica del buen narrador?
R. Es que en esa cualidad hay un collage de diversas sustancias: buenas historias, capacidad de convertirlas en m¨¢gicas, talento para iluminar mediante unos cuantos detalles una imagen entera, intensidad para emocionar o conseguir que el suelo tiemble bajo los pies del lector. Ponga todos esos ingredientes en una coctelera y s¨ªrvase fr¨ªo o caliente.
P. Ponga uno o varios ejemplos de narradores que para usted sean ejemplares en ese sentido.
R. Vladimir Nabokov y Raymond Carver, por poner dos ejemplos completamente distintos y casi contradictorios. Cort¨¢zar, como ejemplo de calle sin salida, de autor al que mejor no seguir. Tob¨ªas Wolff, por su milagrosa capacidad de hacer memorables historias aparentemente insignificantes.
P. Usted usa con frecuencia el yo y mezcla cr¨®nica con fantas¨ªa. Pero en Je me souviens asegura que la lectura de sus libros no servir¨¢ a nadie para saber qui¨¦n es Juan Bonilla.
R. Por supuesto. Yo he sido el primero en experimentarlo. Son textos escritos a lo largo de a?os. Al releer los m¨¢s antiguos, no sent¨ªa que el que los protagonizaba tuviera mucho que ver conmigo. Cuando se reelaboran los recuerdos para transformarlos en literatura pasa eso: los recuerdos verdaderos combaten con los inventados o escritos, y en definitiva el que acaba protagonizando las ficciones es un desconocido.
P. Muchos piensan que el panorama narrativo espa?ol es mon¨®tono, cansino. ?Se siente usted una isla, o se identifica en alg¨²n grupo de escritores actuales?
R. En efecto hay mucha monoton¨ªa, pero ahora mismo podr¨ªa escribir los nombres de veinte narradores a los que leo con gusto y a los que envidio a menudo. Supongo que esos veinte de los que hablan son islas, y que pertenezco justamente a un archipi¨¦lago, es decir, un conjunto de islas unidas por aquello que las separa.
P. Su ¨²ltima aventura es una revista literaria, Zut. ?C¨®mo surgi¨® esa idea y qu¨¦ espera de ella?
R. Carlos Font, el editor, persegu¨ªa desde hace a?os hacer una revista cultural de variedades, donde se destacara sencillamente la excelencia en las diversas disciplinas. Yo tambi¨¦n ten¨ªa ganas: desde que trabaj¨¦ en Ajoblanco echaba de menos hacer una revista as¨ª. Y as¨ª ha surgido, hablamos de Wyndham Lewis el vorticista, publicamos relatos de Salinger nunca antes traducidos, repasamos la trayectoria de Charlie Kauffman o de la fot¨®grafa Francesca Woodman. Y seguiremos investigando.
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