Jim Jarmusch y Bill Murray hacen re¨ªr con su tragicomedia 'Broken flowers'
El D¨ªa de Europa reuni¨® a numerosos ministros de Cultura, con ausencia de Carmen Calvo
Por fin se oyeron carcajadas en una pel¨ªcula a concurso. Desde el inicio de Broken flowers (Flores rotas), el p¨²blico agradeci¨® encontrarse ante una comedia, como tregua a los sinsabores vistos hasta ahora. No obstante, Flores rotas es realmente una tragicomedia que habla de la soledad y de disparates de este mundo. Fue recibida con gran ovaci¨®n, como igualmente El ni?o, de los hermanos Dardenne, que se perfila como una favorita. Mientras tanto, el D¨ªa de Europa reuni¨® a ministros de Cultura de 18 pa¨ªses. Carmen Calvo justific¨® su ausencia por obligaciones parlamentarias.
En Broken flowers, Bill Murray repite el mismo personaje hier¨¢tico, a lo Buster Keaton, que le hemos visto en pel¨ªculas anteriores. Su divertida expresi¨®n de estupor ante los desatinos que le suceden despierta la complicidad inmediata del p¨²blico. A Murray le basta una mirada o un simple gesto facial para expresar lo que siente el personaje, y el espectador est¨¢ con ¨¦l. Viendo en la tele una pel¨ªcula sobre Don Juan, inm¨®vil en el sof¨¢, medio a oscuras, en soledad, Bill Murray perfila los trazos maestros de un hombre melanc¨®lico y perplejo ante la vida. As¨ª empieza la pel¨ªcula. Su ¨²ltima amante le est¨¢ abandonando, maletas en la mano, mientras ¨¦l permanece ante la tele hipnotizado. Luego se echar¨¢ a dormir en el mismo sof¨¢.
Una carta an¨®nima de una antigua amante le hace saber que tuvo un hijo suyo, y que el muchacho, ahora de 20 a?os, ha ido en su busca. El hombre emprende un viaje para visitar a cuatro de las novias de aquellos tiempos para saber qui¨¦n le escribi¨®, y Jim Jarmusch aprovecha su periplo para caricaturizar un cierto tipo de vida americana. U otras soledades, como la de los personajes de Sharon Stone, Frances Conroy, Jessica Lange y Tilda Swinton, las cuatro ex amantes, que las actrices impregnan de un humor inteligente. Pocas veces ha contado Jarmusch con reparto tan brillante.
La siguiente de la jornada fue una gran pel¨ªcula. L'enfant, de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, que en 1999 ganaron la Palma de Oro con Rosetta. L'enfant es una nueva cr¨®nica social que estos cineastas belgas tratan con estilo documental, como ya hicieran en La promesa o El hijo... L'enfant del t¨ªtulo no es el beb¨¦ que ha tenido la joven pareja, sino el padre, un delincuentillo chapucero de 20 a?os, sin rumbo en la vida, un claro perdedor. No se le ocurre otra cosa que vender el beb¨¦. Desde entonces, todo le ir¨¢ peor a¨²n. Es un chaval ingenuo, inmaduro, en un mundo s¨®rdido, que la pel¨ªcula retrata con objetividad, sin subrayados, haciendo que nos zambullamos en ¨¦l. El declive de este muchacho, sus angustias, est¨¢n representadas por el actor J¨¦r¨¦mie Renier, habitual en el cine de los hermanos Dardenne, de forma tan intensa y cre¨ªble que parece nacido de un documental. La pel¨ªcula ser¨ªa otra sin ¨¦l. Hay quien reprocha a L'enfant ciertas inverosimilitudes de gui¨®n, que no conviene desvelar ahora. En cualquier caso, la ovaci¨®n con que fue premiada perdonaba con creces esas posibles inexactitudes.
Por su parte, no hubo ovaci¨®n en la tercera del d¨ªa, Shangai dreams, del chino Wang Xiaoshuai, que hace a?orar su excelente La bicicleta de Pek¨ªn. Cuenta que en los a?os sesenta, miles de obreros acudieron a la llamada del Gobierno para crear f¨¢bricas en pueblos del interior. Veinte a?os despu¨¦s, siguen sin regresar a sus lugares de origen. En ese clima de mundo cerrado, una muchacha es amonestada constantemente por su padre, uno de esos obreros, que quiere mantenerla incontaminada para que el d¨ªa en que regresen a la ciudad estudie y progrese. El cerco sobre la muchacha se hace insostenible. Sanghai dreams es un bienintencionado retrato social, con personajes de una pieza, y que se alarga demasiado.
Mientras tanto, 18 ministros europeos de Cultura se reun¨ªan bajo la presidencia de la comisaria europea de Informaci¨®n, Viviane Reding, que explic¨® los puntos sobre los que se quiere trabajar: el reconocimiento internacional de los derechos de autor, la creaci¨®n de una sociedad europea de autores, y guerra a la pirater¨ªa. Hubo luego una comida, con Michael Winterbotton como invitado de honor. Algunos echaron de menos la presencia de Carmen Calvo, que tuvo que permanecer en Madrid. Una vez concluida la comida, por lo bajini, alg¨²n ministro europeo expres¨® su escepticismo respecto al logro de los objetivos que pretenden, "pero algo habr¨¢ que hacer, nunca se sabe", concluy¨®.
Babelia
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