Un saldo de 'derby'
Real Madrid y Atl¨¦tico empatan a cero con un mal juego que resume perfectamente la temporada de ambos
El derby menos esperado de los ¨²ltimos tiempos respondi¨® a sus escasas expectativas. Duelo malo, sin f¨²tbol ni aspereza, con dos equipos de vacaciones. No hubo goles, ni se merecieron. El Madrid jug¨® sin intensidad y el Atl¨¦tico no le dio respuesta. No puede. Es un equipo que no tiene claro su funci¨®n en la Liga. No tiene ninguna identidad. Pas¨® por el Bernab¨¦u sin dejar detalle alguno. Tampoco los dej¨® el Madrid, que tambi¨¦n tiene problemas que resolver.
El partido fue un saldo de fin de temporada. Falt¨® inter¨¦s y falt¨® f¨²tbol. Sin embargo, el estadio se llen¨® y no se escucharon demasiadas protestas. El Madrid ha maquillado su decepcionante temporada con los buenos resultados de ¨²ltima hora. Pero la realidad es que el equipo no ha ganado ning¨²n t¨ªtulo en las dos ¨²ltimas temporadas. Suena raro en el Madrid, acostumbrado a pescar algo cada a?o, y se hace m¨¢s raro ahora que le sobran estrellas. Otra cosa es su vigencia. Por mucho que haya enmascarado su discret¨ªsimo juego con varias victorias, no se puede esperar un gran futuro para el Madrid actual. Algunos jugadores est¨¢n muy desgastados, hay problemas de descompensaci¨®n en la plantilla y todos han pasado sus mejores a?os, con la excepci¨®n de Casillas. Al Madrid le toca acometer una profunda renovaci¨®n, de lo contrario se ver¨¢ sometido a las mismas dificultades que le han abocado a dos temporadas en blanco. Ser¨¢ interesante observar a Luxemburgo en una situaci¨®n de m¨¢xima exigencia. Hasta ahora ha justificado su solvencia con una excelente cuenta de resultados. De juego no puede presumir. No se lo ha reprochado la afici¨®n, que prefiri¨® mirar hacia otro lado. La ilusi¨®n de combatir hasta el final con el Bar?a ha sido superior a cualquier otra exigencia. Pero el f¨²tbol ha sido generalmente mediocre, alejado siempre de lo que se espera del Madrid, que ha vivido fundamentalmente del contragolpe. No ser¨¢ f¨¢cil que su hinchada lo acepte la pr¨®xima temporada.
REAL MADRID 0 - ATL?TICO 0
Real Madrid: Casillas; Michel Salgado, Samuel, Pav¨®n, Roberto Carlos; Gravesen, Zidane, Beckham (Figo, m. 75); Ra¨²l, Owen y Ronaldo (Guti, m. 75).
Atl¨¦tico: Leo Franco; Velasco, Perea, Pablo, Sergi; Colsa (Ra¨²l Medina, m. 69), Luccin, Ibagaza, Antonio L¨®pez (Nano, m. 77), N¨²?ez (Jorge, m. 52); Fernando Torres.
?rbitro: C¨¦sar Mu?iz Fern¨¢ndez. Amonest¨® a Beckham, Perea, Colsa y Ra¨²l Medina.
Unos 75.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Las carencias del Madrid son casi inexistentes comparadas con las del Atl¨¦tico de Madrid, que sufre una tremenda crisis de identidad. Nadie sabe a qu¨¦ juega, qu¨¦ pretende, qu¨¦quiere ser en la vida. Es un club desnaturalizado, sin ninguna de las se?as que le hicieron importante en el f¨²tbol espa?ol. Siempre fue un equipo ¨¢spero, con buen ojo para fichar en Brasil y Argentina, contragolpeador por naturaleza, irregular pero competitivo. No hay nada que le defina ahora. S¨®lo tiene a Fernando Torres, jugador que corre el riesgo de perderse en la indefinici¨®n del Atl¨¦tico. Si el Madrid necesita renovarse, el Atl¨¦tico tiene pendiente una revoluci¨®n. En los ¨²ltimos tiempos s¨®lo invita al abatimiento. En el Bernab¨¦u fue el mismo equipo sin rasgos que se ha estrellado en la Liga. Desde el primer momento se vio que la porter¨ªa de Casillas le quedaba muy lejos, como le ocurre siempre. En el Manzanares ha jugado mal pero ha obtenido un porcentaje decente de puntos. Fuera de casa ha sido una ruina de equipo. En el Bernab¨¦u, tambi¨¦n.
Frente al Atl¨¦tico m¨¢s vulgar de los ¨²ltimos a?os, el Madrid no tuvo ninguna grandeza. Ni tan siquiera se atrevi¨® a manifestar la infinita superioridad de sus jugadores. Fue el equipo pacato y especulador que ha ganado tanto como ha aburrido. Se encontr¨® adem¨¢s con una dificultad a?adida: su inter¨¦s por conceder al Atl¨¦tico la pelota fue contrarrestado por las limitaciones de su rival, que no pod¨ªa manejar el juego, ni n¨¢. S¨®lo por inercia, los jugadores del Madrid produjeron m¨¢s oportunidades. No muchas, desde luego. Un mano a mano de Ronaldo, una llegada de Roberto Carlos, la oportunidad final de Owen frente a Leo Franco y poco m¨¢s. Pero la impresi¨®n es que el Madrid estaba en condiciones de ganar el encuentro cuando quisiera. No quiso mucho, la verdad. Se dedic¨® a un trasteo bastante pelma, de manera que el p¨²blico dedic¨® su atenci¨®n a los detalles. Ovacion¨® como se merec¨ªa a Fernando Hierro, que acaba de cerrar una gloriosa carrera en el f¨²tbol; festej¨® una excelente intercepci¨®n de Gravesen en un mano a mano con Torres; aplaudi¨® una hermosa jugada de la estrella del Atl¨¦tico en el segundo tiempo y salud¨® el ingreso de Guti, que le dio algo de empaque al juego en los ¨²ltimos minutos. Nadie pareci¨® reparar en Luis Figo. Probablemente disput¨® su ¨²ltimo partido en el Bernab¨¦u como madridista. Cinco a?os atr¨¢s fue el hombre que simboliz¨® el comienzo de una nueva ¨¦poca. El capit¨¢n del Bar?a fichaba por el Madrid, nada menos. Lo que en aquellos d¨ªas fue un se¨ªsmo, se convirti¨® ayer en una an¨¦cdota. Figo se va y la gente no repar¨® en ello. As¨ª es el f¨²tbol. Digiere todo.
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