El placer es suyo

Entre vinos y puros, salvo una corta etapa de cuatro a?os en la consultora Arthur Andersen (Accenture, hoy), ha discurrido la carrera profesional del sucesor de Pablo Isla en la copresidencia espa?ola de Altadis. El economista Antonio V¨¢zquez Romero, nacido en C¨®rdoba en 1951, es adem¨¢s uno de los art¨ªfices principales de lo que es hoy el grupo hispanofranc¨¦s, en el que lleva trabajando 12 a?os.

Tras su etapa como arturito, desarrollada entre 1974 y 1978, el paisano de S¨¦neca se hizo con un amplio bagaje en comercio exterior y en un sector, el de licores y bebidas espirituosas, m¨¢s hedonista que estoico. Pr¨®ximo, por tanto, al mundo de los habanos que le ha aupado ahora a la copresidencia de Altadis. Durante 15 a?os, entre 1978 y 1993, trabaj¨® en el Grupo Osborne como director general y como director de sus filiales en M¨¦xico, y posteriormente para el Grupo Domecq, primero en M¨¦xico como director de Marketing y Ventas, y m¨¢s tarde como director general internacional.

Tras 15 a?os vendiendo "placer" y "lujo" por el mundo a cuenta de las firmas bodegueras, se incorpor¨® a Tabacalera en 1993, que estaba en pleno proceso de cambio por la liberalizaci¨®n reciente de su actividad y la privatizaci¨®n de la compa?¨ªa. Lo ficharon como director de Desarrollo de Negocio Internacional, y tres a?os despu¨¦s lo nombraron director general de la Unidad de Cigarros, un puesto clave para su futuro y para el de Tabacalera y Altadis.

Desde esta responsabilidad adquiri¨® distribuidoras en EE UU y tabaqueras en Honduras, Nicaragua y Rep¨²blica Dominicana, para suministrar cigarros a ese mercado, que es el de mayor consumo y el que m¨¢s crece en el mundo. Un aperitivo para la adquisici¨®n en diciembre de 1999, unos meses despu¨¦s del acuerdo de fusi¨®n de Tabacalera y Seita en Altadis, del 50% de la empresa cubana Corporaci¨®n Habanos, SA, y de su participaci¨®n en la red internacional de Distribuci¨®n del Habano. Una operaci¨®n que convirti¨® a Altadis en l¨ªder mundial en los cigarros de mayor calidad y que a la postre a catapultado a V¨¢zquez, catador y fumador de habanos, a la copresidencia del grupo hispanofranc¨¦s.

V¨¢zquez, quiz¨¢ como contrapunto a su trayectoria profesional, es un hombre muy volcado en la retaguardia familiar, tiene cuatro hijos, y en su c¨ªrculo de amigos, seg¨²n quienes le conocen bien. Le gusta compartir con ellos sus aficiones: paseos por el campo, deportes (equitaci¨®n, sobre todo), lecturas (historia, novela hist¨®rica y ensayo) y su faceta menos conocida, su pasi¨®n por el bel canto (canta ¨®pera, no sabemos si se atreve con Carmen de Bizet, y al parecer no lo hace nada mal).