Un gladiador en Par¨ªs
Rafa Nadal debuta como favorito aupado por su juventud, su esp¨ªritu ganador, su gran fuerza mental y su poder¨ªo f¨ªsico
Rafa Nadal tiene un rev¨¦s normalito. Cuando saca, Rafa Nadal se conforma con poner la bola en juego, sin pensar en una estrategia, sin colocarla junto a las l¨ªneas. Rafa Nadal es derrochador de energ¨ªa, lo contrario a la eficiencia en la pista. Rafa Nadal deber¨ªa ser un jugador m¨¢s, uno del mont¨®n, un buen drive, demasiado liftado de todas maneras, y unas buenas piernas, y poco m¨¢s. Y, si se hace caso a los agoreros, demasiado propenso a las lesiones.
As¨ª hablan los expertos, los t¨¦cnicos. A Rafa Nadal le gusta llevarles la contraria, romper esquemas. Sus rivales, que no son los expertos, lo saben. Le temen.
Los jugadores a los que se enfrenta Rafa Nadal salen a la pista convencidos de que van a perder; seguros de que les va a costar intercambios eternos conseguir un punto ganador, lograr que Rafa Nadal no llegue a una bola, evitar un resto demoledor. Mats Wilander ya lo advirti¨® a principios de temporada. "Nadal mete miedo", dijo. "Nadie se le va a resistir".
A quien m¨¢s recuerda es a Muster, el ¨²ltimo zurdo que ha ganado en Roland Garros
Rafa Nadal intimida. Rafa Nadal es una fortaleza mental que nunca se hunde. Domina sus emociones durante el partido. Su car¨¢cter ganador no le permite dar una bola por perdida. Sabe que puede superar cualquier situaci¨®n en la pista, ya tenga problemas f¨ªsicos o desventaja en el marcador, ya diluvie o ya abrase el sol. Rafa Nadal no duda. Juega con tranquilidad los puntos decisivos. Transmite fortaleza y alegr¨ªa.
No es mala referencia la de Wilander, el sueco que gan¨® Roland Garros en 1982 a los 17 a?os, en su primera participaci¨®n. No fue err¨®nea tampoco su profec¨ªa. Desde enero, Rafa Nadal ha jugado 47 partidos, ha ganado 41 y ha perdido s¨®lo seis (en tierra batida sus n¨²eros son 31-2), ha disputados seis finales y ha ganado cinco. La ¨²nica que perdi¨® fue en el cemento de Miami ante Roger Federer. Han sufrido su ley los argentinos que en 2004 dominaron el circuito de la tierra batida -Gaudio (ganador del Roland Garros), Coria, Ca?as-, el franc¨¦s de su misma edad -18 a?os y 11 meses- y la misma clase Richard Gasquet, el ¨²ltimo espa?ol que gan¨® Roland Garros (Ferrero)... Y, sobre todo, ha despertado la admiraci¨®n de los cronistas de todo el mundo, italianos, ingleses, franceses, estadounidenses, todos felices de la llegada de un joven sin complejos, de su aliento fresco, de su imagen, felices de trabajar en aras de la Nadalman¨ªa.En la mitificaci¨®n de un jugador que deja fr¨ªos a los gourmets m¨¢s delicados, que emociona como ninguno a todos los dem¨¢s, a todos los que no limitan el tenis a un ejercicio de estilo.
Hay urgencia para incluir a Rafa Nadal en el mismo club de Ken Rosewall, Boris Becker, Bjorn Borg, Michael Chang, Pete Sampras, Stefan Edberg y Mats Wilander, los gloriosos antepasados que tambi¨¦n ganaron un grande antes de cumplir los 20 a?os, pero todo el mundo coincide en que el tenista a quien m¨¢s recuerda el zurdo de Manacor es al austriaco Thomas Muster, el ¨²ltimo zurdo que ha ganado en Roland Garros (hace 10 a?os, en 1995), un portento f¨ªsico, un portento mental. Un gladiador de la pista. Como Nadal.
Andre Agassi se sorprend¨ªa, se asustaba, de su cuerpo musculado, del tr¨ªceps de su brazo izquierdo, de sus gemelos de mediofondista, de su cuello -ejemplo de la fuerza de la herencia gen¨¦tica: intenten recordar el corpach¨®n de su t¨ªo Miguel ?ngel, el futbolista del Bar?a-, que le parec¨ªan extra?os en un adolescente de 18 a?os. Pero no es eso, no es s¨®lo eso. En los ex¨¢menes de laboratorio, en el test de Bosco, Rafa Nadal muestra una capacidad de salto, un ¨ªndice de su fuerza, muy superior al de todos los dem¨¢s tenistas, similar a la que puedan tener las saltadoras de longitud de elite mundial. Rafa Nadal tiene un consumo de ox¨ªgeno -el principal par¨¢metro para medir la resistencia de un deportista, tambi¨¦n de clara componente gen¨¦tica- de 72 mililitros por minuto y por kilo, seg¨²n los tests efectuados por ?ngel Ruiz Cotorro, el fisi¨®logo de la federaci¨®n. Es un consumo muy superior al de la media de los tenistas, que rondan entre 50 y 60, m¨¢s cercano al de un ciclista o un atleta de fondo, lo que le permite seguir con vida cuando todos los dem¨¢s se arrastran, lo que le permite recuperarse mejor entre punto y punto, entre partido y partido, llegar a pelotas muy dif¨ªciles con tiempo suficiente para ganar el punto. Pero no es s¨®lo eso.
Rafa Nadal derrot¨® a Guillermo Coria en la final m¨¢s larga de la historia del torneo de Roma, m¨¢s de cinco horas. Para hacerlo luch¨®, corri¨®, resisti¨®, aguant¨® dolorosas ampollas en la mano izquierda, jug¨® al tenis, la dio fuerte, derroch¨® energ¨ªa, llev¨® la contraria a todos. Para hacerlo logr¨® combinar en el momento clave su fuerza mental, su frialdad, su tranquilidad, su talento, su fuerza, su velocidad, su resistencia, su potencia. ?sa es la marca de Nadal, lo que le eleva por encima de todos. Lo que no est¨¢ nada mal para un jugador sin rev¨¦s, sin saque, el tenista que derrocha energ¨ªa.
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