El certificado usado como licencia para enterrar a las v¨ªctimas del Yak-42 no era veraz
18 inscripciones de defunci¨®n de los militares tuvieron que ser corregidas por err¨®neas
Desde la contrataci¨®n del vuelo hasta la err¨®nea identificaci¨®n de los cad¨¢veres no hubo un solo aspecto del caso Yak-42 que no estuviera plagado de irregularidades. Tambi¨¦n las inhumaciones. Como licencia de enterramiento se utiliz¨® un certificado del Consulado General de Espa?a en Estambul (Turqu¨ªa) seg¨²n el cual la inscripci¨®n de los fallecimientos en el registro civil se hizo el 29 de mayo. Pero dicha inscripci¨®n no se cumpliment¨® hasta el d¨ªa 30 y fue tan err¨¢tica que en semanas sucesivas hubo que dejar constancia de "rectificaciones de errores" en 18 casos.
El 29 de mayo, un d¨ªa despu¨¦s de los entierros e incineraciones de los 62 militares muertos en el accidente del Yak-42, la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid, que se hizo cargo de los cad¨¢veres, remiti¨® una carta al Consulado General de Espa?a en Estambul (Turqu¨ªa). "Seg¨²n conversaci¨®n telef¨®nica", dice el escrito, "solicito notificaci¨®n v¨ªa fax de la inscripci¨®n en ese Registro Civil de la defunci¨®n de los militares fallecidos en [el] accidente a¨¦reo [...], para remit¨ªrselo a modo de licencia de enterramiento a los distintos ayuntamientos donde se han realizado las inhumaciones. Ser¨ªa suficiente", agrega, "la certificaci¨®n en un mismo documento en el que se relacionen todos los nombres de los fallecidos espa?oles".
Ese mismo d¨ªa, el encargado de asuntos administrativos del Consulado envi¨® a la funeraria un fax en el que certificaba "que se ha procedido a la inscripci¨®n de fallecimiento en el Registro Civil de este Consulado General de las personas que a continuaci¨®n se detallan". Y agregaba la relaci¨®n de nombres de los 62 militares.
Pero este documento, firmado por un funcionario p¨²blico y remitido al Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de la Audiencia Nacional, que investiga el caso Yak-42, no se corresponde con las copias del Registro Civil del Consulado de Estambul, tambi¨¦n incorporadas al sumario. Salvo en el caso del teniente coronel Solar, todas las inscripciones de fallecimiento est¨¢n fechadas el 30 de mayo.
El d¨ªa 28, con los cad¨¢veres ya en Espa?a, el c¨®nsul general en Estambul, Raimundo Ezquerra, escribi¨® de su pu?o y letra que, "debido a las circunstancias excepcionales referentes a la repatriaci¨®n de los restos mortales de las v¨ªctimas del accidente a¨¦reo [...] no se han podido cumplir todos los requisitos habituales para la obtenci¨®n de la licencia de entierro"
"Posteriormente", agregaba, "tan pronto como sea posible cumplir con los citados requisitos y se cuente con los datos y documentos correspondientes, se proceder¨¢ a la inscripci¨®n de las defunciones en el Registro Civil Consular y a la remisi¨®n de las copias correspondientes al Registro Civil Central".
Finalmente, las inscripciones se hicieron el 30 de mayo, pero con tan poca fortuna que, entre el 3 de junio y el 4 de julio, hubo que anotar "rectificaciones de errores" en los certificados de defunci¨®n de 18 militares. Dos inscripciones conten¨ªan dos errores cada una.
En algunos casos, se trataba de meras erratas en la fecha o el mes de nacimiento, pero muchas otras rectificaciones trataban de subsanar la anterior ausencia de datos sobre la filiaci¨®n paterna de un militar o el lugar de nacimiento de otro.
Los errores en las inscripciones provocaron una demora en la concesi¨®n de las pensiones a las familias de los fallecidos y dieron lugar a una voluminosa correspondencia entre el Ministerio de Defensa y el Consulado. En un fax fechado el 3 de junio, el c¨®nsul advert¨ªa de que s¨®lo tres equivocaciones pod¨ªan imputarse al personal administrativo de la oficina diplom¨¢tica, mientras que los restantes figuraban en la lista remitida por la Agregadur¨ªa de Defensa en Ankara (Turqu¨ªa).
Escarmentado por lo sucedido, el c¨®nsul reclam¨® a Defensa que le remitiese los certificados de nacimiento de los fallecidos, "para evitar ulteriores rectificaciones, en el caso de que las nuevas listas contuvieran tambi¨¦n alg¨²n error".
La documentaci¨®n remitida al juzgado demuestra que la confusi¨®n en las identidades de 30 cad¨¢veres s¨®lo fue posible porque se incumplieron todos los requisitos legales: los restos fueron repatriados sin certificado de defunci¨®n, sin inscripci¨®n de fallecimiento y sin licencia de enterramiento. A posteriori, se intent¨® dar una apariencia de legalidad con certificados de muy dudoso rigor.
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