Francia y EE UU llenan el vac¨ªo en L¨ªbano
Tras la retirada del Ej¨¦rcito sirio, Par¨ªs y Washington tratan de ocupar el lugar dejado por Damasco ante las cr¨ªticas por injerencia del movimiento chi¨ª Hezbol¨¢
Casi nadie lo cuestiona. L¨ªbano, siempre tutelado por alguna potencia extranjera, vive un cambio trascendental. Concluida en abril la retirada del Ej¨¦rcito sirio, Estados Unidos y Francia se aprestan a ocupar el lugar de Damasco. A un d¨ªa de las elecciones legislativas, los l¨ªderes pol¨ªticos prosirios, sobre todo el movimiento chi¨ª Hezbol¨¢, denuncian injerencias de Washington y Par¨ªs en los comicios y en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs. Tampoco niegan esa intervenci¨®n quienes desean que L¨ªbano abandone el sectarismo religioso que todo lo impregna, y ven con buenos ojos la influencia franco-americana. No obstante, todos tienen cierto temor a la eventual aplicaci¨®n de la resoluci¨®n 1.559 de Naciones Unidas (patrocinada por Francia y EE UU), que exige el desarme de la milicia de Hezbol¨¢, cuya legitimidad en su lucha contra Israel es indiscutible en L¨ªbano.
Francia, potencia colonial hasta 1943, y EE UU tuvieron hasta comienzos de los a?os ochenta una incuestionable influencia pol¨ªtica y presencia militar en L¨ªbano. Siria hab¨ªa tomado el relevo en 1976, con el consentimiento de Israel, Par¨ªs y Washington. Estas dos ¨²ltimas capitales exigieron -mediante la resoluci¨®n 1.559 del Consejo de Seguridad en septiembre- al r¨¦gimen de Damasco que replegara a sus 15.000 militares sin demora. El presidente Bachar el Asad cumpli¨®.
Hace algunas semanas, los Gobiernos estadounidense y franc¨¦s reclamaron que las legislativas -que comienzan ma?ana en Beirut y que proseguir¨¢n tres domingos m¨¢s en las restantes regiones del pa¨ªs- cumplieran el calendario previsto. Las reuniones de los embajadores de ambos pa¨ªses con los caudillos libaneses se suceden. La analista Rosana Bou Monsef ha escrito recientemente que el l¨ªder druso, Walid Yumblatt, preguntado sobre las supuestas demandas francesas para que pactara una alianza con el cristiano maronita Michel Aoun -exiliado 15 a?os en Par¨ªs-, no rechaz¨® la existencia de esa presi¨®n. La amistad que un¨ªa al ex primer ministro Rafik Hariri con el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, es de todos conocida. Francia ha concedido dos cuantiosos cr¨¦ditos a L¨ªbano y el tercero est¨¢ al caer, aunque hayan vencido algunos pagos de los anteriores. Dirigentes pr¨®ximos al fallecido gobernante admiten que Chirac financiaba sus campa?as electorales.
Estados Unidos tampoco esconde sus intenciones. El presidente George W. Bush asegur¨® el jueves que "los Estados ¨¢rabes deben tomar las medidas necesarias que aseguren un ambiente favorable" para el proceso de paz israelo-palestino. L¨ªbano tambi¨¦n es destinatario de este mensaje. Precisamente, porque la resoluci¨®n 1.559 ordena el desarme de Hezbol¨¢, en permanente escaramuza con Israel.
Quienes desean un sistema pol¨ªtico aconfesional observan las presiones franco-estadounidenses como algo deseable. Una fuente muy pr¨®xima a Hariri asegura que "L¨ªbano necesita la ayuda de Washington, Par¨ªs y los europeos". No obstante, a?ade: "El ejemplo dado por EE UU en Irak, donde ha prosperado un sistema confesional, no nos ayuda". Selim Hoss, ex primer ministro (1998-2000), se halla en los ant¨ªpodas: "No votar¨¦ en unos comicios de los que resultar¨¢ un Parlamento que estar¨¢ tutelado por Francia y por EE UU".
Sin embargo, quienes militan en el campo opuesto a Hoss coinciden con ¨¦ste punto por punto en una cuesti¨®n: Hezbol¨¢. "Es una cuesti¨®n interna. S¨®lo los partidos libaneses pueden abordar el asunto. Si se presiona demasiado, habr¨¢ problemas serios", comenta Ghassan Youssef, greco-ortodoxo y votante fiel de los Hariri. El candidato Saad Hariri destac¨® anteayer: "No podemos olvidar que la resistencia liber¨® L¨ªbano de la ocupaci¨®n israel¨ª". El secretario general de esta influyente organizaci¨®n chi¨ª, Hassan Nasralla, no las tiene todas consigo. "Hezbol¨¢ siente que muchas de las muestras de respaldo est¨¢n vac¨ªas de un claro compromiso", declar¨® Nasralla.
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