"Mi preocupaci¨®n fundamental era que la obra teatral tuviese agilidad en la acci¨®n"
Tres reyes orientales se encuentran en un ¨¢mbito fantasmag¨®rico mientras persiguen una extra?a estrella. Cada uno de ellos mantiene en secreto los motivos de su peregrinaje, en parte porque ellos mismos los desconocen. Tal es el punto de partida de Los astr¨®logos errantes, obra con la que Felipe Ben¨ªtez Reyes (Rota, C¨¢diz, 1960) ha debutado como escritor teatral despu¨¦s de firmar una extensa obra po¨¦tica -reunida en el volumen Trama de niebla- y narrativa, en la que destacan t¨ªtulos como El novio del mundo o El pensamiento de los monstruos. Ahora, la compa?¨ªa rote?a La Madriguera, que ya adapt¨® escritos de Ben¨ªtez Reyes en su primer montaje, Memoria del para¨ªso, inicia una gira por la provincia de C¨¢diz con Los astr¨®logos errantes, con m¨²sica original de Javier Ruibal y la colaboraci¨®n de Joaqu¨ªn Sabina en las narraciones que abren cada acto. El texto de la obra acaba de ser publicado por la editorial sevillana Espuela de Plata, inaugurando con ¨¦l una serie dedicada al teatro actual.
Pregunta. Despu¨¦s de escribir poes¨ªa, relatos, novelas, ensayos... ?era el teatro el palo que le quedaba por tocar?
Respuesta. Parece ser que s¨ª. La tentaci¨®n de un g¨¦nero nuevo -nuevo para uno mismo, quiero decir- requiere alg¨²n tipo de detonante, y en este caso ha sido mi amistad con los componentes del grupo teatral La Madriguera. Llevaban mucho tiempo proponi¨¦ndome que escribiera una obra para ellos, y yo les hac¨ªa promesas vagas, que es como suelen ser casi todas las promesas, hasta que un d¨ªa, no s¨¦ c¨®mo ni c¨®mo no, me sorprend¨ª a m¨ª mismo escribiendo la obra. No entraba en mis planes escribir teatro, pero es posible que el azar trace sus propios planes, en el caso de que el azar no sea el ¨²nico plan posible.
P. La Madriguera ya hab¨ªa llevado anteriormente textos suyos a escena. ?Hoy casan bien los versos con los patios de butacas?
R. La experiencia me dice que s¨ª. A fin de cuentas, la tradici¨®n teatral es casi inseparable del verso, aunque en el siglo XX se deshace esa alianza. Esta obra m¨ªa est¨¢ escrita en verso libre y blanco, sin rima, porque otro tipo de opci¨®n hubiera sido un tanto arcaizante, y tampoco se trataba de eso. El reto es que fuera en verso y no sonara a verso. O, m¨¢s bien, que sonara a verso contempor¨¢neo. Versificaci¨®n sin ¨¦nfasis, digamos. A fin de cuentas, el verso no es m¨¢s que una medida musical, y esa m¨²sica puede ser casi silenciosa.
P. Como autor, ?qu¨¦ nuevos desaf¨ªos o exigencias ha encontrado en la escritura dram¨¢tica?
R. Mi preocupaci¨®n fundamental era que la obra teatral tuviese agilidad en la acci¨®n. Que no fuese un discurso inanimado. Por lo dem¨¢s, procur¨¦ que cumpliese los requisitos b¨¢sicos de cualquier texto literario de condici¨®n esencialmente narrativa: que tuviese coherencia, verosimilitud y que, por debajo del sentido, hubiese una dosis de sinsentido y de sobreentendidos.
P. El trabajo de cerca con una compa?¨ªa debe de ser tambi¨¦n una experiencia distinta a la habitual soledad del escritor, ?no?
R. S¨ª, al menos hasta cierto punto. Se escribe bajo otros par¨¢metros, con una idea de labor que est¨¢ obligada a ser compartida e interpretada por otros, pero la escritura es siempre solitaria, y no es malo que sea as¨ª. Todo proceso de escritura es un di¨¢logo privado con tu conciencia est¨¦tica.
P. ?Por qu¨¦ tres reyes magos? ?Qu¨¦ valores o posibilidades ha visto en esas figuras cl¨¢sicas?
R. La leyenda de los tres reyes magos es s¨®lo el punto de partida, no el de llegada. Es una leyenda que me fascina por lo que tiene de pesadilla m¨¢gica: tres personajes que abandonan su reino, se echan a los caminos, detr¨¢s de una estrella cuyo significado no entienden... Todo eso ha dado lugar a mucha literatura. Luis Cernuda y T. S. Eliot, por ejemplo, escribieron sobre esos monarcas errabundos. En la Biblia s¨®lo los cita San Mateo, y de pasada. Luego, la trama legendaria en torno a esos reyes astr¨®logos -o lo que fuesen, si es que algo fueron, cosa que dudo- se fue ramificando. Esta obra m¨ªa est¨¢ en la estela de esa ramificaci¨®n. Se trata de una leyenda sobre una leyenda. De un sue?o dentro de un sue?o.
P. ?Y en qu¨¦ estado se encuentra ahora el Felipe Ben¨ªtez poeta, el narrador y el m¨²sico?
R. Tengo casi acabado un libro de poemas, en el caso optimista de que los libros de poemas puedan acabarse. Tambi¨¦n tengo empezada una novela, que es algo as¨ª como tener una abstracci¨®n flotando permanentemente por la casa, una fantasmagor¨ªa a jornada completa. Lo de la m¨²sica lo tengo abandonado, a pesar de que mi sue?o adolescente no era ser escritor, sino ser Jimi Hendrix.
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