Gracias, Lucentum

El Etosa Alicante, es decir, el Lucentum, no s¨®lo ha hecho historia en la ACB esta temporada sino que ha repartido ilusi¨®n a espuertas entre los alicantinos, ha sacado a la ciudad de la mediocridad deportiva a la que parec¨ªa condenada en los ¨²ltimos lustros, ha llenado de contenido esos fines de semana que transcurr¨ªan sin pena ni gloria y nos ha ofrecido una extraordinaria lecci¨®n de humildad y de sabidur¨ªa, de energ¨ªa y de esfuerzo, de utop¨ªa y de imaginaci¨®n. Porque nadie pod¨ªa so?ar al empezar la liga lo que el conjunto entrenado por Trif¨®n Poch iba a regalar a los aficionados. Pocos pod¨ªan decir que el Etosa, un equipo hecho con los recursos m¨ªnimos, alcanzar¨ªa esa gloria deportiva, m¨¢gica, reservada tradicionalmente a la elite. Sin embargo ha ocurrido y eso invita a realizar varias lecturas. La primera es que el equipo alicantino ha dado un paso de gigante en el baloncesto espa?ol y en la divisi¨®n de honor. Ning¨²n rival que se le cruce podr¨¢ verlo ya con los ojos de antes. Su lugar exige un espacio en lo alto de la tabla y con eso van a contar los conjuntos que ven¨ªan disfrutando de tal privilegio. El Lucentum, desde esta temporada, ha de asumir su perfil de grande, de entidad con suficiente luz propia como para eclipsar, en cualquier momento y en la cancha que sea, al equipo m¨¢s respetado y respetable. Tambi¨¦n sabe el Etosa que la formula que ha aplicado a su juego (humildad + ambici¨®n) genera maravillosos resultados.

En s¨ªntesis, los alicantinos hemos disfrutado esta temporada de la ¨¦pica del triunfo y de la l¨ªrica de esa magia tan cara de encontrar en el deporte. Que no se haya podido doblegar al bronco Unicaja en los play offs no ha de quitar a nadie un ¨¢pice de orgullo. El equipo (Quince, Larry, Nacho, Lucio, I?aki, Oriol, Digben, Berni, Weigand, H¨¦ctor y, sobre todo, Trif¨®n Poch y Luis Castillo) y cada uno de los aficionados podemos pronunciar el nombre del Etosa Alicante con la cabeza m¨¢s alta que nunca. Jugar por encima de nuestras posibilidades es un hecho demostrado. Regalarnos el sue?o de estar entre los elegidos es un logro que no vamos a olvidar, que nadie puede olvidar.