Israel libera a 398 presos palestinos en un gesto hacia Abbas
El presidente de la APN, intervenido en Am¨¢n del coraz¨®n
Israel liber¨® ayer a 398 prisioneros palestinos, en su mayor¨ªa militantes del partido gubernamental Al Fatah. Su liberaci¨®n fue pactada por el primer ministro Ariel Sharon y por el presidente palestino, Mahmud Abbas, como parte del acuerdo de alto el fuego firmado el 9 de febrero en la cumbre de Sharm el Sheij. Abbas se encontraba ayer ingresado en un hospital de Am¨¢n a causa de una operaci¨®n menor de coraz¨®n.
En las c¨¢rceles israel¨ªes permanecen a¨²n recluidos 7.500 palestinos, entre ellos dos j¨®venes que obtuvieron permiso para salir ayer pero optaron por quedarse, uno para terminar sus estudios y el otro por no abandonar a su hermano que sigue encarcelado.
"?D¨®nde esta la Intifada?", se pregunta el ex recluso Abdelaziz Mahmud Shanti, de 24 a?os, en medio del patio de la Mukata, el cuartel general de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Ramala, mientras trata de descubrir en el recinto las huellas de la lucha y la destrucci¨®n acumuladas tras cuatro a?os de revuelta palestina.
Shanti estuvo preso hasta ayer en el campo de internamiento Ketziot, en el desierto de El Neguev, donde fue ingresado hace poco menos de cuatro a?os, cuando fue detenido por fuerzas del Ej¨¦rcito israel¨ª en su aldea natal de Bugair acusado de pertenecer a la milicia de las Brigadas de los M¨¢rtires de Al Aqsa, vinculada al partido gubernamental de Al Fatah.
"Todo ha acabado", tratan de explicar entre abrazos y besos sus familiares, mientras el ex reo contin¨²a pregunt¨¢ndose en voz alta, qu¨¦ pas¨® con el antiguo cuartel general del presidente Yasir Arafat reventado por las bombas y el asedio israel¨ª, convertido para ¨¦l y sus compa?eros de presidio en s¨ªmbolo y bandera de la resistencia palestina y que hoy aparece reconstruido, como si no hubiera habido nunca una Intifada.
Shanti acabar¨¢ perdi¨¦ndose entre la multitud que le empuja hasta la capilla f¨²nebre donde reposan los restos de Arafat, a cuyas puertas esperan las primeras autoridades de Ramala, incluido el gobernador, Mustaf¨¢ Aisa, el l¨ªder de Ham¨¢s, Hasan Yusef, y diversos dirigentes de Al Fatah para dar a los ex convictos la bienvenida.
El recibimiento oficial es formal y protocolario, sobre todo si se compara con el que recibieron los 500 compa?eros, liberados el 21 de febrero, que supuso el primer gesto de buena voluntad del Gobierno de Israel hacia el nuevo presidente palestino, Mahmud Abbas. La ausencia en el acto del mismo presidente Abbas, que se encuentra ingresado en un hospital de Am¨¢n donde ayer fue intervenido quir¨²rgicamente de una operaci¨®n menor de coraz¨®n, acentu¨® la frialdad del acto.
El tono destemplado de la acogida de estos presos palestinos por las autoridades o la indiferencia con que la calle vio el paso de la comitiva de los liberados no es casual. Es el fruto de una operaci¨®n meticulosamente planificada desde arriba. La ANP est¨¢ impulsando desde hace varias semanas un proceso de "normalizaci¨®n" con el que tratan de desactivar los ¨²ltimos impulsos de la Intifada. Las ¨®rdenes desde la presidencia son tajantes. Los carteles de los m¨¢rtires, que desde el estallido de la revuelta se ven¨ªan sobreponiendo en los muros, han desaparecido del centro de Ramala. Tampoco hay pintadas contra los israel¨ªes. Ni huellas de las bombas. Por si ello no fuera suficiente, menudean los controles policiales tratando de localizar hombres armados.
La excarcelaci¨®n de estos reclusos ha llegado adem¨¢s con m¨¢s de cuatro meses de retraso, como consecuencia de las dilaciones planteadas por el Gobierno israel¨ª en represalia a un ataque perpetrado por un suicida de Ham¨¢s contra una discoteca de Tel Aviv el pasado 25 de febrero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.