?pera espa?ola en Venecia
La idea de la ¨®pera espa?ola ha sido como las fatales emanaciones del manzanillo, ha producido la muerte a todos quienes se acercaron". ?sta era la fatal maldici¨®n pronunciada por Antonio Pe?a y Go?i en plena segunda mitad del siglo XIX. Poco o nada tiene que ver el contexto de aquella terrible admonici¨®n con los tiempos que corren, pero el hecho es que la ¨®pera espa?ola, desaparecidos ya sus efectos letales, sigue siendo un artefacto de dif¨ªcil manejo e improbable existencia, si es que nos referimos a ella como un g¨¦nero. Pero ya no es una cuesti¨®n "espa?ola", y es que, tras el tumultuoso paso del siglo de las vanguardias y el secuestro por parte del cine de sus principales funciones sociales, la ¨®pera es hoy una hip¨®tesis, una experiencia y un aut¨¦ntico bosque de opciones expresivas. Tanto es as¨ª que muchos prefieren hablar de teatro musical para generalizar todo fen¨®meno que suceda en una escena y que use la m¨²sica en cualquiera de sus maneras. Y, sin embargo, hay algo que sigue teniendo la ¨®pera: su magnetismo, su capacidad de conducir la m¨²sica hacia el plano de lo social. Por ello, cuando los furores vanguardistas se atenuaron y la posmodernidad templaba los ¨¢nimos, no fueron pocos los compositores que se lanzaron hacia esta aventura, dejando atr¨¢s una prohibici¨®n mucho m¨¢s severa que la de la amenaza del entra?able manzanillo hispano.
En Espa?a, en los ochenta, Luis de Pablo hizo figura de pionero, con su Kiu, de 1983. Luego llegaron otras iniciativas, como la dedicada a j¨®venes compositores por parte del Ministerio de Cultura entre 1987 y 1994. Y as¨ª, tras el desfallecimiento de una iniciativa suplida por otra, hemos llegado a un punto en el que la renovaci¨®n de los grandes coliseos oper¨ªsticos espa?oles hablan a gritos de la asignatura pendiente de dedicar algo de atenci¨®n a las experiencias l¨ªricas renovadoras (?c¨®mo podr¨ªan ser otra cosa?) que surgen por doquier.
La asociaci¨®n M¨²sicadhoy tambi¨¦n ha o¨ªdo el clamor y desde hace algunas temporadas dedica una parte de su atenci¨®n a lo esc¨¦nico. A trav¨¦s de ella el p¨²blico madrile?o ha visto y o¨ªdo el teatro musical de Kagel, Bussoti, David del Puerto (en versi¨®n de concierto), C¨¦sar Camarero, Jos¨¦ Manuel L¨®pez y ahora prepara lo que ser¨¢ la primera ¨®pera de Jes¨²s Rueda, ¨²ltimo de nuestros premios nacionales de m¨²sica. Todo este bagaje se articula a trav¨¦s de una nueva secci¨®n de la asociaci¨®n llamada, c¨®mo no, ?peradhoy, que ha conseguido desembarcar en la Bienal de Venecia, festival que, pese a su nombre, ahora es anual y ha pasado a ser dirigido por Giorgio Battistelli, compositor ¨¦l mismo y creador vinculado a la m¨²sica teatral. En Venecia, la asociaci¨®n madrile?a presenta lo mejor de su oferta posible, nada menos que tres ¨®peras (aunque la de Rueda lo ser¨¢ s¨®lo en fragmento), y dos de ellas en estreno absoluto.
Las tres ¨®peras que viajan a
Venecia son La noche y la palabra; con m¨²sica de Jos¨¦ Manuel L¨®pez, libreto de Gonzalo Su¨¢rez e im¨¢genes esc¨¦nicas de Jos¨¦ Manuel Broto; Un parque, con m¨²sica y libreto de Luis de Pablo a partir del drama Sotoba Komachi, de Yukio Mishima; y Fragmento de Orfeo, con m¨²sica y libreto de Jes¨²s Rueda a partir de Ovidio (Metamorfosis) y Virgilio (Ge¨®rgicas).
La primera de ellas, La noche y la palabra, es la ¨²nica estrenada ya, lo hizo en el Teatro de La Abad¨ªa de Madrid el 27 de mayo de 2004, con direcci¨®n musical de Juan Carlos Garvayo, quien repite en Venecia. En esta ¨®pera, Jos¨¦ Manuel L¨®pez crea un fresco de gran potencia dram¨¢tica a partir de textos preparados por el director cinematogr¨¢fico y escritor asturiano Gonzalo Su¨¢rez, extra¨ªdos de los memoriales que recuerdan la tragedia del encuentro entre Moctezuma y Hern¨¢n Cort¨¦s y adaptados por el propio compositor y Andr¨¦s Lima, responsable, por su parte, de la direcci¨®n esc¨¦nica. Adem¨¢s del tenso clima musical y teatral minuciosamente conseguidos, en esta ¨®pera destacan las im¨¢genes creadas por el pintor Broto, que sit¨²a en el centro de la escena una pantalla por la que sus estilizadas abstracciones cobran vida a trav¨¦s de un tratamiento inform¨¢tico que sugiere con rotundidad el laberinto mental de los personajes y el viaje a trav¨¦s de una jungla de colores y signos de sorprendente plasticidad. En Venecia se programa los d¨ªas 29 y 30 de septiembre en el Teatro alle Tese.
La segunda ¨®pera de este breve pero suculento festival de ¨®pera espa?ola actual es la que constituye la quinta de Luis de Pablo, toda una proeza que nos habla bien a las claras de la intensa dedicaci¨®n de su autor a la aventura de la l¨ªrica espa?ola. Esta ¨®pera hab¨ªa sido imaginada por De Pablo a partir de una propuesta de St¨¦phane Lisner para el Teatro Real, hace de ello tres directores art¨ªsticos. La invitaci¨®n de Giorgio Battistelli para esta bienal llev¨® a De Pablo a redimensionar el proyecto para formato de c¨¢mara encontr¨¢ndolo, seg¨²n palabras del m¨²sico: "M¨¢s interesante e incluso adecuado al esp¨ªritu del texto y la m¨²sica". Para el compositor bilba¨ªno, el universo de Mishima conserva la esencia del Teatro N?, pero introduce una "vulgaridad agresiva" que el m¨²sico ha respetado. Se trata de aspectos que han interesado a De Pablo desde Kiu: la confrontaci¨®n entre la agresividad y la vulgaridad y la educaci¨®n m¨¢s exquisita y el control de las formas sociales. En todo caso, y sea cual sea el resultado, se trata quiz¨¢ del momento cumbre de este recorrido veneciano por la actual creaci¨®n oper¨ªstica espa?ola (d¨ªas 2 y 3 de octubre).
Los mismos d¨ªas se programa la tercera propuesta: el estreno de un fragmento de la ¨®pera que Jes¨²s Rueda prepara para 2007 como encargo de M¨²sicadhoy, Orfeo. Una ¨®pera en la que Rueda confiesa su preocupaci¨®n por "una b¨²squeda introspectiva de la l¨ªnea vocal, del canto, de la melod¨ªa". As¨ª pues, un aut¨¦ntico work in progress en el que su autor ya nos revela sus inquietudes a prop¨®sito de la indagaci¨®n en la expresividad y la belleza "cl¨¢sica" de los elementos musicales fundamentales.
Int¨¦rpretes c¨®mplices
LAS DOS ¨®peras espa?olas de estreno en Venecia, la de De Pablo y la de Rueda, van a ser ofrecidas en lo que ha dado en llamarse semi-stage, una puesta en escena sucinta, susceptible de conformarse definitivamente en representaciones. Ambas tienen, adem¨¢s, el atractivo de estar musicalmente dirigidas por Beat Furrer, uno de los m¨²sicos m¨¢s completos de Europa y miembro fundador del c¨¦lebre Klangforum de Viena. Para hacerse cargo de la m¨²sica viajar¨¢n a Venecia el Coro y la Orquesta de la Comunidad de Madrid y algunos cantantes que constituyen aut¨¦nticos aliados de esta aventura, como son la soprano Pilar Jurado y el tenor Antoni Comas, que participan ?en los tres montajes! J. F. G.
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