El horror pasado y la Rusia actual
DIEZMADAS POR el tiempo y el sufrimiento, las v¨ªctimas del terror de Stalin, entre las cuales se cuentan los supervivientes del Gulag, son tratadas hoy con cierta indiferencia por la sociedad y las instituciones gubernamentales, aunque est¨¦n protegidos por una ley de rehabilitaci¨®n. En octubre de 1991, cuando se aprob¨®, encararse al pasado era a¨²n una prioridad en la democratizaci¨®n del pa¨ªs.
En la lista de las v¨ªctimas del estalinismo rehabilitadas en Rusia figuran m¨¢s de un mill¨®n de nombres: 623.300 represaliados directos y 479.400 familiares, seg¨²n los datos manejados por el Gobierno en marzo con fines administrativos.
Los represaliados reconocidos est¨¢n entre los afectados negativamente por la reforma de las prestaciones sociales, que entr¨® en vigor en enero. De la noche a la ma?ana, el Gobierno se los "endos¨®" a las administraciones provinciales. Es decir, el Estado se lavaba las manos respecto a las v¨ªctimas de su propia arbitrariedad y dejaba que las provincias, seg¨²n su nivel econ¨®mico, decidieran cu¨¢les eran los servicios sociales que pod¨ªan o quer¨ªan prestarles. Ante la oleada de protestas, los dirigentes rusos han anunciado que la Administraci¨®n central volver¨¢ a financiar los servicios sociales de los represaliados, pero eso no ha ocurrido a¨²n.
Mientras tanto, Memorial, una organizaci¨®n privada que presta atenci¨®n a los supervivientes del Gulag, se dispone a recurrir al Tribunal Constitucional. "Consideramos peligroso que la reforma social haya abolido las compensaciones por da?os morales previstas en la ley de 1991, que a fin de cuentas era la ¨²nica que condenaba el pasado estalinista", afirma Yelena Zhemkova.
Tras la muerte de Stalin en 1953, ha habido dos grandes oleadas de rehabilitaciones, la primera, la m¨¢s cuantiosa, se dio durante el "deshielo" y culmin¨® en 1956. La segunda respondi¨® a la pol¨ªtica de reformas de Mija¨ªl Gorbachov en los ochenta y se prolong¨® a los noventa. La fiscal¨ªa rusa redujo despu¨¦s el personal dedicado a revisar los expedientes de las v¨ªctimas del estalinismo, pero a¨²n aparecen nuevos solicitantes, ya que la rehabilitaci¨®n es requisito para beneficiarse de prestaciones sociales.
La fundaci¨®n creada por el premio Nobel Alexandr Solzhenitsin, dedica los honorarios procedentes de los derechos de autor del Archipi¨¦lago Gulag a los supervivientes de los campos y los reparte como mejor puede entre los m¨¢s necesitados. Decenas de miles de personas se han beneficiado. Este a?o, 3.050 personas (no s¨®lo en Rusia, sino en otros pa¨ªses postsovi¨¦ticos) recibir¨¢n 4.000 rublos (unos 113 euros). La suma tiene un valor moral y simb¨®lico. "Es una se?al de que nos acordamos de ellos y de que su sufrimiento no nos es ajeno", afirma Faina Chistiakova, ella misma una superviviente del Gulag que mantiene una correspondencia con gran n¨²mero de ellos. En la regi¨®n siberiana de K¨¦merovo, por ejemplo, hay 22 jubilados de m¨¢s de 90 a?os apoyados por la fundaci¨®n. Son antiguos mineros que hasta jubilarse ejercieron el oficio aprendido en los campos de concentraci¨®n de Kolim¨¢.
La fundaci¨®n Solzhenitsin pide a los supervivientes del Gulag que le env¨ªen sus memorias y las guarda en un archivo abierto a la investigaci¨®n. Memorial, que tiene un importante centro de documentaci¨®n, y el Museo del premio Nobel Andr¨¦i S¨¢jarov recogen tambi¨¦n memorias. Esta ¨²ltima instituci¨®n colecciona adem¨¢s dibujos y objetos de arte producidos en el Gulag.
Los campos estalinianos son tambi¨¦n objeto de la curiosidad de los alumnos de secundaria que participan en el concurso de investigaciones hist¨®ricas organizado por Memorial. En los ¨²ltimos a?os hay "s¨ªntomas peligrosos" de una cierta esquizofrenia hist¨®rica. "Describen el terror con exactitud, pero eso no les lleva a sacar consecuencias pol¨ªticas sobre la figura de Stalin, por ejemplo", se?ala Irina Scherbakova, responsable de los programas educativos de Memorial.
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