El ancla
La inflaci¨®n media anual en la eurozona no ha conseguido situarse por debajo del objetivo de estabilidad de precios marcado por el BCE, establecido por debajo del 2%, desde 2000, como consecuencia del alza no esperada de los precios del petr¨®leo. A pesar de ello, el shock petrolero no ha conseguido desbordar las expectativas de inflaci¨®n de los agentes econ¨®micos, empresas y familias. Tampoco las expectativas de los analistas han se?alado un aumento de la inflaci¨®n. A ello ha contribuido, en primer lugar, la moderada actuaci¨®n de los agentes al identificar la fuente del problema y aceptando la transferencia de renta a los pa¨ªses exportadores de petr¨®leo y el ajuste de precios relativos, lo que ha evitado entrar en las perniciosas espirales precios-salarios. En segundo lugar, la mayor eficiencia y la diversificaci¨®n de fuentes energ¨¦ticas ha permitido que los elevados precios del petr¨®leo no tengan el impacto sobre la inflaci¨®n que tuvieron los shocks de los a?os setenta. Y por ¨²ltimo, la evoluci¨®n del euro/d¨®lar ha amortiguado la actual coyuntura de elevados precios de las materias primas.
El Banco Central Europeo ha conseguido un s¨®lido anclaje, en el entorno del 2%, en sus expectativas de inflaci¨®n para la eurozona
Por otro lado, el segundo pilar de la pol¨ªtica monetaria, la M3, ha estado desde 2001 creciendo por encima de las referencias del BCE. Esto vendr¨ªa a introducir la sospecha de que las relaciones hist¨®ricas de largo plazo entre liquidez monetaria e inflaci¨®n han evolucionado hacia un nuevo equilibrio. Sin embargo, ello no quiere decir que el exceso de liquidez acumulada no pudiera tener efectos sobre la inflaci¨®n, dada la din¨¢mica evoluci¨®n del cr¨¦dito actual en la eurozona, por lo que tampoco deber¨ªa descuidarse su seguimiento. Todos estos factores vendr¨ªan a confirmar la credibilidad del anclaje de expectativas en el 2% fijado por el BCE, lo que le est¨¢ permitiendo poner mayor ¨¦nfasis en la balanza de la actividad que en la de la inflaci¨®n.
La coyuntura del conjunto de la UEM no consigue consolidarse, a pesar de que las condiciones financieras de los agentes permitir¨ªan aventurar el inicio de la misma. Las incertidumbres econ¨®micas no terminan de despejarse, y ahora se unen las incertidumbres pol¨ªticas, con el rechazo a la Constituci¨®n europea en Francia y Holanda. En esta tesitura, el BCE podr¨ªa mantener los tipos de inter¨¦s bastante tiempo, el suficiente para que se disipen las incertidumbres y se asienten las bases de la fase expansiva de la actividad, l¨¦ase entonces, bien entrado 2006.
Jos¨¦ F¨¦lix Izquierdo es economista del Servicio de Estudios Econ¨®micos del BBVA.
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