El Supremo de EE UU proh¨ªbe el uso terap¨¦utico de marihuana
El alto tribunal anula las leyes de 10 Estados que lo permit¨ªan
El Tribunal Supremo de EE UU estableci¨® ayer, por seis votos contra tres, que el cultivo limitado o el consumo de marihuana con fines terap¨¦uticos es un delito incluso en los Estados cuya legislaci¨®n lo permite. El caso tiene su origen en la demanda de dos mujeres californianas que consum¨ªan marihuana por prescripci¨®n m¨¦dica para aliviar el dolor de sus enfermedades; el Gobierno de George W. Bush recurri¨® la sentencia estatal que daba la raz¨®n a las pacientes y ha logrado que el Supremo proh¨ªba lo que 10 Estados permit¨ªan.
El caso era pol¨ªticamente contradictorio para el Tribunal Supremo, cuya mayor¨ªa conservadora siempre trata de alentar una cesi¨®n de soberan¨ªa judicial a los tribunales de los Estados. Ayer decidieron lo contrario al establecer que las leyes federales que consideran un delito el cultivo o consumo de marihuana est¨¢n por encima de las leyes estatales que lo permiten en 10 Estados, incluso cuando el fin es combatir el dolor en pacientes con enfermedades terminales o incurables.
Esas leyes hab¨ªan sido aprobadas en Alaska, Colorado, Hawai, Maine, Montana, Nevada, Oreg¨®n, Vermont, Washington y California, en algunos de ellos despu¨¦s de un refer¨¦ndum.
Seg¨²n el Supremo, cultivar y consumir marihuana en cantidades diminutas para el uso propio como analg¨¦sico es un delito, incluso aunque el producto no se comercialice ni cruce nunca la l¨ªnea fronteriza entre dos Estados.
El magistrado John Paul Stevens, redactor de la sentencia, parece sugerir que el tribunal no se opone al concepto en s¨ª del uso de marihuana con fines m¨¦dicos, sino a la supeditaci¨®n de las leyes estatales a las federales, e indica que la decisi¨®n puede cambiar si cambia la legislaci¨®n en Washington, "porque por encima de las v¨ªas legales est¨¢ el proceso democr¨¢tico, en el que las voces de quienes apoyan a los pacientes se pueden escuchar alg¨²n d¨ªa en los pasillos de la C¨¢mara de Representantes y el Senado de Estados Unidos".
Semejante cambio legal es altamente improbable con la composici¨®n actual del Capitolio, de sobrada mayor¨ªa republicana. Stevens tambi¨¦n indica que el cultivo de marihuana, aunque sea reducido y personal, puede hacer que "personas sin escr¨²pulos" aprovechen las exenciones legales de esos 10 Estados "para fines comerciales".
El caso se inici¨® con la demanda de dos mujeres californianas que buscaron protecci¨®n legal para cultivar y usar marihuana. Angel McClary Raich fumaba marihuana para aliviar los dolores de un tumor cerebral inoperable y una enfermedad degenerativa; Diana Monson, porque sufre dolores cr¨®nicos de espalda y espasmos musculares por una enfermedad en su espina dorsal.
Una cultivaba su propia marihuana en cuatro macetas y a la otra se la proporcionaban sus enfermeros hasta que agentes federales registraron sus domicilios y requisaron el producto. Todas las sentencias fueron dando la raz¨®n a las dos mujeres, hasta ayer: "Ahora s¨®lo me falta esperar a que me detengan", dijo Monson.
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