"La brevedad que me interesa es la que busca la s¨ªntesis"
Con un impresionante palmar¨¦s, Andr¨¦s Neuman (Buenos Aires, 1977) es una de las voces j¨®venes m¨¢s acreditadas del panorama literario espa?ol. Despu¨¦s de publicar prosa y verso en algunas de las mejores editoriales, acaba de aterrizar en el prestigioso sello El Acantilado con El equilibrista, un volumen de aforismos y ensayos breves donde aborda cuestiones morales, est¨¦ticas y literarias. Reci¨¦n liberado de sus faenas acad¨¦micas, este autor afincado en Granada vive dedicado exclusivamente a la literatura, aspira a que su alem¨¢n le permita traducir alg¨²n d¨ªa a H?lderlin y a Novalis, sigue por televisi¨®n los triunfos de Rafael Nadal y no pierde puntada de los nuevos rumbos de la literatura argentina, pa¨ªs del que nunca se ha desvinculado.
Pregunta. Usted ha escrito novelas breves, relatos, haikus, y ahora aforismos. ?Eso es pereza, o gusto por el detalle?
Respuesta. Creo que la buena brevedad no tiene que ver con la pereza, y siempre tengo presente la frase que Marx dirigi¨® a Engels, "perd¨®name por escribirte una carta tan larga, pero es que no he tenido tiempo de hacerla m¨¢s breve". La brevedad puede ser en algunos casos s¨ªntoma de pereza o falta de elaboraci¨®n, pero la que me interesa es la que busca la s¨ªntesis, que siempre est¨¢ al final de las correcciones y el trabajo de pulido. La brevedad, en fin, como punto de llegada y no de partida.
P. Borges alertaba del peligro que el aforismo o la greguer¨ªa tienen de desembocar en un "pensamiento atomizado". ?C¨®mo se vacuna usted contra eso?
R. ?sa era la gran dificultad que present¨® el libro cuando estaba terminado. El proceso para evitar la dispersi¨®n fue el siguiente: estuve cuatro a?os trabajando en ¨¦l, los dos primeros fui tomando notas dispersas y, como dices, atomizadas; los otros dos los dediqu¨¦ sobre todo a buscarles un sentido, una estructura, y a intentar escuchar la voz que hab¨ªa en las notas para comprender a d¨®nde quer¨ªan ir. Tambi¨¦n hubo que dar muchas vueltas para que los aforismos tuvieran cierto orden clim¨¢tico. Espero haber podido contener esa especie de pulsi¨®n acu¨¢tica que tiene el libro, construy¨¦ndole una piscina adecuada.
P. En uno de sus aforismos puede leerse: "La juventud no es insultante s¨®lo por la actitud de quienes la poseen, sino por las melancol¨ªas de quienes la contemplan". ?Es una venganza contra quienes no se olvidan de su edad?
R. Era una peque?a maldad que me permit¨ª, y por la que pido disculpas. No he sido yo, fue el libro (risas). Acepto que a los j¨®venes nos queda much¨ªsimo por aprender, que la experiencia es un factor admirable y necesario; pero a condici¨®n de que los libros de los autores j¨®venes sean valorados desde criterios literarios y no biogr¨¢ficos. La experiencia de un escritor se divide en dos mitades: una es la memoria vital de cada cual, y la otra es aquello que ha escrito, corregido, tirado y publicado. As¨ª que, como m¨ªnimo, la mitad de una obra merece ser juzgada desde un punto de vista estrictamente literario. No creo que se deba leer a un autor con un reloj en la mano.
P. "El lector no tiene la culpa". ?Ni siquiera una peque?a responsabilidad?
R. Mi intenci¨®n no es eximir al lector de responsabilidad. Porque igual que hay autores buenos y malos, hay lectores inteligentes y otros poco perspicaces. Ahora bien, a veces el autor le echa encima al lector su desorden, su desahogo, sus incoherencias, con la coartada de que el lector debe terminar el libro. Pero el lector tiene, como m¨ªnimo, el derecho de que le entreguen el libro terminado y bien corregido. Con la excusa de que vivimos en la posmodernidad y en la literatura fragmentaria -de la que yo mismo formo parte-, se cuelan de contrabando libros a medias o simples esbozos. Una cosa es la brevedad y otra un libro sin terminar. En ese sentido, me gusta trabajar en c¨ªrculos conc¨¦ntricos o en espiral, de fuera hacia dentro, con la intenci¨®n de acabar en el centro de la idea.
P. Su libro le dedica un par de p¨¢ginas al tema de los cr¨ªticos. ?Hasta qu¨¦ punto le afecta o interesa su labor?
R. Con el tiempo uno va tomando una distancia muy saludable al respecto. Me sucede cada vez m¨¢s: los elogios o las cr¨ªticas positivas las relativizas, y las negativas te las tomas con filosof¨ªa. Lo ideal ser¨ªa la naturalidad. Nunca puedes gustar a todo el mundo, y es justo y necesario que as¨ª sea. Llega un momento en que una persona que trabaja con la literatura, para mal o para bien, tiene que hacer caso de su voz interior; voz que tambi¨¦n necesita consejos y ayudas, pero que en ¨²ltima instancia est¨¢ sola ante la p¨¢gina para pegarse un tortazo o dar en la diana.
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