"El verdadero fot¨®grafo tiene ojo, cerebro e intenci¨®n"
Pintor y cineasta, William Klein (Nueva York, 1928) revolucion¨® la historia de la fotograf¨ªa. Su libro Nueva York (1956) marc¨® un punto sin retorno. Se enfrent¨® a la tradici¨®n de Cartier Bresson ("matar al padre", resume ¨¦l) con su fotograf¨ªa expresionista, callejera y desmitificadora. Desde entonces ha trabajado por rachas. PHotoEspa?a 2005, que hoy le rinde un homenaje, dedica una retrospectiva a su cine y una exposici¨®n antol¨®gica a su trayectoria.
Alto y altivo, Klein asegura que nunca lleva una c¨¢mara con ¨¦l. S¨®lo cuando trabaja. Su ojo, sin embargo, no para. Repara en todo. Dice lo que no le gusta con aire desp¨®tico y tiene un humor socarr¨®n que coh¨ªbe a sus interlocutores. Pasa una chica y la mira con descaro. Pasa otra y, suavizando su voz grave, confiesa: "Vaya, hay muchas mujeres guapas en Madrid". Duro de o¨ªdo, se acerca para escuchar las preguntas. En la conversaci¨®n intercala alguna palabra en yiddish. Lo hace al describir a su padre, un jud¨ªo comerciante que acab¨® vendiendo seguros. "Se parec¨ªa mucho a ese hombre, el de aquella foto", se?ala. "Son rostros que ya no quedan". Klein sonr¨ªe, y el fiero le¨®n se calma.
"Una buena fotograf¨ªa debe tener un punto de vista. El fot¨®grafo debe mostrar un mundo, una cultura"
"Los m¨¢s cr¨ªticos con EE UU son americanos: Michael Moore, Noam Chomsky, Gore Vidal..."
Pregunta. Usted ha dicho que hace fotos de gente a la que no se atrever¨ªa a mirar a los ojos.
Respuesta. Es cierto. Pero lo m¨¢s hermoso y singular en las personas es la mirada. Lo que pasa es que en Nueva York la gente no mira a los ojos. Eso te puede causar problemas. Cuando era ni?o y paseaba por un barrio que no era el m¨ªo, y eso era como viajar a un pa¨ªs extranjero, la gente se molestaba si los mirabas. Encontr¨¦ varias formas de lidiar con eso. Una fue el tabaco. Ped¨ªa fuego y as¨ª distra¨ªa su atenci¨®n. Otra era hacerme el tonto. Eso siempre funciona, evitas peleas.
P. ?Por qu¨¦ dej¨® de hacer fotograf¨ªas?
R. He trabajado por rachas. He hecho lo que ten¨ªa que hacer, pero no he sido muy constante. Nueva York fue un libro autobiogr¨¢fico. Muy impulsivo. Era mi manera de utilizar la fotograf¨ªa para hablar de lo que siempre quise hablar. Se dec¨ªan tantas tonter¨ªas sobre Nueva York. Es una ciudad tr¨¢gica y yo quer¨ªa mostrar mi rabia. Es una ciudad inc¨®moda, sucia. ?La Gran Manzana! ?Tonter¨ªas!
P. ?No siente empat¨ªa por las personas que fotograf¨ªa?
R. La gente me hace re¨ªr. Yo llevaba mucho tiempo viviendo en Par¨ªs y cuando fui a Nueva York, les miraba de otra manera.
P. ?Se puede afirmar que la calle ya no le interesa tanto?
R. Hay ciudades que no cambian. Nueva York no cambia. Madrid no cambia. Par¨ªs y Barcelona han cambiado. Tantos barrios enteros nuevos...
P. Y despu¨¦s de tantos a?os viviendo en Par¨ªs, ?es m¨¢s franc¨¦s que americano?
R. No. Yo soy muy americano.
P. Le¨ª en una entrevista que usted suger¨ªa al gobierno franc¨¦s que invadiera Estados Unidos.
R. ?Lo ley¨® en ese librito tan curioso sobre mi?
P. S¨ª. Lo llevo aqu¨ª.
R. D¨¦jeme verlo. [Klein lo abre, estampa su firma sin preguntar en la primera p¨¢gina y lo devuelve con una carcajada]. Bueno yo creo que Am¨¦rica es m¨¢s peligrosa que Corea del Norte. Am¨¦rica s¨ª que tiene armas de destrucci¨®n masiva. As¨ª que deber¨ªan lanzar un ataque preventivo contra ellos. Mire, las personas m¨¢s cr¨ªticas que conozco con Am¨¦rica son americanas. Cien por cien americanos, como Michael Moore, Noam Chomsky o Gore Vidal. No conozco a nadie m¨¢s cr¨ªtico ni m¨¢s americano que Gore Vidal.
P. Susan Sontag escribi¨® en su libro Sobre fotograf¨ªa que el fot¨®grafo es de alguna manera un ladr¨®n de almas.
R. Eso no se lo invent¨® Susan Sontag. Recuerdo que en Marruecos me baj¨¦ en un mercado a hacer fotos. Empezaron a tirarme piedras. El fot¨®grafo les roba el alma, all¨ª es una vieja creencia. En mi pel¨ªcula ?Qui¨¦n es usted, Polly Magoo? hay una entrevista con una modelo. Ella dice que cada vez que le hacen fotos roban una parte de ella. Hay algo de cierto en esto. Pero en Am¨¦rica es todo lo contrario. Ya sabe la famosa frase de Andy Warhol: "?Todo vale por un segundo de celebridad!". Yo tambi¨¦n entrego algo de m¨ª cuando hago una fotograf¨ªa. Susan Sontag era una mujer brillante pero sus teor¨ªas sobre fotograf¨ªa no son interesantes.
P. ?Y qu¨¦ teor¨ªas le interesan?
R. Me gusta lo que escribe Del Pierre, un editor franc¨¦s que fue director del Centro Nacional de Fotograf¨ªa. Y Mart¨ªn Parr, es muy bueno. Roland Barthes escribi¨® en La c¨¢mara l¨²cida: nota sobre la fotograf¨ªa sobre dos fotograf¨ªas m¨ªas. Una es de Mosc¨², hay ocho personas. Son ocho personajes en busca de una fotograf¨ªa, como Pirandello. La interpretaci¨®n de una fotograf¨ªa no es f¨¢cil. Escrib¨ª una larga respuesta a Barthes porque ¨¦l mantiene la teor¨ªa del puntum, de que hay un centro, un punto de atenci¨®n en cada fotograf¨ªa. Yo creo que ¨¦l ve sus obsesiones en las fotograf¨ªas. Y eso no tiene nada que ver con la intenci¨®n del fot¨®grafo. Pero ¨¦l al menos ve cosas en las fotograf¨ªas. Y eso es mucho. La gente normalmente no ve nada.
P. Pero, ?qu¨¦ debe tener una buena fotograf¨ªa?
R. Un punto de vista. Ese muro de ah¨ª [Klein se?ala a una pared blanca], con esa chica reclinada, a lo mejor le interesa a su novio pero nada m¨¢s. El fot¨®grafo debe mostrar un mundo, una cultura. El fot¨®grafo es ojo, cerebro e intenci¨®n. Martin Parr ha hecho una serie sobre algo tan obvio como encontrar sitio para dejar el coche y ha logrado contar algo sobre nuestro mundo. Todos vemos cosas pero el fot¨®grafo debe reparar en lo que significan y as¨ª obligar a mirarlas de otra manera. Todo se fotograf¨ªa millones de veces...
P. Todo el mundo hace fotos.
R. S¨ª. Fotograf¨ªo, luego existo. Es una locura. Antes era casi un servicio p¨²blico. Hoy es muy banal.
P. ?Por qu¨¦ le gusta tanto fotografiar manifestaciones?
R. Es que en las manifestaciones la gente est¨¢ m¨¢s disponible. No les importa que les vean. Adem¨¢s, son grupos en movimiento. En ¨¦sa, por ejemplo [se?ala una imagen de la serie Nueva York], toda esa gente mira a diferentes lugares. Todos menos uno. Ese de ah¨ª me ha visto y por eso mira a todas los dem¨¢s. Es como un happening. Todo funciona porque nadie se mira. Cada uno a lo suyo. Menos uno, que me descubre. Forma parte de la composici¨®n.
P. En esta exposici¨®n hay una serie de fotograf¨ªas in¨¦ditas que tom¨® usted en Madrid en los a?os cincuenta.
R. Yo estaba trabajando para una pel¨ªcula, Alejandro Magno, en unos estudios de Madrid. Me llevaron a los toros un fin de semana que ten¨ªa libre y me llev¨¦ la c¨¢mara conmigo. No recuerdo mucho m¨¢s, ha pasado mucho tiempo... Pero no me pregunte m¨¢s y d¨ªgame, ?cu¨¢l prefiere? ?Cu¨¢l dir¨ªa que es m¨¢s Madrid?
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