La dualidad del pensamiento
Los ensayos de Giovanni Sartori sobre la influencia de los medios de comunicaci¨®n en la vida social, y en particular en los procesos de representaci¨®n democr¨¢tica, se han convertido en una referencia inexcusable a la hora de analizar los riesgos que conlleva el desproporcionado prestigio de la imagen. Escritos con la deliberada intenci¨®n de suscitar pol¨¦mica, quiz¨¢ como un intento de reivindicar el valor de la raz¨®n y sus instrumentos frente a la emoci¨®n que invoca el vasto universo audiovisual de nuestros d¨ªas, trabajos como Homo videns, la sociedad teledirigida, le han proporcionado un reconocimiento y un prestigio que desbordan, con mucho, el c¨ªrculo acad¨¦mico del que procede. Para Sartori y, a partir de ¨¦l, para buena parte de los autores consagrados a las ciencias sociales, no s¨®lo la educaci¨®n o la pol¨ªtica han sido alteradas por la omnipresencia de la televisi¨®n, sino tambi¨¦n la manera en que el individuo se relaciona con el mundo. La formaci¨®n de conceptos se ve sustituida por la pasiva percepci¨®n de im¨¢genes ef¨ªmeras e inconexas, a las que, por otra parte, se dota de una incontestable autoridad y con las que resulta imposible establecer ninguna interacci¨®n, ning¨²n di¨¢logo.
En los ¨²ltimos a?os, las reflexiones de Sartori se han dirigido preferentemente hacia el ¨¢mbito de la inmigraci¨®n y la subsiguiente necesidad de que las instituciones democr¨¢ticas gestionen sociedades cada vez m¨¢s populosas y m¨¢s heterog¨¦neas. Como en el caso de sus trabajos sobre la influencia de la imagen, el prop¨®sito de polemizar, de estimular la controversia, ha sido expreso. Pero, a diferencia de lo ocurrido con sus obras anteriores, La sociedad multicultural y La tierra explota no han logrado un acuerdo mayoritario. Para sus partidarios, Sartori ha tenido el valor de expresar ideas consideradas tab¨²; ha sido un "intelectual valiente", no tanto en el sentido de contestar las actitudes del poder frente a los inmigrantes, como en el de decir sobre ellos lo que muchos europeos piensan pero no se atreven a manifestar. Para sus cr¨ªticos, en cambio, Sartori ha partido de una cr¨ªtica acertada al multiculturalismo, a sus pol¨ªticas de reconocimiento, para acabar sucumbiendo a ellas. As¨ª, cuando sostiene en La sociedad multicultural que "el c¨®mo de la integraci¨®n depende del qui¨¦n del integrado" no estar¨ªa haciendo otra cosa que proponer unas pol¨ªticas de reconocimiento diferentes a las que defienden los multiculturalistas, pero, al fin y al cabo, unas pol¨ªticas de reconocimiento.
Contemplando el conjunto de su evoluci¨®n intelectual, podr¨ªa decirse que Giovanni Sartori ha colocado al pensamiento pol¨ªtico europeo ante una disyuntiva sin resolver desde, al menos, los tiempos de Tocqueville. Las observaciones del autor de La democracia en Am¨¦rica resultaron decisivas para construir y profundizar los reg¨ªmenes democr¨¢ticos que existen en el Viejo Continente; escribiendo sobre el colonialismo franc¨¦s demostr¨®, sin embargo, que establec¨ªa l¨ªmites muy precisos para el reconocimiento de libertades y derechos individuales. Los trabajos de Sartori sobre la inmigraci¨®n y los inmigrantes, posteriores a su extraordinaria aportaci¨®n sobre los riesgos del sistema democr¨¢tico en contacto con el universo audiovisual, han suscitado la duda de si Sartori ha pretendido cancelar o reafirmar, suaviz¨¢ndola, esa misma dualidad.
Babelia
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