Nostalgias de gasolina y ruedas
La Vital rememora la ¨¦poca dorada de las motos Ossa, Bultaco y Montesa
La exposici¨®n Nuestras motos. Bultaco, Montesa, Ossa que ayer inaugur¨® la Vital en la sala de su fundaci¨®n en Vitoria, supone un viaje al pasado como si de una muestra de dinosaurios se tratara, tal es la velocidad con que cambia la locomoci¨®n a motor sobre dos ruedas. Sin embargo, esas marcas, ahora casi olvidadas, alimentaron la ilusi¨®n de los j¨®venes espa?oles en la ¨²ltima mitad del siglo XX, a?os en que el olor a gasolina y las manchas de aceite eran sin¨®nimos de pertenencia a un mundo de iniciados.
Tiempos cuasi antediluvianos. Basta recordar los nombres de modelos de cada marca: ah¨ª est¨¢n las Bultaco Sherpa, Pursang, Matador, Frontera o Metralla; aquellas Montesa Impala, Cappra o Scorpion, o las Ossa Phantom o Enduro. Sus logotipos tambi¨¦n son deuda de aquellos tiempos: Ossa y su tr¨¦bol de cuatro hojas, Montesa con una "m" g¨®tica, y Bultaco, con el pu?o cerrado y el pulgar en alto.
Todas figuran representadas, impecables, entre los 40 modelos de la exposici¨®n, procedentes de colecciones particulares. La m¨¢s antigua, una Ossa de 1943 inspirada en las alemanas DKW y BMW La ¨²ltima, una Montesa de 1982, cuando la firma de Barcelona fue adquirida por Honda, que la mantiene en el mercado.La suerte de las tres marcas corri¨® pareja a la del franquismo. Nacieron en tiempos de autarqu¨ªa para canalizar la pasi¨®n por la velocidad de sus promotores, industriales catalanes sin vinculaci¨®n con el mundo del motor. Manuel Gir¨®, promotor de Ossa, que produc¨ªa proyectores cinematogr¨¢ficos, se puso en contacto con un constructor de motores fuera-borda, Manuel Soriano, para cumplir su pasi¨®n. Francisco Bult¨®, fundador de Montesa y, luego, de Bultaco, cuya familia ten¨ªa f¨¢bricas textiles, abri¨® en 1945 el primer taller de Montesa con Pedro Permanyer, con quien rompi¨® 13 a?os m¨¢s tarde.
Aunque Ossa, Montesa y Bultaco se adaptaron a la fabricaci¨®n de modelos en serie, que financiaban sus motos de competici¨®n, no pudieron resistir la presi¨®n de los japoneses. Eran demasiado meticulosos, como reconocen los coleccionistas que han prestado sus motos para la exposici¨®n: las piezas son de una calidad inigualable.
La exposici¨®n permanecer¨¢ abierta hasta el 8 de julio.
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