Por ?frica

Los ministros de Finanzas de los pa¨ªses m¨¢s poderosos se re¨²nen este fin de semana en Londres para intentar enhebrar un acuerdo que pueda catapultar a ?frica fuera de su miseria imparable, acuerdo que ser¨ªa bendecido por el G-8 en Escocia el mes pr¨®ximo. Pero existen demasiadas discrepancias pol¨ªticas y econ¨®micas entre ellos como para albergar muchas esperanzas sobre objetivos b¨¢sicos como duplicar la ayuda o cancelar la deuda que arrastra al foso a la mayor¨ªa de los pa¨ªses africanos. S¨®lo sobre el ?frica subsahariana, epicentro del m¨¢s formidable agujero negro del planeta, gravita una deuda externa de 230.000 millones de d¨®lares, por cuyo servicio se pagan 12.000 millones anuales.

?frica es el epicentro de las promesas incumplidas. Se sabe lo que sucede y lo que ser¨ªa necesario para evitarlo, pero pasa el tiempo y la situaci¨®n se hace m¨¢s tr¨¢gica. Los objetivos declarados por la ONU hace cinco a?os para conseguir en 2015 reducir a la mitad la pobreza y el hambre, las enfermedades y la degradaci¨®n ambiental, son un cat¨¢logo de buenas intenciones fallidas. El ¨²ltimo informe de Naciones Unidas destaca que al sur del S¨¢hara no se alcanzar¨¢ uno solo de ellos. Mientras tanto, las enfermedades relacionadas con la pobreza matan a 500 ni?os cada hora.

La suerte de cientos de millones de personas no est¨¢ en manos del destino. En muy pocas zonas del mundo se puede conseguir tanto bienestar relativo para tantos con tan poco dinero como en ?frica. La cuesti¨®n estriba en si los pa¨ªses ricos, con EE UU a la cabeza, est¨¢n dispuestos a ponerse manos a la obra sin mirarse tanto el ombligo. Los c¨¢lculos est¨¢n hechos. Bastar¨ªa alrededor del 0,5% del PIB combinado de los desarrollados para dar un paso de gigante. El otro ser¨ªa librar a ?frica, al menos a sus naciones m¨¢s condenadas, del dogal de una deuda insoportable. Y fomentar gobiernos m¨ªnimamente decentes.

La pobreza end¨¦mica es invencible en ?frica sin el compromiso firme del mundo pr¨®spero. Para vencer la fatal atracci¨®n de la miseria es preciso un gran empuj¨®n en forma de masivas inversiones en infraestructuras, salud, productividad agr¨ªcola y educaci¨®n, tal como se?ala la ONU. No se necesitan sofisticados razonamientos para uso de exquisitos. Se trata sobre todo de hacer frente a esas preguntas elementales que por su crudeza rara vez tienen cabida en los foros diplom¨¢ticos. Es inexplicable que permitamos la muerte de millones de ni?os, liquidando con ellos la esperanza de zonas enteras del planeta, cuando los remedios para evitarlo est¨¢n al alcance de casi todos en el resto del mundo por un pu?ado de monedas.