Una exposici¨®n recrea en Vitoria la breve estancia de Napole¨®n en la ciudad en 1808
El emperador franc¨¦s acudi¨® a la capital alavesa para prestar auxilio a su hermano Jos¨¦ I
El emperador Napole¨®n estuvo en Vitoria durante cuatro d¨ªas de 1808, pero, desgraciadamente, no por razones de inter¨¦s tur¨ªstico. El insigne Bonaparte lleg¨® con su guardia, en la que hab¨ªa hasta un mameluco tra¨ªdo de Egipto, en defensa de su hermano Jos¨¦, refugiado en el Palacio de Montehermoso de la capital alavesa despu¨¦s de los incidentes que comenzaron el mes de mayo de ese a?o en Madrid. El Museo de Armer¨ªa de la ciudad presenta desde ayer la exposici¨®n La guerra de la Independencia. Napole¨®n en Vitoria, que recrea aquel momento hist¨®rico.
El marco elegido no puede ser m¨¢s acertado: la cuidada colecci¨®n del museo respalda el recuerdo de una de las guerras m¨¢s famosas de los ¨²ltimos siglos en Europa. Guerra que termin¨®, por cierto, en Vitoria, cuando los 20.000 hombres del ej¨¦rcito aliado angloespa?ol dirigido por Wellington derrotaron a los 30.000 soldados franceses que estaban acantonados en la ciudad y les hicieron huir en direcci¨®n a la frontera.
El motivo central de la muestra es una maqueta que recoge el momento de esa visita de Napole¨®n a Espa?a, en noviembre de 1808. Su hermano, el rey Jos¨¦ I, de car¨¢cter bien distinto, hab¨ªa optado por la retirada ante la insoportable acogida que le hab¨ªan otorgado los espa?oles. El emperador vino a resolver el problema; enfadado con su hermano, no quis¨® alojarse en Montehermoso y opt¨® por una casa de las afueras, Echezarra. As¨ª lo recoge una leyenda que se inscribi¨® en el dintel de una de sus ventanas: "Hic Napoleon I imperator habitavit anno MDCCCVIII" ("El emperador Napole¨®n I residi¨® aqu¨ª. A?o 1808").
Es un edificio que a¨²n se mantiene en pie y ha sido famoso en los ¨²ltimos a?os por las ocupaciones ilegales que ha vivido. La casona de Echezarra se encuentra junto al parque del Prado y entonces era propiedad de la familia del banquero Cuesta. Durante cuatro d¨ªas, la actividad fue fren¨¦tica. Cuentan las cr¨®nicas que Napole¨®n apenas durmi¨® mientras preparaba la recuperaci¨®n del territorio perdido, con su estado mayor y los mariscales Soult y Lannes. Ambos aparecen en la maqueta, junto al s¨¦quito del emperador y la familia anfitriona, adem¨¢s de todos los elementos que se pod¨ªan encontrar en una casa de entonces.
"La Asociaci¨®n Alavesa de Miniaturas y Maquetas ha tardado m¨¢s de nueve a?os y medio en terminar la maqueta", explic¨® ayer el diputado de Cultura, Federico Ver¨¢stegui.
Esta recreaci¨®n de aquel d¨ªa en que Napole¨®n lleg¨® a Echezarra se acompa?a en la exposici¨®n por la colecci¨®n de grabados que el italiano Pinelli realiz¨® en 1820 sobre la guerra de la Independencia. Es una serie de car¨¢cter propagand¨ªstico, sin ninguna duda, cuando ya no hab¨ªa peligro, pues el emperador se hallaba recluido en la isla de Santa Elena. Los t¨ªtulos de las piezas despejan cualquier duda: Espa?a por medio de la religi¨®n redescubre el valor de sus hijos, Batalla de Vitoria y ¨²ltima fuga del rey Jos¨¦ o Gloriosa entrada en Espa?a de su adorado soberano.
La exposici¨®n se mantendr¨¢ en el Museo de Armer¨ªa hasta finales del pr¨®ximo mes de julio. Despu¨¦s se presentar¨¢ en Llodio, Amurrio, Salvatierra y Laguardia.
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