De nuevo, Fabra

El dirigente valenciano del PP Carlos Fabra se halla desde hace a?o y medio bajo sospecha. Hay abierto contra ¨¦l un procedimiento penal por presuntos delitos de cohecho y tr¨¢fico de influencias y acaba de ser denunciado por la Agencia Tributaria por otra supuesta infracci¨®n fiscal de 150.000 euros en la declaraci¨®n de la renta de 1999. Sin embargo, el presidente de la Diputaci¨®n Provincial de Castell¨®n y hombre de confianza del jefe del Gobierno de la Comunidad Valenciana, Francesc Camps, tiene anchas espaldas. Est¨¢ decidido a mantener una resistencia numantina, a riesgo de da?ar a¨²n m¨¢s la imagen de su partido. Resulta, por lo dem¨¢s, sorprendente que Camps no responda sobre este asunto cuando es interpelado en el Parlamento. Su silencio puede ser revelador del peso enorme que el pol¨ªtico de Castell¨®n tiene en la Generalitat valenciana.

A Fabra no se le niega la presunci¨®n de inocencia, pero debe sentirse muy fuerte para haber llegado hasta aqu¨ª. Tiene razones para considerarse as¨ª. No s¨®lo gracias a su estrecha colaboraci¨®n con Camps, sino tambi¨¦n debido a la amistad con Aznar, nacida al calor de los veraneos en Oropesa del anterior presidente del Gobierno. Lleva casi tres lustros en el cargo y fue reelegido con el 98% de los votos en el ¨²ltimo congreso provincial el pasado diciembre, pese a que ya arrastraba el estigma de sospecha de actuaciones il¨ªcitas y la direcci¨®n regional del partido barajaba la sucesi¨®n. Con su renuncia no estar¨ªa necesariamente reconociendo culpabilidad; al contrario, podr¨ªa defenderse como cualquier otro ciudadano.

La Agencia Tributaria considera poco claro el excesivo enriquecimiento de su patrimonio. Fabra tiene un problema: haber abusado de su posici¨®n institucional para mediar ante varios ministerios a favor de una empresa de la que es titular su mujer. Y lo ha hecho al l¨ªmite o m¨¢s all¨¢ de lo legal. Ha mezclado lo p¨²blico con lo privado, muy probablemente en provecho de sus propios intereses. Su caso pone de relieve la incapacidad de la direcci¨®n regional del PP para frenar las corruptelas de cargos p¨²blicos suyos que proliferan en la Comunidad Valenciana.