Italia decide en refer¨¦ndum si moderniza su restrictiva ley de reproducci¨®n asistida
La Iglesia recupera el protagonismo pol¨ªtico y se emplea a fondo para evitar la reforma
Las urnas italianas permanecer¨¢n abiertas hoy y ma?ana para resolver un refer¨¦ndum que ha partido en dos a la sociedad, ha borrado la frontera tradicional entre derecha e izquierda y ha devuelto al Papa y a los obispos el protagonismo pol¨ªtico. La Iglesia cat¨®lica se ha empleado a fondo para fomentar la abstenci¨®n y evitar que las cuatro preguntas sobre la ley de reproducci¨®n asistida obtengan el quorum m¨ªnimo del 50% del censo: su objetivo es mantener intacta la legislaci¨®n m¨¢s restrictiva de Europa y, muy probablemente, ganar impulso para una posterior campa?a contra la ley del aborto.
Los sondeos predicen que el s¨ª a la modificaci¨®n de la ley obtendr¨¢ una amplia mayor¨ªa que no servir¨¢ de nada, porque el no juega a la abstenci¨®n y no se alcanzar¨¢ el quorum. La Italia laica estar¨¢ pendiente de los datos de participaci¨®n de hoy a mediod¨ªa: si para entonces hubiera votado al menos un 10% del censo, cundir¨ªa el p¨¢nico en el frente vaticano porque los c¨¢lculos abstencionistas se derrumbar¨ªan.
Es muy dif¨ªcil que ocurra, ya que el Gobierno ha a?adido un obst¨¢culo adicional: el ministro de los Italianos en el Exterior, el ex miliciano fascista Mirko Tremaglia (el mismo que que llam¨® "maricones" a los eurodiputados por rechazar a Rocco Buttiglione), ha conseguido, gracias a un censo antiguo y a una absoluta falta de informaci¨®n, que el voto en el extranjero, ya conocido, se quedara en el 20,2%. En la pr¨¢ctica, eso significa que para alcanzarse el 50% m¨¢s un voto en Italia tendr¨¢ que votar el 52%.
El debate ha sido intenso y doble. Por un lado, se ha centrado en el contenido de la ley, que suscita dif¨ªciles cuestiones de conciencia y complejas discusiones sobre la investigaci¨®n cient¨ªfica y los l¨ªmites de la manipulaci¨®n gen¨¦tica. Por otro lado, los italianos se han visto obligados a reflexionar sobre las consecuencias de la reaparici¨®n de la Iglesia de militancia pol¨ªtica, decidida a intervenir por una v¨ªa tan dudosa como el boicoteo de una consulta. El creador de la estrategia es el cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal, pero el patrocinador moral es el propio papa, Benedicto XVI, que el mi¨¦rcoles lanz¨® a los cat¨®licos la consigna de "abstenerse de aquello que Dios odia".
Votar es "pecado"
El peso de las consignas vaticanas y episcopales se ha hecho sentir sobre los pol¨ªticos. El veterano senador democristiano Giulio Andreotti, que hab¨ªa declarado su intenci¨®n de ir a votar (seguramente cuatro no), tuvo que inclinarse y aceptar "por respeto" la orden de abstenerse. Aunque el tono en algunas parroquias ha sido incendiario y desde los p¨²lpitos se ha dicho que votar era "pecado" y "un insulto a Dios", el papa Ratzinger y el cardenal Ruini no han conseguido, sin embargo, la unanimidad de los suyos. Opus Dei y Comuni¨®n y Liberaci¨®n, las dos grandes organizaciones seglares, aconsejan la abstenci¨®n; una decena de organizaciones menores, como los Boy Scouts o los Cat¨®licos Ciegos (interesados en que la investigaci¨®n no se frene), estimulan el voto.
Pese al furor eclesi¨¢stico, ning¨²n dogma de fe est¨¢ en juego. No es dogma que el ¨®vulo fecundado sea un ser humano. Santo Tom¨¢s de Aquino opinaba que no lo era. Y en muchos debates la representaci¨®n cat¨®lica ha topado con una pregunta est¨²pida pero carente de respuesta: si los embriones son personas, ?por qu¨¦ no se les bautiza?
Los dos cient¨ªficos italianos premiados con el Nobel, Rita Levi-Montalcini y Renato Dulbecco, han encabezado un manifiesto suscrito por 130 cient¨ªficos europeos de alto nivel a favor del s¨ª, es decir, por la reforma de una ley que, prohibiendo la manipulaci¨®n de las c¨¦lulas madre, impide a los investigadores "participar en el descubrimiento de estrategias para reducir el sufrimiento humano y la cura de enfermedades graves". "Italia se arriesga a volver a la Edad Media", declar¨® Levi-Montalcini el martes.
El bando del no se ha dotado tambi¨¦n de un amplio respaldo m¨¦dico, de menor nivel pero muy efectivo gracias a la ingente cantidad de dinero invertido en la campa?a.
Los asuntos a decidir merecen reflexi¨®n y dif¨ªcilmente admiten respuestas tajantes. Uno de ellos, el m¨¢s elemental, se refiere al momento en que se forma el ser humano. ?Es ya humano el ¨®vulo fecundado? La Iglesia opina que s¨ª, porque contiene en potencia todos sus futuros atributos. Levi-Montalcini asegura por el contrario que unas cuantas c¨¦lulas carentes de coordinaci¨®n nerviosa no pueden ser consideradas una persona. Desde un punto de vista m¨¦dico, no moral, resulta imposible establecer el preciso momento en que se produce la humanizaci¨®n.
El s¨ª se apoya en la libertad de elecci¨®n y de investigaci¨®n. La abstenci¨®n, que equivale al no, considera en el fondo que la reproducci¨®n asistida es fruto del creciente ego¨ªsmo de la sociedad y "juega" con algo tan importante como la vida; como alternativas al laboratorio propone la adopci¨®n y en ¨²ltimo extremo la conformidad con la carencia de hijos.
Desde un punto de vista pr¨¢ctico, los abstencionistas aseguran que no hace falta legalizar la investigaci¨®n sobre embriones porque son igualmente ¨²tiles las c¨¦lulas madre adultas o del cord¨®n umbilical; y que no hace falta congelar embriones ni implantar m¨¢s de tres a la vez (el actual l¨ªmite) porque basta repetir el tratamiento hasta obtener ¨¦xito. Hay discrepancias sobre los derechos del nasciturus (pregunta 3) o sobre las contraindicaciones psicol¨®gicas del uso de gametos ajenos a la pareja (pregunta 4).
La gran cuesti¨®n de fondo, y el gran temor de la Italia laica, se plantear¨¢n en cuanto se conozcan los resultados. Sobre todo si la abstenci¨®n cat¨®lica obtiene un ¨¦xito resonante y la Conferencia Episcopal se siente fuerte. La ley sobre reproducci¨®n asistida, de no modificarse, establece que el embri¨®n tiene los mismos derechos que la madre y resulta incompatible con la legislaci¨®n que permite el aborto. Si el embri¨®n tiene los derechos de un ciudadano, la interrupci¨®n del embarazo no puede ser legal. El encaje de esas dos leyes puede ser el pr¨®ximo campo de batalla.
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