Los alfileres del amor
Las madrile?as repiten el ritual de las 'modistillas' para pedir un novio en la ermita de San Antonio de la Florida
A las puertas de las dos ermitas de San Antonio de la Florida, en el distrito de Moncloa-Aravaca, hab¨ªa ayer sendas colas. En la primera, la hist¨®rica, hoy convertida en el museo-pante¨®n del pintor Francisco de Goya, los visitantes aguardaban su turno para contemplar las pinturas murales que el artista zaragozano plasm¨® en 1798 en el techo y que recuerdan el milagro que obr¨® el santo patr¨®n de las modistillas.
En la segunda, una r¨¦plica levantada en 1926 y la ¨²nica destinada al culto, la fila enga?aba, porque era m¨¢s larga de lo que parec¨ªa, rodeaba el lateral izquierdo del edificio y terminaba en un ventanal, donde los creyentes compraban los panes bendecidos con los que se conmemora la fiesta de San Antonio.
"No vale cuando se te clavan muchos alfileres. El bueno, ¨¦se se clava fuerte, duele y hace sangre"
Despu¨¦s, los visitantes -y no s¨®lo mujeres- se acercaban a la pila bautismal, que ayer, como todos los a?os, se sac¨® a la explanada exterior de la ermita para continuar la tradici¨®n de las mozas madrile?as de pedirle novio al santo en el d¨ªa de su festividad. "Tengo 84 a?os y vengo desde que era modistilla", explic¨® Teresa Sanz, vestida de chulapa y del brazo de su hermana Mar¨ªa Luisa. "Entonces ven¨ªa a las seis de la ma?ana. Hoy he venido a las ocho. No soy madrile?a, sino de Segovia, pero me cas¨¦ con un madrile?o. Desde entonces no me pierdo ni una".
Como ella, la gran mayor¨ªa de las personas que se acercaban a la ermita y luego a la pila estaban bien entradas en a?os. En parte porque era un d¨ªa laborable, en parte porque la tradici¨®n se va perdiendo. De hecho, la mayor¨ªa de las mujeres m¨¢s j¨®venes que se acercaban a la pila preguntaba qu¨¦ era lo que hab¨ªa qu¨¦ hacer.
O ven¨ªan de la mano de sus madres, como Carmen, de 32 a?os, que se sac¨® tres novios para el a?o. "?Yo la he liado!", dec¨ªa con orgullo su madre, al lado, que tambi¨¦n hab¨ªa arrastrado a su nuera a cumplir el ritual de volcar 13 alfileres en la pila bautismal y pegar la mano sobre el mont¨®n que iba form¨¢ndose en el fondo, para ver cu¨¢ntos quedan pinchados en la palma: seg¨²n la tradici¨®n, el n¨²mero de novios para el a?o siguiente.
Entre las devotas de san Antonio, la sombra del sida era absolutamente ajena. M¨¢s de una mujer que sangr¨® al clavarse los alfileres no tuvo el menor reparo en volver a echarlos a la pila. Y el resto, ning¨²n tipo de remilgo para continuar tratando de pincharse con ellos.
David Fern¨¢ndez, viudo desde hace ocho a?os, tambi¨¦n quer¨ªa probar el castizo gur¨² del amor. Puso la mano y sac¨® un alfiler adherido. Luego se march¨® resignado. A su lado, Manoli, ataviada con traje goyesco y que aseguraba tener 65 a?os, se cubri¨® durante un buen rato la boca con la mano y la llen¨® de vaho, con la idea de ayudar a que los alfileres se prendieran. "?Ay!", grit¨® al pincharse. Y al ver los dos alfileres clavados, dictamin¨®: "?ste por el que tengo y el otro por el que me va a salir. Al de ahora le fallan las bisagras y no puede bailar el chotis".
M¨¢s que nada, lo que hab¨ªa ante la pila era mucho humor. Como el de Audencio Mart¨ªnez, que llevaba desde las siete de la ma?ana junto a la pila, observando a todo el que se acercaba. "Es que soy viudo y busco novia. Pero la que no tiene, no quiere, y, la que quiere, tiene marido", dec¨ªa con guasa.
Cuando la afluencia de modistillas era menor, ¨¦l aprovechaba para dar consejos de c¨®mo cumplir el rito. Y m¨¢s de una se fue de malhumor, porque ¨¦l, cuando ve¨ªa que las mujeres no apretaban fuerte su mano contra los alfileres, les daba el ¨²ltimo empuj¨®n. "?Gracioso, que es usted un gracioso!", le espet¨® una. "No venga donde no le llaman, que en esto nos bastamos las mujeres", le dijo otra.
Tambi¨¦n hab¨ªa inmigrantes entre las devotas de san Antonio. Pilar, de 44 a?os, vino hace cuatro de Ecuador. Ayer era la primera vez que se acercaba a seguir la tradici¨®n y tra¨ªa sus 13 alfileres preparados. "?C¨®mo se hace?", preguntaba. Para ser novata se sac¨® cuatro novios.
Tambi¨¦n hab¨ªa agradecidas, como Manuela, de 40 a?os. Se acerc¨® a la pila, tir¨® un alfiler y se retir¨®. "A m¨ª el santo me dio el novio el a?o pasado y traigo los alfileres para compartir el amor", explic¨®. Esta teor¨ªa, herencia de su abuela, consiste en devolver a la pila el mismo alfiler que se qued¨® enganchado a la palma el a?o anterior, en el caso de que san Antonio haya cumplido su parte del trato. "Si te da el amor, le devuelves el alfiler, porque as¨ª te da la suerte para mantenerlo", cont¨® Manuela, que estaba divorciada y que ahora asegura que tiene un novio bueno. "No vale cuando se te clavan muchos alfileres. El bueno, ¨¦se se clava fuerte, duele y hace sangre", afirm¨®.
A su lado, las modistillas segu¨ªan a lo suyo. La que no lo consegu¨ªa a la primera segu¨ªa apretando el mont¨®n una y otra vez. No paraban hasta llevarse alguno prendido.
M¨¢s de 8.000 visitantes
Las pinturas murales de Francisco de Goya y Lucientes en la ermita de San Antonio de la Florida, que datan de 1798, fueron inauguradas el pasado viernes, despu¨¦s de 16 a?os de trabajos de restauraci¨®n, auspiciados por el Ayuntamiento de Madrid, Patrimonio Nacional y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Con motivo de las fiestas del santo, el Museo Pante¨®n de Goya, donde est¨¢n situadas, ampli¨® sus horarios de visita, desde el viernes pasado hasta ayer, de nueve de la ma?ana a diez de la noche, ininterrumpidamente.
El resultado ha sido la visita de 8.814 personas entre el viernes y las dos de la tarde de ayer, seg¨²n las cifras aportadas por la Concejal¨ªa de las Artes del Ayuntamiento de Madrid.
Durante el fin de semana no han cesado las visitas a los frescos, aunque el domingo fue el d¨ªa de m¨¢s afluencia, pues acudieron 3.778 personas. Tambi¨¦n ayer, lunes, hubo un gran n¨²mero de curiosos, pues s¨®lo hasta el mediod¨ªa se contaron 2.058 visitantes. El s¨¢bado fueron 2.046 y el viernes, 932.
Pero a partir de hoy, el horario vuelve a la normalidad. Las visitas podr¨¢n realizarse de lunes a viernes, de diez de la ma?ana a dos de la tarde y, de nuevo, entre las cuatro y las ocho de la tarde. Los fines de semana s¨®lo abre por la ma?ana.
Los frescos muestran el milagro de san Antonio de Padua que, seg¨²n la tradici¨®n religiosa, salv¨® de la muerte a un padre acusado de haber matado a su hijo. Para ello, se present¨® en el juicio, hizo resucitar al asesinado y ¨¦ste exculp¨® a su propio padre antes de volver a morir. Los tres personajes aparecen en las pinturas de Goya como figuras centrales, situadas en la c¨²pula mayor de la ermita.
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