La carrera imperfecta

Asafa Powell bati¨® a todos, bati¨® el r¨¦cord, pero no se bati¨® a s¨ª mismo. Pese a que el joven jamaicano se convirtiera de manera oficial en el hombre m¨¢s r¨¢pido del mundo, los 9,77s con que bati¨® ayer el r¨¦cord del mundo en la rapid¨ªsima pista de Mondo de Atenas -13 mil¨ªmetros de espesor de materia sint¨¦tica- no son la mejor marca que ¨¦l pueda conseguir. As¨ª lo creen los expertos. As¨ª lo dice Manuel Pascua, entrenador del velocista portugu¨¦s Francis Obikwelu -medalla de plata en Atenas y cuarto ayer con 10,04s- quien analiz¨® las dos pruebas de 100 metros que corri¨® ayer Powell en Atenas. "Y, curiosamente", afirma Pascua, "se puede decir que corri¨® mejor la semifinal que la final en la que bati¨® el r¨¦cord. No fue una carrera perfecta. As¨ª que creo que Powell, si corre mejor, batir¨¢ a¨²n su marca este a?o un par de veces y se acercar¨¢ a 9,70s".

La diferencia principal entre la semifinal, que Powell gan¨® en 9,97s dej¨¢ndose ir al final, y la final del 9,77s estriba en el n¨²mero de zancadas y en la fluidez del atleta. "En la eliminatoria que gan¨® sin despeinarse, Powell emple¨® 43,5 zancadas, un n¨²mero muy acorde con su envergadura [mide 1,88 metros], pero en la final acort¨® el tranco y se fue hasta las 45,5 zancadas, pero a mucha mayor frecuencia. Corri¨® m¨¢s agarrotado, a una frecuencia que ya es imposible superar. As¨ª que para batir su marca tendr¨¢ que aumentar su amplitud de zancada". Entre correr a 43,5 zancadas y correr a 45,5 zancadas hay una diferencia de 10 cent¨ªmetros por paso.

Tambi¨¦n hay un margen de mejora en las condiciones de carrera. Una ventaja ser¨ªa correr en altura moderada, a 600 o 700 metros, y no al nivel de mar, como Atenas.

Terminada la carrera, Powell, un hombre tranquilo, estaba en una nube. "Ya s¨¦ lo que significa tener el r¨¦cord", dijo. "Y si me preguntan si lo puedo batir responder¨¦ simplemente que esperen a que termine la temporada". Tan euf¨®rico estaba Powell que lleg¨® a declarar que ¨¦l ya controlaba la velocidad, que podr¨ªa bajar de 9,90s todas las carreras que quisiera, restando una d¨¦cima a la c¨¦lebre fanfarronada de Mo Greene, quien declar¨® en su momento que bajar¨ªa siempre que quisiera de los 10s redondos.

"De todas maneras, Powell es el mejor velocista que he visto nunca, tiene unas condiciones impresionantes", abund¨® Pascua. "Montgomery era mucho m¨¢s limitado, no ten¨ªa esa fuerza, esa potencia, y Greene, con todo lo fuerte que es, no tiene la zancada, la agilidad de Powell. Para m¨ª combina a la perfecci¨®n la salida felina de Ben Johnson y la progresi¨®n en carrera inigualable de Carl Lewis, su zancada".

"Es dif¨ªcil, casi imposible, salir mejor que Powell cuando el r¨¦cord", a?adi¨® Pascua. "Su tiempo de reacci¨®n fue de 150 mil¨¦simas, pero lo mejor fue la velocidad con la que dio los primeros pasos. En ocho zancadas, a una frecuencia extraordinaria, ya estaba en los 10 metros. Y ya estaba el primero, una posici¨®n que no volvi¨® a abandonar. Por eso sac¨® tanta ventaja a los dem¨¢s. No es que no lo empujaran, es que cuando los rivales ven a un velocista tomar tanta ventaja tan pronto, empiezan a precipitarse, a correr mal".

Powell bati¨® el r¨¦cord a los 22 a?os y siete meses, una edad joven para lo que se estila en los ¨²ltimos a?os, pero la habitual hasta la llegada del profesionalismo. Si Tim Montgomery lo bati¨® a los 27 a?os, Greene a los 24, Bailey a los 28 y Lewis, en dos ocasiones, a los 27 y los 30, Calvin Smith ten¨ªa 22 a?os y sesi meses cuando lo bati¨® en altura en 1983, Jim Hines 22 a?os y un mes en los Juegos de M¨¦xico 68 cuando su 9,93s y Bob Hayes, 21 a?os en Tokio 64.

La confirmaci¨®n definitiva de Powell, la corona que acompa?e su r¨¦cord, deber¨ªa llegar a mediados de agosto, en el Mundial de Helsinki. Pero en esta ocasi¨®n, los mismos expertos que consideraban impepinable que Powell batiera ayer el r¨¦cord en Atenas, no tienen tan claro que sea el favorito para ganar el Mundial. La experiencia les dice que en las competiciones de varios d¨ªas, Powell se apaga poco a poco y llega a la final, como le ocurri¨® en los Juegos de Atenas, en el mismo estadio en que ayer bati¨® el r¨¦cord, poco menos que pasado.