Hay salida
?LOS L?DERES europeos est¨¢n realmente por la construcci¨®n pol¨ªtica de Europa? Tanto el modo en que se plante¨® la Constituci¨®n como la pasividad con la que han reaccionado al rechazo franc¨¦s y holand¨¦s dan motivos para dudarlo. La redacci¨®n de una Constituci¨®n, dice Craig Calhoun, "es una acci¨®n que un grupo emprende conjuntamente". Ante la dificultad de constituir este grupo -un demos europeo- se prescindi¨® de ¨¦l, se dej¨® la implicaci¨®n de la ciudadan¨ªa para el final. El resultado est¨¢ a la vista. Y dado que el complejo pol¨ªtico-medi¨¢tico est¨¢ muy mayoritariamente a favor del s¨ª, cabe sospechar que el no subyacente es todav¨ªa m¨¢s grande que el no expresado.
La Uni¨®n Europea tiene serios d¨¦ficits democr¨¢ticos. Y ahora est¨¢n aflorando todos. Sin llegar a hablar de despotismo burocr¨¢tico o de tiran¨ªa centralizada como hac¨ªa Larry Siedentop, es cierto que la Comisi¨®n gobierna desde la lejan¨ªa del club cerrado; que el Parlamento tiene poca capacidad de control del Gobierno, y que el papel importante del Tribunal Europeo y del Tribunal de Cuentas no son suficientes para impedir que sean los Gobiernos nacionales los que controlan por completo las instituciones de la Uni¨®n. Estos Gobiernos han cre¨ªdo que supl¨ªan la falta de un demos europeo global y la ciudadan¨ªa les ha dicho que no.
Europa est¨¢ permanentemente sometida a las tensiones entre los distintos gobernantes que, a menudo, confunden su inter¨¦s personal de permanecer en el poder con el inter¨¦s general de su pa¨ªs. As¨ª se explican situaciones escandalosas como que toda Europa est¨¦ condenada a una parada pol¨ªtica de dos a?os porque el presidente Chirac no ha querido dimitir y no tiene elecciones hasta 2007. Si Europa quiere crecer en democracia y legitimidad respecto a los Estados que la componen es necesario constituir un demos ¨²nico y otorgarle la ¨²ltima palabra. Los demos no caen del cielo, se construyen. Para su formaci¨®n es importante un m¨ªnimo denominador com¨²n de referencias culturales y valores. Pero es esencial que la pol¨ªtica contribuya empujando hacia un proyecto compartido.
?Hay salida pol¨ªtica a la actual crisis europea? Seguro, siempre que gobernantes y ciudadanos tengan real voluntad de avanzar en la construcci¨®n del entramado pol¨ªtico europeo. Si hay que hacer una Constituci¨®n -la actual no sirve porque ha sido rechazada y porque s¨®lo es un tratado- lo m¨¢s razonable ser¨ªa convocar elecciones para que la ciudadan¨ªa elija una asamblea constituyente, a sabiendas de que sus representantes son elegidos para esta tarea. Una vez el nuevo Parlamento hubiera elaborado y aprobado un texto, el proceso deber¨ªa completarse someti¨¦ndola a un refer¨¦ndum ¨²nico en todo Europa: primer acto de un demos ¨²nico. Si la ciudadan¨ªa volviera a decir no, entonces ser¨ªa leg¨ªtimo pensar que el rechazo es a la Europa pol¨ªtica y que hay que volver atr¨¢s. Pero hay momentos en que es dif¨ªcil avanzar sin comprometer a la ciudadan¨ªa. El despotismo democr¨¢tico tiene sus l¨ªmites. La elecci¨®n de un presidente por sufragio universal -si as¨ª lo estableciera la Constituci¨®n- ser¨ªa la culminaci¨®n de un proceso que habr¨ªa contado con la ciudadan¨ªa desde el primer instante.
Algunos dir¨¢n que este planteamiento es absolutamente ut¨®pico. Para los pol¨ªticos es incluso tab¨². Yo creo que deber¨ªa ser la idea regulativa que guiara los pr¨®ximos pasos a dar, porque me temo que la alternativa es la regresi¨®n nacionalista. Dicen que Europa no est¨¢ madura para entrar en esta fase. Desde luego, la mejor manera de que no madure es dejar pasar los a?os y que la fractura entre burocracia europea y ciudadan¨ªa siga aumentando, entre otras cosas porque los electores no sienten a sus gobernantes nacionales como transmisores de sus desvelos, sino como una casta cargada de intereses de clan. La democracia representativa es la ¨²nica forma de democracia viable en las sociedades complejas. Pero se ha escorado demasiado del lado de los representantes. Aunque la apat¨ªa pol¨ªtica crece entre una ciudadan¨ªa absorbida por sus problemas personales, agravados por el desconcierto de un tiempo de mudanza, los electores han dejado sentir su voz -m¨¢s moral que pol¨ªtica- antes de que la democracia se desdibuje en el reino de la indiferencia.
Ciertamente el arte de la pol¨ªtica es el sentido de la ocasi¨®n. El rechazo de la ciudadan¨ªa a la Constituci¨®n ofrece una oportunidad. Pero, por supuesto, hay que querer y saber aprovecharla. Y lo que se echa de menos en nuestros gobernantes es la voluntad de construcci¨®n de una Europa pol¨ªtica que les permita convertir el impasse actual en momento fundacional. Es la capacidad de transformar las crisis en oportunidades lo que diferencia a los grandes pol¨ªticos de los simples bur¨®cratas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.