Esencia

Violonchelo y voz: Duas l¨¢grimas de orvalho (Dos l¨¢grimas de roc¨ªo). La mujer de negro que canta su dolor, en esa imagen del fado que tan bien ha viajado por el mundo. Aunque en seguida lleg¨® el desenfado, hecho de requiebros e iron¨ªa, de Recusa. En su fado hay ahora cuerdas frotadas y hasta tambor. Un sentido H¨¢ palavras que nos beijam o el nocturno Meu fado meu, con ese bell¨ªsimo sonido que Mariza so?aba y fue a buscar a R¨ªo de Janeiro en casa de Jaques Morelenbaum. Adem¨¢s de presentar su espl¨¦ndido Transparente, record¨® obras, como Cavaleiro monge, de los dos primeros discos.

Bajo los focos, se agiganta su figura alargada casi siempre en movimiento. Ama la poes¨ªa y se trajo al mayor poeta nacido en Portugal: "Hay una m¨²sica del pueblo / no s¨¦ decir si es un fado / que oy¨¦ndola hay un ritmo nuevo / en el ser que tengo guardado". En el fado es relativamente f¨¢cil descubrir la impostura. Podr¨ªa parecer que ella se aleja de las ra¨ªces, que el fado se le escurre, huidizo, pero es todo lo contrario, lo tiene m¨¢s cerca que nunca. Hay que disfrutarla en Primavera, entre el grito y el susurro. Mariza no deja de crecer.