Cintra 'on the road'
La filial de Ferrovial protagoniza grandes proyectos de infraestructuras en EE UU
Las empresas espa?olas est¨¢n perdiendo paulatinamente el miedo al duro mercado de Estados Unidos, del que han estado pr¨¢cticamente ausentes hasta la fecha. Y la que seguramente se mueve ya sin complejos y como Pedro por su casa es Cintra. En s¨®lo cuatro meses, la filial de gesti¨®n de infraestructuras de Ferrovial (autopistas y aparcamientos) se ha hecho, no con uno, sino con los dos ¨²nicos contratos de privatizaci¨®n y gesti¨®n de autopistas convocados hasta ahora por las autoridades locales y estatales del pa¨ªs.
Sin contar con los aparcamientos, en autopistas la facturaci¨®n de la empresa subi¨® de 253 millones de euros en 2001 a 456 millones en 2004
Cintra gestiona 17 autopistas en pa¨ªses como Canad¨¢, Irlanda, Portugal, Chile o EE UU, y obtiene el 71,63% de su cifra de negocio en el exterior
En Chicago, operaci¨®n que le dio en octubre la propiedad por 99 a?os de la veterana interurbana Chicago Skyway a cambio de 1.830 millones de d¨®lares (1.400 millones de euros), se qued¨® al final pr¨¢cticamente sin rivales en la puja. En el Trans Texas Corridor (TTC-35), una infraestructura multimodal de 1.300 kil¨®metros que costar¨¢ 7.200 millones de d¨®lares s¨®lo en su primera fase (37.000 millones en total), Cintra venci¨® en febrero a los dos consorcios contrincantes, ambos liderados por estadounidenses y europeos. Si en Chicago lo decisivo fue el precio, en Texas el criterio determinante fue la experiencia t¨¦cnica y financiera del candidato, su credibilidad, en definitiva.
Chicago fue importante, pero, como explica Juan B¨¦jar, consejero delegado de Cintra, "lo de Texas es un salto cualitativo". La importancia del contrato adjudicado por la Administraci¨®n del gobernador Rick Perry no se resume a que puede contribuir a duplicar el tama?o de la empresa espa?ola en diez a?os (484 millones de euros de facturaci¨®n en 2004), lo que ya es mucho, sino que constituye un ensayo in¨¦dito en el mundo de gesti¨®n privada de infraestructuras elevada a la potencia. Si funciona, es de prever que el esquema se traslade a Europa. Y a Espa?a.
En el caso de Texas no se trata de la construcci¨®n o adquisici¨®n de la t¨ªpica autopista a cambio de una suma para su posterior gesti¨®n y explotaci¨®n por un consorcio privado. Lo novedoso es que Cintra se convierte ah¨ª en "socio estrat¨¦gico" (partner) del Gobierno local. ?ste, agobiado por el descomunal incremento de tr¨¢fico (del doble en cinco a?os s¨®lo en camiones), agravado en buena parte por el NAFTA, ha decidido confiar la soluci¨®n del problema a una empresa con expertise en este campo, es decir, a la espa?ola.
El corredor norte-sur
De acuerdo con las cl¨¢usulas del contrato firmado, Cintra se encargar¨¢ de analizar las necesidades, dise?ar y planificar las soluciones, construir (en parte), gestionar y explotar un ambicioso corredor norte-sur (visionario, seg¨²n el gobernador) con 360 metros de ancho, que unir¨¢ la frontera de Oklahoma, al norte de Dallas, con la frontera con M¨¦xico, en valle del r¨ªo Grande. En ¨¦l no s¨®lo habr¨¢ seis carriles de autopistas para coches, sino tambi¨¦n cuatro para camiones, tres v¨ªas de tren (alta velocidad, cercan¨ªas y mercanc¨ªas), y hasta conductos para gas, petr¨®leo o fibra ¨®ptica y tendidos el¨¦ctricos subterr¨¢neos. Cinco de los siete primeros proyectos, valorados en 6.000 millones de d¨®lares (4.615 millones de euros), podr¨ªan ser construidos directamente por Cintra y su socio local, Zachry (con el 15% del consorcio). ?C¨®mo lo ha logrado? En primer lugar, por la experiencia, comentan en Cintra. "En EE UU", comenta B¨¦jar, " con la excepci¨®n de algunos puentes, t¨²neles y acceso urbanos, no es habitual pagar peaje, por lo que apenas hay experiencia ni mucha iniciativa privada en este campo". Tampoco en Europa las empresas del sector est¨¢n muy finas. P¨²blicas en su mayor parte, se han quedado rezagadas frente a las espa?olas, que llevan a?os invirtiendo en autopistas, sobre todo en Latinoam¨¦rica. Cintra, por ejemplo, gestiona 17 de estas infraestructuras en pa¨ªses como Canad¨¢, Irlanda, Portugal, Chile o EE UU, adem¨¢s de Espa?a, y obtiene ya el 71,63% de su cifra de negocio en el exterior.
B¨¦jar explica que "la construcci¨®n, gesti¨®n y explotaci¨®n de autopistas se ha convertido en un negocio muy especializado, en el que hace falta contar con un know how muy espec¨ªfico". Los candidatos a hacerse con una nueva autopista deben calcular cuidadosamente los flujos de ingresos y gastos sobre un periodo de decenas de a?os. Pese a que los proyectos permiten el endeudamiento sin recurso al accionista, los promotores tienen que aportar cifras importantes del capital, que pueden llegar incluso al 40% o 50% de la inversi¨®n. "Los c¨¢lculos", prosigue el consejero delegado de Cintra, "son tantos y las inversiones tan elevadas, que las equivocaciones se pagan con n¨²meros rojos".
Pese a la necesidad de efectuar estos c¨¢lculos y de analizar decenas de par¨¢metros que influir¨¢n en el presente y en el futuro de la autopista -flujos de tr¨¢fico, incremento de los hogares y de la actividad econ¨®mica, demograf¨ªa y evoluci¨®n del sprawl o la elasticidad de la demanda a los precios- la empresa espa?ola fue capaz de entregar en el concurso de Chicago una propuesta definitiva en apenas cinco meses.
Pero todo ello no hubiera servido de nada si Cintra no hubiera fijado la expansi¨®n por EE UU como el n¨²cleo principal de su estrategia internacional. Pese a que hab¨ªa logrado comprar la autopista ETR 407 de Toronto por 3.107 millones de d¨®lares canadienses (2.400 millones de euros) en 1999 y empez¨® por esa ¨¦poca a trabajar el mercado estadounidense, tuvo que esperar cinco a?os hasta que su esfuerzo diera resultado. "Hicimos decenas de viajes al pa¨ªs", apunta Nicol¨¢s Rubio, director de licitaci¨®n de la empresa, " visitamos decenas de estados y ciudades, asistimos a un sinf¨ªn de jornadas y seminarios".
El ejemplo canadiense
En Cintra reconocen que el ejemplo de Toronto y la ETR 407 sirvi¨® para que la City de Chicago se decidiera a seguir el ejemplo, ceder la gesti¨®n de la Skyway (una autopista de circunvalaci¨®n elevada) y embolsarse un dinero que le hac¨ªa mucha falta. Y que, posiblemente, ello haya llevado tambi¨¦n a Texas a pensar en la iniciativa privada para su nuevo plan de infraestructuras. "Fue como una especie de procedimiento interactivo", dice B¨¦jar. "Ellos buscaban la iniciativa privada, nosotros est¨¢bamos dispuestos, entonces cambiamos ideas". Todo indica, pues, que Cintra, adem¨¢s de haber ganado el proyecto, que le supuso m¨¢s de un a?o de reuniones y viajes a EE UU y la contrataci¨®n de numerosas consultoras que conformaron un equipo de m¨¢s de 60 personas, actu¨® tambi¨¦n como impulsor y modelo en Texas.
Curiosamente, y pese a que la autopista ETR 407 de Toronto ha sido un ¨¦xito (representa el 51% del ebitda, el beneficio bruto de explotaci¨®n, de toda la compa?¨ªa), la apuesta estadounidense de Cintra no ha contado hasta ahora con el entusiasmo de los inversores. La subida del valor, desde el umbral de los 7,50 a los 9,50 euros, se cort¨® en febrero ya despu¨¦s de la firma de los contratos de Chicago y Texas. A partir de ah¨ª se ha mostrado algo an¨¦mica.
"Se debe", dicen en Cintra, "a que se trata de proyectos, especialmente el de Texas, a largo plazo y dif¨ªciles de cuantificar respecto a ingresos y beneficios". Puede deberse tambi¨¦n al hecho de que el beneficio neto de 2004 haya crecido (descontando los extraordinarios por salida a Bolsa y pese a una subida del ebitda del 24,6%) apenas un 3,8%. O a que consideren que la acci¨®n se ha elevado m¨¢s de la cuenta. En Cintra se muestran, pese a todo, confiados y afirman no tener dudas de que los proyectos de EE UU van a funcionar. "Nuestra prioridad", dice B¨¦jar, "cuando presentamos una oferta es que ¨¦sta cree valor para los accionistas. Si no cumple esta condici¨®n, no nos presentamos".
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