El Museo Zuloaga rescata la apuesta del pintor por la obra de artistas desconocidos

Ignacio Zuloaga (Eibar, 1980/Madrid, 1945) no se olvid¨® de sus colegas de la ¨¦poca cuando le lleg¨® el reconocimiento, se convirti¨® en mito pict¨®rico de la generaci¨®n del 98 y comenz¨® su carrera internacional, toda una haza?a en aquellos a?os. Al contrario: se volc¨® en la difusi¨®n de su obra. Eso cuentan sus herederos, que ahora siguen su ejemplo con Gran formato. Pintores actuales con el Museo Zuloaga, una muestra que difunde la obra de cinco artistas de Zumaia y Eibar y resume distintas tendencias pict¨®ricas actuales en la casa de cultura Okendo de San Sebasti¨¢n.

"Gran formato reproduce algo que hizo Zuloaga con sus amigos", explic¨® Rosa Mar¨ªa Su¨¢rez de Zuloaga, nieta del reconocido pintor y responsable del museo zumaiarra consagrado a su obra. "Se reun¨ªa con ellos (de otra forma, porque hoy hay espacios magn¨ªficos) con la idea de realizar obra conjunta, con inspiraci¨®n unos de otros. Y me pareci¨® que ser¨ªa interesante hacer lo mismo con artistas de nivel que el pa¨ªs no conoce demasiado bien", continu¨®. Su¨¢rez de Zuloaga se puso en contacto con el artista Valent¨ªn Manterola para convertir esta idea en realidad y entre ambos decidieron otorgar protagonismo en la primera edici¨®n del proyecto a artistas de Eibar y Zumaia, localidades en las que naci¨® y trabaj¨® el pintor.

La muestra, que permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 16 de julio, re¨²ne una veintena de trabajos realizados por Antton Eguiguren, Aitor Etxeberria, Juan Carlos Karrillo, Keixeta y el propio Manterola que ilustra a golpe de vista, las tendencias tan diversas por las que transita el arte de vanguardia actual.

No hay v¨ªnculos entre estos creadores. Cada uno trabaja un tipo de pintura, utiliza un lenguaje personal y distinto en sus creaciones. "Lo importante es que un artista sea independiente", confirma Manterola. "Si nos hemos juntado ha sido por un accidente geogr¨¢fico".

En cualquier caso, s¨ª pueden verse algunas coincidencias en sus trabajos. Por ejemplo, este creador, igual que Karrillo presenta en Okendo paisajes preferentemente urbanos: el primero, dentro de par¨¢metros neofigurativos y el segundo, con recreaciones de vistas de Getaria, Toledo o la R¨ªa de Bilbao, a medio camino entre la figuraci¨®n y la abstracci¨®n.

El resto de las propuestas tienen a¨²n menos en com¨²n. Aitor Etxeberria descubre en la sala su expresionismo abstracto con algunas obras que ya expuso en la Galer¨ªa Kur donostiarra en 2004; Keixeta, pintor de texturas, presenta una obra de relieves realizada en t¨¦cnica mixta sobre papel. Y Eguiguren, el m¨¢s colorista de todos, exhibe varias piezas figurativas que lo mismo retratan a una chica con un gato que varios veleros en una r¨ªa.

Ninguno de los pintores se detuvo a explicar sus obras durante la presentaci¨®n de la muestra. Manterola explic¨® la raz¨®n con una claridad meridiana. "A la mayor¨ªa de los artistas no nos gusta hablar", dijo. "Son los cuadros los que transmiten nuestros mensajes".

La exposici¨®n de Okendo es en esencia la misma que pudo verse el a?o pasado en Zumaia y en Eibar y forma parte de un proyecto con evidente vocaci¨®n de continuidad. "El a?o pr¨®ximo presentaremos a otros cinco artistas", anunci¨® S¨²arez de Zuloaga. El Museo que dirige ha renovado este a?o su compromiso de apoyo a los j¨®venes creadores con su participaci¨®n central en el proyecto Divergentes, de residencia de artistas en empresas. "Esperemos que la gente nos venga a ver", confi¨® la nieta del pintor. "No tenemos eco suficiente porque hoy el mundo de la cultura no es imprescindible aunque deber¨ªa serlo".