'Dia del Riu'

Un Decreto del alcalde socialista de Tortosa, con el refrendo del pleno municipal -ignoro si CiU y PP (en la oposici¨®n), votaron a favor del contenido y de la fijaci¨®n de la fecha-, ha decidido, por una parte, que el d¨ªa del aniversario de la derogaci¨®n del transvase del Ebre por parte del Gobierno de Espa?a (el 18 de junio) sea fiesta local, y por otra, trasladar dicha celebraci¨®n al 20 de junio para este a?o, por ser el 18 domingo.

En el Decreto, adem¨¢s, se recogen las dem¨¢s fiestas locales, que en Tortosa y en los n¨²cleos de B¨ªtem, Els Reguers y Vinallop son la del Dilluns de la Cinta (el 5 de septiembre), en Campred¨®, la de Sant Jaume (25 de julio) y en EMD de Jes¨²s, la de Sant Francesc (4 de octubre), quedando pues como com¨²n a todo el t¨¦rmino municipal del Dia del Riu, que es como se ha bautizado la festividad de marras, cuya efem¨¦rides merece algunas consideraciones que, desde luego, espero que lleguen a manos de un alcalde cuyo seny deja mucho que desear.

A nadie se le oculta que la derogaci¨®n del trasvase del Ebro ha sido una decisi¨®n pol¨ªtica (pol¨ªtica y no t¨¦cnica) del Gobierno espa?ol a cambio de la cual se asegur¨® el apoyo parlamentario de ERC para la investidura de su presidente. M¨¢s de un a?o despu¨¦s de aquella investidura, las razones t¨¦cnicas a favor de la derogaci¨®n han perdido la poca consistencia que ten¨ªan, y las soluciones para sustituir el d¨¦ficit h¨ªdrico del Pa¨ªs Valenciano y de Murcia distan mucho de satisfacer las expectativas de los agraviados y los criterios medioambientales rigurosos que, se dice, estar¨ªan en la base de la derogaci¨®n.

A estas alturas, y con la sequ¨ªa acechando, resulta cuanto menos una burla cruel que el Ayuntamiento de Tortosa declare festivo el d¨ªa en que se declar¨® por conveniencias de estrechas miras una decisi¨®n negativa que no contiene como alternativa m¨¢s que verborrea incapaz de ocultar que se ha sacrificado a valencianos y murcianos por razones de estricta aritm¨¦tica pol¨ªtica. Las fiestas que honran a fechas en que un pueblo mostr¨® su sacrificio, su honorabilidad o su hero¨ªsmo son dignas de elogio, pero las que celebran valores negativos y de estricta oportunidad pol¨ªtica suelen volverse en contra de quien las proclama demag¨®gicamente.

A los valencianos, en Barcelona nos suelen preguntar si somos tortosins o lleidatans; y en la Plana, creemos que estos son de Benicarl¨® o de Vinar¨°s. Si catalanes y valencianos somos -o ¨¦ramos- primos hermanos, tortosins i valencians del nord, no s¨®lo ¨¦ramos confundidos como lo mismo sino que, adem¨¢s, compart¨ªamos di¨®cesis, hasta que otro sinsentido troce¨® la antiqu¨ªsima de Tortosa.

Si los tortosins celebran con el boato anunciado el finiquito lamentable de la plausible soluci¨®n del trasvase (que en su d¨ªa propuso Borrell, y que despu¨¦s asumi¨® el PP), y convierten la frustraci¨®n de otros en fiesta es que les est¨¢ faltando el sentido com¨²n, pues no contentos con que se derogue el transvase, lo celebran como un triunfo cuando, en realidad, es un hecho lamentable se mire por donde se mire.

Y es que la suciedad de ciertas pol¨ªticas ha contaminado tambi¨¦n el tradicional seny de algunos catalanes, incluso el de los perif¨¦ricos (as¨ª se les considera en Barcelona a los del Baix Ebre, entre otros), y lleva a ignorar el principio de solidaridad que obliga imperativamente a nuestros pueblos hermanos sustituy¨¦ndolo por la burla y el desprecio, un desprecio que ya inaugur¨® Maragall acusando a los valencianos injustamente de despilfarradores del agua.

Lamentable.