El esca?o bailar¨ªn
Aunque por un estrech¨ªsimo margen, la balanza de la mayor¨ªa parlamentaria absoluta se inclin¨® el 19-J a favor de la coalici¨®n poselectoral formada por el PSdeG-PSOE y el BNG, que sumaron conjuntamente 38 esca?os frente a los 37 del PP. Sin embargo, el resultado de los comicios auton¨®micos gallegos podr¨ªa cambiar de sentido tras el escrutinio -el pr¨®ximo lunes- de los votos enviados desde el extranjero por los emigrantes inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA). Ese registro de 305.218 ciudadanos est¨¢ formado por gallegos de origen en sentido estricto y por descendientes suyos nacidos fuera de Espa?a -con doble nacionalidad en su mayor¨ªa- que a veces no han pisado nunca la tierra de sus antepasados. El espectacular crecimiento del CERA -ha triplicado sus efectivos desde que Fraga fue elegido presidente de la Xunta- y el escandaloso d¨¦ficit de mecanismos jur¨ªdico-administrativos capaces de garantizar la limpieza del proceso electoral proyectan una sombra de sospecha sobre esas lejanas papeletas enviadas a Espa?a por correo para ser escrutadas en las cuatro circunscripciones provinciales donde esos ausentes est¨¢n pol¨ªtico-electoralmente presentes.
El recuento de los votos de Pontevedra permite al PP albergar la esperanza de que el ¨²ltimo esca?o de esa provincia -asignado provisionalmente al PSdeG-PSOE- caiga en sus manos, d¨¢ndole as¨ª la mayor¨ªa parlamentaria absoluta. En la noche electoral, el presidente en funciones de la Xunta adelant¨® el dato certificado de que el PP obtendr¨¢ el 70% de los votos del CERA, casi 27 puntos por encima del 43,8% conseguido en Pontevedra el 19-J. Seg¨²n algunos benevolentes hermeneutas, Fraga no confes¨® con esas palabras la comisi¨®n del delito electoral de manipular los votos emigrantes antes de ser enviados, sino que se limit¨® a proyectar hacia el presente resultados del pasado. Esa interpretaci¨®n, sin embargo, no es convincente: los populares de Pontevedra obtuvieron el 65,78% en las auton¨®micas de 2001, el 58,6% en las legislativas del 14-M y el 38% en las europeas de 2004. El desmesurado crecimiento de la participaci¨®n el 19-J de los votantes inscritos en el -ya de por s¨ª- inflado CERA, que podr¨ªan llegar a doblar las cifras registradas en la anterior convocatoria auton¨®mica, no hace sino aumentar el pestazo a puchero enfermo.
Adem¨¢s de apostar por la conquista el pr¨®ximo lunes del esca?o pontevedr¨¦s bailar¨ªn que les dar¨ªa la mayor¨ªa parlamentaria absoluta, los populares festejan su victoria por mayor¨ªa relativa de votos (44,9%) frente a los socialistas (32,5%) y el BNG (19,6%). Los pol¨ªticos suelen hacer lecturas electorales favorables a sus intereses, a la vez que omiten o ponen en sordina las interpretaciones intranquilizadoras. No faltan, sin embargo, an¨¢lisis inquietantes para el PP, que ha perdido 45.000 votos y seis puntos porcentuales respecto a las auton¨®micas de 2001 (50,9%): un dato tanto m¨¢s significativo cuanto que la participaci¨®n en las urnas aument¨® el 19-J del 64,2% al 68,1%. Situado el PP desde 1993 en una meseta por encima del 50% de los sufragios, el 44,9% de sus votos del pasado domingo ha puesto tal vez en marcha una tendencia capaz arrebatarle en el futuro el primer lugar en la carrera electoral.
El eventual Gobierno de coalici¨®n del PSdeG-PSOE y el BNG acelerar¨ªa la retirada del escenario gallego de Fraga: resulta dif¨ªcil imaginarle en la bancada de la oposici¨®n durante cuatro a?os y como candidato en los comicios de 2009. La jubilaci¨®n del presidente-fundador del PP sacar¨ªa a plena luz la pugna ahora soterrada entre las facciones del birrete y de la boina para sucederle. Los ejemplos de Andaluc¨ªa, Extremadura y Castilla-La Mancha prueban que la administraci¨®n de las instituciones territoriales puede blindar electoralmente a los partidos de gobierno frente a sus adversarios. La actual divisi¨®n del trabajo en el Estado de las Autonom¨ªas asigna a los presidentes de las comunidades el agradecido papel de generosos redistribuidores de unos recursos presupuestarios cuya antip¨¢tica recaudaci¨®n corresponde, en cambio, a la Administraci¨®n central. De esta forma, el sesgo electoralista de las pol¨ªticas asistenciales permite a los Gobiernos aut¨®nomos incrementar sus votos: si el PP pierde el lunes definitivamente el control de la Xunta, la coalici¨®n vencedora le sustituir¨¢ tambi¨¦n en las funciones de pr¨®digo Rey Mago del dinero p¨²blico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.