Demasiado humano

El portavoz de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT), Francisco Jos¨¦ Alcaraz, neg¨® al presidente del Gobierno el voto de confianza que le pidi¨® para su pol¨ªtica antiterrorista. En su encuentro del martes, Zapatero hab¨ªa aludido a la existencia de informaciones concretas procedentes de los servicios de inteligencia que avalar¨ªan su iniciativa de buscar un final dialogado de la violencia si se dieran determinadas condiciones. Esas informaciones no podr¨ªan ser reveladas sin riesgo, y de ah¨ª la petici¨®n de confianza; Alcaraz no s¨®lo se la neg¨®, sino que a la salida repiti¨® sus habituales censuras y descalificaciones sumarias, y a?adi¨® una amenaza bastante ins¨®lita: la de convocar nuevas movilizaciones si no se hac¨ªa caso a su exigencia de que no se cierre la comisi¨®n del 11-M.

La presencia p¨²blica de los colectivos de v¨ªctimas, y otras organizaciones c¨ªvicas nacidas contra el terrorismo, tiene sentido en la medida en que su actuaci¨®n no se limite a reproducir las posiciones de los partidos pol¨ªticos y, por el contrario, sean capaces de suscitar la identificaci¨®n de personas con opciones ideol¨®gicas diferentes. As¨ª hab¨ªa ocurrido con la AVT durante a?os, lo que le proporcion¨® un amplio respaldo social. Desde que Alcaraz es su portavoz, sin embargo, la discreci¨®n ha dejado paso a excesos ret¨®ricos que no favorecen esa identificaci¨®n suprapartidaria.

De la descalificaci¨®n caprichosa del comisionado para las v¨ªctimas, Gregorio Peces-Barba, cuya dimisi¨®n pide en cuanto tiene un micr¨®fono delante, a los juicios despectivos hacia quienes no secundaron la manifestaci¨®n del pasado d¨ªa 4, Alcaraz ha actuado como un pol¨ªtico de partido: mejor dicho, como portavoz de la fracci¨®n m¨¢s sectaria del PP, y de quienes tienen por objetivo evitar cualquier acuerdo entre los dos principales partidos nacionales.

Que ya se permita amenazar con movilizaciones si se cierra la comisi¨®n parlamentaria del 11-M indica que ha perdido el sentido de la medida. El respeto que suscitan las v¨ªctimas no otorga una cualificaci¨®n especial a sus opiniones pol¨ªticas. Ser¨ªa torpe que cualquier Gobierno, y m¨¢s si est¨¢ dispuesto a explorar v¨ªas de di¨¢logo con los terroristas, no contase con las opiniones de los colectivos de v¨ªctimas. Pero eso no significa que ¨¦stas tengan un derecho de veto sobre la pol¨ªtica antiterrorista. A veces da la impresi¨®n de que lo primero es atacar al Gobierno y lo de menos es el motivo.

Si Zapatero no se re¨²ne con la AVT es acusado de "hacer o¨ªdos sordos" a las demandas de las v¨ªctimas; si anuncia que va a reunirse con ella, se trata de "un golpe de efecto para silenciar el ¨¦xito de la manifestaci¨®n". Poco se contribuye as¨ª a la recuperaci¨®n de la unidad de los dos grandes partidos contra el terrorismo, objetivo que los colectivos c¨ªvicos nacidos contra ETA siempre hab¨ªan considerado deseable.